Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Nos entusiasma conversar con jóvenes talentosos. Y si esos jóvenes dan el máximo por desarrollar su pasión, entendemos que el ejemplo que trazan en estos momentos debe ser conocido, porque lo bueno tiene un poder de contagio abrazador. Los tiempos urgen a vivir con compromiso y pasión. Con este norte, nos acercamos a Jonathan Amaro, un joven teatrero puertorriqueño muy prometedor, cuyo nombre estamos viendo cada vez con mayor frecuencia junto a los créditos de actor, asistente de dirección, maquillista, artista del cabello, regidor de escena y asistente de producción. Las diferentes facetas del teatro que domina lo han mantenido muy ocupado en los últimos años.

Y como dicen que quien lo hereda no lo hurta, es importante recalcar que Jonathan es sobrino del importante director, educador y dramaturgo puertorriqueño, Ángel Amaro. No obstante -y aunque el joven afirma estar influenciado por su prestigioso tío-, no fue hasta que Jonathan estaba ya metido en andanzas teatreras durante su escuela superior, que el mencionado dramaturgo se enteró de la afición de su sobrino: una sorpresa muy placentera. Desde entonces, ambos se convirtieron en camaradas de la profesión; y nuestro entrevistado recibe los consejos de su tío en los intercambios conversacionales que acostumbran sostener. Y, de vez en cuando, trabajan juntos. En 2015, por ejemplo, vimos a Jonathan protagonizar una de las piezas más conocidas y pertinentes de Ángel Amaro, “Ermelinda”, en la cual se destacó interpretando el difícil personaje de una joven mujer.
Jonathan Amaro nació el 3 de febrero de 1989, en Humacao, Puerto Rico, pero creció en Maunabo. Su inclinación al arte surgió de forma natural, desde pequeño, cuando se divertía con diferentes actividades en su entorno familiar. Le encantaba hacer manualidades con materiales reciclados. Se inspiraba al ver el programa para niños de televisión “María Chuzema” -escrito y protagonizado por la dramaturga puertorriqueña Tere Marichal-. Jugaba a la actuación con sus primos y hacía imitaciones de cantantes. “Aunque no me pareciera a ninguno de ellos, yo imitaba a Marc Anthony, Alexandre Pires, Elvis Crespo y Domingo Quiñones, entre otros”, nos dijo divirtiéndose con el recuerdo. Sus amigas servían de bailarinas en los espectáculos que desarrollaba en la escuela y en la comunidad; espectáculos muy esperados por todos. Y es, precisamente, el baile el primer peldaño formal dentro de la carrera artística de nuestro entrevistado.

Antes de comenzar sus estudios de teatro en la escuela superior, ya Jonathan bailaba jazz, hip-hop y baile folclórico, entre otros estilos, en diferentes academias. Y lo hizo por un promedio de dos años. Pero, al entrar a la Escuela Especializada de Bellas Artes en Humacao, en 2005, el joven tuvo que soltar un poco el baile ante las nuevas obligaciones de estudio. “Tenía que hacerlo porque el entrenamiento en teatro era bastante fuerte y exigía mi atención a tiempo completo. Era una escuela relativamente nueva y el proceso para ser admitido era sumamente riguroso, exigiendo portafolio, entrevista, audición, evaluación de promedio… Debía aprovechar al máximo la oportunidad que se me brindaba al entrar”. No obstante, aunque su concentración era en teatro, Jonathan tomó cuanta clase pudo dentro de otras disciplinas, como por ejemplo, baile, lo que hizo que no se alejara tanto de su destreza primaria en la adolescencia. “Lo bueno de la Escuela de Bellas Artes es que puedes tomar clases en diferentes disciplinas, si lo deseas; y ése fue mi caso con el baile, por ejemplo. De hecho, recuerdo que, bajo la categoría de baile, competimos dos veces en ‘Juventour’; y, en la segunda ocasión, con nuestra versión de ‘Cats’, ganamos tercer lugar “, mencionó emocionado.
Al graduarse en 2007, Jonathan pasó a estudiar a la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, donde completó un bachillerato en Educación y Teatro en 2013. Desde que empezó en la universidad, nuestro entrevistado soñaba con pertenecer al Teatro Rodante del Departamento de Drama. Pero primero pasó a formar parte del Teatro Lírico. “Me daban roles de bajo y de barítono. Hice zarzuelas, como ‘La corte del Faraón’; y teatro musical, como ‘Oklahoma’. Una vez logré ser admitido al Teatro Rodante, allí me mantuve hasta terminar mis estudios, en 2013. En el Rodante hice de todo. Empecé trabajando en vestuario para ‘La dama del mar’, de Henrik Ibsen. Como actor, recuerdo muy especialmente mi personaje del zapatero Cansa-almas, en ‘Los títeres de cachiporra’, de Federico García Lorca, en 2007, obra dirigida por Victoria Espinosa. Y, en 2010, formé parte del elenco de ‘La farsa del abogado Patelín’, anónimo de la Edad Media, pieza dirigida por Dean Zayas. Con esta producción viajamos al Festival Fitag, en Girona, España, también en 2010. Igualmente, recuerdo ‘A vuestro gusto’, de William Shakespeare, también dirigida por Dean Zayas, en 2011; y llevada a cabo en la Glorieta Santiago Veve, en la UPR, Río Piedras. Son muchas experiencias lindas”.

Pero una de las experiencias que Amaro recuerda con suma emoción de su tiempo universitario es su participación como actor en el montaje de las profesoras Julia Thompson y María Eugenia Mercado, de la adaptación a teatro de “Platero y yo”, de Juan Ramón Jiménez. En esa creativa puesta en escena, el joven interpretó al conocidísimo e inmortal burrito “de acero y plata de luna, al mismo tiempo”.
“Nunca sospeché que tantas cosas buenas iban a surgir de mi trabajo en ‘Platero y yo’. La obra estrenó en abril de 2012, en el Teatro Julia de Burgos en la UPR. Luego, nos presentamos en Madrid y en Santiago de Compostela. Además, fuimos invitados al prestigioso festival ICTF Fringe, en Edimburgo, Escocia. Para ir allá trabajamos duro; hicimos funciones en distintos sitios con el objetivo de levantar fondos. La Legislatura y la Universidad de Puerto Rico completaron los costos. Éramos los primeros puertorriqueños en presentarse en ese festival intercolegial y los únicos en llevar una obra en español”.
La crítica fue maravillosa. Miembros del Kennedy Center American College Theater Festival (KCACTF) vieron la obra en Escocia y quedaron tan impactados que recomendaron “Platero y yo” para que participara en su festival de 2012-2013. “De regreso a Puerto Rico, nos enviaron dos jueces e hicimos una función especial para que la vieran. Esos jueces tenían que evaluar más de 50 propuestas; ¡y escogieron la nuestra! Antes de llegar a Washington DC, tuvimos que competir por etapas con otras obras en Albany, Georgia. Pero escogieron solo la nuestra, en español, entre muchos montajes en inglés de otros estados. Entonces, llegamos al Kennedy Center, el 18 de abril de 2013, a competir con otras obras que habían sido también escogidas alrededor de Estados Unidos”.

La producción ganó muchos premios en este prestigioso festival intercolegial: Outstanding Production of a New Work, Outstanding Performance and Production Ensemble, Outstanding Director of a New Work (María Eugenia Mercado y Julia Thompson) y Distinguished Coreography (Eric Yamil Cruz Meléndez). “Yo obtuve el premio Outstanding Performance by an Actor. ¡Imagínate cómo me sentí! Fue una experiencia que me llenó de honor, de satisfacción, me reafirmó en el teatro y amplió mis horizontes. Entendí que la comunicación va más allá del idioma”, menciona Jonathan plenamente convencido.
El novel actor no tuvo que esperar a graduarse para trabajar de manera profesional. Sus primeras experiencias profesionales comenzaron cuando era estudiante de escuela superior, con la compañía de teatro de títeres Muñecolandia. Mientras era estudiante universitario, Edgar García -director de la compañía universitaria Teatro Repertorio de UPR- le dio una oportunidad como actor y cantante en la obra “Desde Toledo a Madrid” (2012), de Tirso de Molina, dirigida escénicamente por el profesor Dean Zayas. Con la misma compañía, hizo los peinados y las pelucas en “La tía de Carlitos” (2012), de Brandon Thomas; y “Dentro del bosque” (2013), de Stephen Sondheim and James Lapine. Como asistente de director y regidor de escena, trabajó en “Man of La Mancha” (2015), de Dale Wasserman; en “RED” (2014), de John Logan; y en “Master Class” (2015), de Terrence Mcnally. También laboró como asistente del director Dean Zayas en puestas en escena como “Los soles truncos” (2013), de René Marqués, entre otras obras. Igualmente, rigió escena en “Fugitivas del desierto” (2013), del Dr. José Luis Ramos Escobar.

En 2014, formó parte del elenco de “Cyberbullying: redes fatales”, de José Juan Pérez; y fue el Briguela en “Secretos prohibidos”, de Tere Marichal. Por otra parte, junto a Modesto Lacén, protagonizó “Clemente: The Legend of 21”, de Luis Caballero, igualmente en 2014. Jonathan representaba al joven Clemente (Young Clemente) en esta obra que se presentó a través de distintas ciudades de Estados Unidos. Para Amaro, esta producción fue significativa, no tan solo por el equipo de trabajo y el tema, sino también porque fue su primera oportunidad laborando bajo Equity, con tratos y beneficios que le sorprendieron y halagaron.
En verano de 2015, Jonathan Amaro se unió al “trencito de la lectura”, en el proyecto de Cuarzo Blanco “Leamos todos juntos”, dirigido por la productora, directora y dramaturga puertorriqueña Adriana Pantoja. Esta experiencia de todo un año lo lleno de mucha satisfacción. “Fue muy divertido. Somos una familia: Omarjadhir Flores, Loaya Iris Quesada, Melliangee Pérez, Javier Ortiz, el intérprete de lenguaje de señas Jorge Santiago y yo. Hemos ido a muchos pueblos: Culebra, Ponce, Maunabo, Guayama, Arroyo, Hormigueros, San Juan y San Sebastián. Este proyecto es bien diferente a los demás, no solo porque promueve la lectura en los niños en un momento donde la concentración está en vídeo juegos e internet; sino también porque incluye lenguaje de señas para sordos. Ver cómo los niños se interesan verdaderamente por la lectura y cómo aceptan el lenguaje de señas como algo normal, es conmovedor. “Leamos todos juntos” se hace todos los años y Adriana Pantoja espera seguir llevando el “trencito de la lectura” a más pueblos que no han sido visitados. ¡Espero volver a participar pronto!”

En Cuarzo Blanco, Jonathan también se ha destacado como asistente de producción y ayudante de maquillaje y peinados para varios proyectos; ha trabajado doblaje (“voice overs”) para obras teatrales; e, igualmente, actuó con Omarjadhir Flores en la obra corta “Binomio G”, de Adriana Pantoja, presentada bajo el Segundo Congreso Nacional de Dramaturgia, en la UPR de Carolina, en octubre de 2015.
Como maquillista y artista de peinados y pelucas, Jonathan Amaro posee experiencia en televisión, cine y fotografía profesional, además del teatro. Estas importantes y creativas facetas del arte le interesan a tal punto que, en agosto 2016, comenzará una maestría en Artes, concentrándose en diseño de peluca y maquillaje, en la Escuela de Artes de la Universidad de Carolina del Norte, en Winston-Salem. Fundado en 1965, UNC School Of The Arts es el primer conservatorio norteamericano de artes dentro de una universidad pública.

Hasta el momento, Jonathan ha sido prácticamente autodidacta en los oficios de maquillaje y peinado. Comenzó a explorarlos desde que estudiaba en la Escuela de Bellas Artes en Humacao, pero no fue hasta que llegó a la Universidad de Puerto Rico, que tomó un curso de maquillaje teatral, dictado por María Eugenia Mercado. Y entonces, comenzó a trabajar estos artes con mayor confianza. Por ejemplo, tuvo la oportunidad de ser maquillista en la producción universitaria de “A vuestro gusto”, de William Shakespeare, obra en la cual también trabajó como actor. Y, en fechas recientes, pudimos aplaudir el trabajo de Amaro como maquillista en la obra “Smiley”, de Guillem Clua, la cual formó parte del 11vo Festival del Tercer Amor. En esta producción, nuestro entrevistado sobresalió con el maquillaje de fantasía que creó para “Hilo del destino”, personaje interpretado por Tita Guerrero.
Al terminar nuestra conversación, nos sentimos contagiados con el poder abrazador de lo bueno de un joven puertorriqueño talentoso, determinado, disciplinado, quien no descarta seguir rigiendo escena, leer para niños, maquillar, bailar y/o trabajar como actor, mientras sea a favor de continuar puliendo sus quilates como artista. Con su entrega y compromiso, Jonathan Amaro, escoge la acción como solución. ¡Le deseamos lo mejor!