Por Joselo Arroyo
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La nueva comedia del dramaturgo boricua Héctor Méndez, estrenada a finales de marzo de este año, vuelve a revivir a sus cuatro personajes para solucionar los enredos que suceden en “El Party de Mari”.

Mari es una cuarentona que finalmente decide casarse. Por lo tanto, sus mejores amigos, Yoli y Tommy, le celebran su fiesta de despedida de soltera. Todo transcurre con aparente normalidad en la festividad. Pero, a medida que pasa el tiempo, se van descubriendo verdades que no se conocían sobre ese futuro matrimonio, su pasado, presente, detalles de la madre de la novia, sus amigas, los contrayentes y hasta el karaoke. A esto se suma la llegada al “party” de Félix, el ex novio de Mari, para seguir rebuscando en el pasado, presente y futuro de los personajes. Finalmente, el amor propio y la amistad triunfa para beneficio de todos.
Méndez, quien además fue el director de la pieza, lleva a sus personajes por una “atrascanada” muy efectiva. Mueve a los actores con acierto en el espacio, aprovechando los recursos físicos del teatro. La escenografía, diseñada por Norberto Barreto, con su acostumbrado atino, ambienta una terraza, proveyendo distintas áreas en el espacio para maximizar las posibilidades. La utilería -o más bien, en este caso, la vasta parafernalia propia de una despedida de soltera, exaltando el elemento fálico, propio de este tipo de celebración- estuvo a cargo de Lucy Ann Ramos. La misma funcionó como un elemento recurrente de chiste, ampliando las risas de los presentes. Así también los elementos técnicos funcionaron con destreza, capitaneados por Ana Isabel López, quien fue la regidora de escena.

El trabajo histriónico, en general, cumple con su cometido, logrando que el público que asistió al Teatro Coribantes la noche del pasado sábado, disfrutara a más no poder de este peculiar “party”. Lucy Ann Ramos entrega a una “Yoli” pintoresca y liberal; Héctor Méndez ofrece un “Tommy” ocurrente y muy florido; Laura Isabel Cabrera regala a una “Mari” ambigua y graciosa; y Carlos Vega logra un “Félix” sometido y perturbado. Juntos, este grupo de amigos provoca el deleite entre la audiencia, convirtiéndose en el punto más fuerte de la noche.
Este “party” de despedida de soltera -producción de Lucy Ann Ramos y Teatro Coribantes- puntualiza, de forma efectiva y divertida, sobre el amor propio y la amistad, no solo la de los personajes, si no la del equipo de trabajo. Era evidente que este grupo de amigos -en la vida real- disfrutó mucho el proceso; y eso siempre redunda en un trabajo mucho más acertado. Y cuando esa energía está presente, la misma llega indudablemente al público, de forma inconfundible.