Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Como señalan las breves notas explicativas de “Sol boricua”, el segundo y recientemente estrenado CD del grupo Cafezz, su oferta consiste en “un sonido refrescante con un alto contenido melódico”. Esa es una descripción bastante precisa.
Habría que agregar, sin embargo, que la suya es una interesantísima y accesible variante del jazz puertorriqueño, afirmativa y alegre, que tiene el potencial de atraer un mayor público hacia un género musical que muchos consideran –con razón o sin ella- abstruso y denso.

Esta producción, de hecho, supera su debut discográfico, “Music and Friends”, de 2014, con temas aún más interesantes –todos compuestos y orquestados por Carmen Noemí, colíder del grupo junto al bajista Edgardo “Egui” Sierra- y una propuesta mejor definida, en términos generales. Uno de los mejores bateristas del patio, Héctor Matos, completa el núcleo del grupo, que además cuenta aquí con distinguidos invitados, como el guitarrista Jorge Laboy, el cuatrista Pedro Guzmán, el saxofonista Norberto “Tiko” Ortiz, el flautista José Roberto Jiménez y los percusionistas Christian Galíndez y Waldemar Reyes. Luis Ahmed Irizarry y Bryan Muñoz tienen participaciones especiales, en un tema cada uno, el primero en oboe y el segundo en guitarra acústica.
Con todos estos destacados instrumentistas y las buenas vibras que caracterizan a Cafezz, es prácticamente imposible que este álbum no sea un éxito. Y así resulta ser, desde la memorable y dulce melodía que da inicio al programa, titulada al igual que el CD, una de esas piezas que alegran el alma. El segundo tema, “Te invito un café…”, crea una rica atmósfera de encantamiento, con el agradable “piccolo bass” de Sierra interpretando el tema y las suaves texturas del piano eléctrico de Carmen Noemí ampliándolo.
“Baristas Swing” –que comienza, con gran originalidad, reproduciendo el sonido de un molinillo de café- recuerda el estilo de los blues orquestales de Count Basie o Duke Ellington, grandes maestros del jazz. “Tiko” Ortiz ejecuta aquí el primero de varios solos repletos de ideas y agilidad. A continuación, “El cafetal”, introduce nuevos colores y ritmos, en una especie de “aguinaldo funky”, con acordeón, bongós y un vivaz solo de flauta.
De hecho, cada uno de los temas aquí incluidos ofrece algo distinto, ya sea en términos de ritmo, textura u orquestación (pero sin perder nunca la onda positiva): “Antes que salga la Luna” es una pieza de aires clásicos y rico colorido orquestal; “Cortadito” es una guajira con un delicioso solo de bajo eléctrico que hubiera podido extenderse mucho más; “Mayi”, una suerte de “vals rockero” de memorable melodía y el gran sonido de la guitarra de Jorge Laboy; y “Desde mi balcón”, otra hermosa composición, ahora en ritmo de vals peruano.
Los blues, ligeramente reminiscentes del inmortal Eddie Harris, dominan “Just 4 Funk”, con intensos solos de Sierra y Ortiz, mientras que el ritmo de samba da vida a “Café no céu”, vívida y relajante a la misma vez. “Mujer de la alborada”, una hermosa danza que comienza con el delicado sonido de una caja de música, concluye esta altamente recomendable grabación.
Es necesario destacar también que “Sol boricua” es una producción cuidadosamente elaborada, no solo por la música, sino por su excelente sonido, presentación, diseño y créditos, aspectos que los coleccionistas de música siempre agradecen. Y además tiene el mérito de ser una producción netamente puertorriqueña, prueba de la calidad de la que somos capaces. ¡Enhorabuena!