Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Dicen los conocedores que es en la interpretación de los grandes temas del repertorio popular estadounidense –los llamados “estándares”- que los músicos de jazz prueban verdaderamente su valía. Compuestos originalmente para viejas películas de Hollywood y obras de Broadway, o por figuras legendarias del jazz, estas son obras perennemente provocadores para los músicos, por la belleza de sus melodías o la riqueza de su andamiaje armónico, que se prestan para innumerables reinterpretaciones.
De acuerdo con ese criterio, el joven saxo alto puertorriqueño Jonathan Suazo muy bien podría hacer una carrera exitosa como recreador de estándares (aunque, de hecho, es un buen compositor), según lo demostró la noche del pasado viernes en un concierto ofrecido en la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en el Viejo San Juan. La Asociación de Padres y Amigos de Orquestas Secundarias y Superiores (APAOSS) apoyó el evento. Fue una velada íntima, para un público lamentablemente reducido, en la que Suazo demostró nuevamente sus cualidades de virtuoso.
El concierto tuvo como fin recaudar fondos para los estudios del saxofonista en Berklee College of Music, la prestigiosa universidad de la música en la ciudad de Boston, donde fue aceptado para completar una maestría en “performance” a partir de septiembre próximo. (Si desea hacer un donativo para apoyar los estudios de este gran talento puertorriqueño, vea la información al final de esta nota).
El mejor jazz es siempre una conversación entre iguales, un diálogo entre músicos que saben escucharse, apoyarse e impulsarse entre sí, y esta noche no fue la excepción. Acompañaron a Suazo Elías Santos Celpa en bajo acústico, Julio Boria en piano y Raúl Maldonado en batería, a los que se les unió el maestro Humberto Ramírez con su trompeta durante un tema. Tanto las aportaciones individuales de cada uno como la cohesión de la banda entera fueron de nivel superlativo.
La presentación comenzó con el clásico de Duke Ellington “In a Mellow Tone”, en una versión de swing reposado que permitió apreciar el sonido cálido y sedoso del saxofón de Suazo. La elegancia de la interpretación fue reforzada por las escobillas de Maldonado en su batería y por el primero de varios solos brillantes de Boria en el piano, cuya relativa economía de notas recordó el propio estilo de Ellington.
“Invitation”, de Bronislau Kaper, recibió aquí un tratamiento de bossa nova suave que pronto dio paso a una espesa expresión colectiva durante el solo de saxofón. Boria hizo gala de su talento en el teclado, con una improvisación de ligeras abstracciones e imaginativo sentido armónico que señaló una madurez muy superior a sus 21 años. Una extensa coda interpretada sin acompañamiento por el saxofonista –la primera de varias durante la noche- dio cuenta de su perfecto dominio del tempo.
A continuación, “Out of Nowhere” –el primer hit que Bing Crosby tuvo como solista, en 1931- fue el vehículo perfecto para que la banda demostrara su swing, con una gran entrada encabezada por el “pedal point” del bajo. Santos Celpa también se destacó como solista en esta interpretación, con una improvisación melódica y de casi acrobática destreza.
Tras una candente “Donna Lee” (composición de Charlie Parker) dominada por feroces solos de saxofón y batería, se unió al cuarteto Humberto Ramírez para tocar “Stolen Moments”, otro estándar de jazz compuesto por Oliver Nelson. La rica armonización de trompeta y saxo en el tema, el magistral solo de Ramírez, el tempo doble que impulsó otro gran solo de Suazo y el sonido ancho y “clásico” del piano de Boria, con inagotables ideas, crearon una de las mejores interpretaciones de la noche.
“Giant Steps”, compuesto por otro legendario saxofonista, John Coltrane, fue un nuevo despliegue de vivacidad estilo bebop, que sirvió de preludio al tema final, la clásica balada “You Don’t Know What Love Is”. Con tonalidades profundas de blues, esta pieza volvió a convocar el espíritu de Coltrane, cuando Suazo entonó el famoso estribillo de “A Love Supreme”. Otra larga coda del saxofonista revalidó sus credenciales creativas, así como su puro amor por la música.
Fue, en resumen, un verdadero conciertazo ofrecido por cuatro maestros de sus respectivos instrumentos, prueba de que el jazz se encuentra en muy buenas manos cuando lo tocan músicos puertorriqueños.
Suazo para Berklee-
Si desea apoyar los estudios de maestría de Jonathan Suazo en Berklee College, hay diferentes vías para hacerlo:
• A través de la campaña electrónica en www.crowdrise.com/Suazo-para-berklee
• Comunicándose con la Asociación de Padres y Amigos de Orquestas Secundarias y Superiores (APAOSS) al 787-547-7733. Su donativo es 100% deducible.
• Depósito directo por ATH Móvil al 787-633-6144.