Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Cada amanecer y cada gota de rocío; la estampa de una yunta de bueyes arando la tierra; el campesino con su tacita de café puya; el cantar del coquí; el arrullo del ruiseñor; el colorido del flamboyán florido y el mugir del toro evocan, con más elocuencia que nunca, el nombre de Abelardo Díaz Alfaro.
En la efeméride de su centenario, la memoria del prolífico cuentista es sinónimo de resistencia patria.
Palpita en nuestra lengua vernácula.
Late en un seis chorreao.
Se inmortaliza en el cafetal.
Se revela en los Teyo Gracia y Peyo Merced de la vida rural; y en la nobleza, que aun caracteriza, al jíbaro puertorriqueño.
Hace 33 años don Francisco Arriví lo describió, en las notas discográficos del elepé “El Josco”, como “un literato de protesta contra el culturicidio de su patria”.
Y es que Abelardo es conciencia nacional que interpela al borincano y lo confronta con su vorágine de contradicciones frente al espejo posmoderno de 2016.
Su centenario, a pesar de las ráfagas de la transculturación y la desintegración fiscal, no ha pasado inadvertido.
Abelardo en la radio-
La voz del locutor Rey Francisco Quiñones le impartió vida al jíbaro Teyo Gracia, el “alter ego” de Abelardo. Lamentablemente, Quiñones se encuentra bastante quebrantado de salud, pero Teyo se inmortalizó a través de cientos de grabaciones históricas que se conservan en los archivos de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública.

Sin embargo, en la radio el veterano trovador Joaquín Mouliert regularmente le rinde honores póstumos evocando anécdotas de su amistad con Abelardo.
Al tanto de la efeméride de su natalicio, el más reciente fue un programa junto a su hijo Abelardo Díaz Meaux, divulgado por la emisora WMDD 1480 AM.
Abelardito, como le apodan, expresó que, ante la incertidumbre política que enfrenta la Nación, su ilustre padre se sentiría indignado. “Papi, en el programa de las estampas de Teyo Gracia, tenía la sección la Cotorrita Criolla, en que comentaban los temas diarios. Me imagino que hoy estaría loco escribiendo sobre lo que acontece porque el País está bien mal. Pienso que él estaría indignado con todo esto de la Junta Federal de Control Fiscal”.
En la audición se recordó que el 27 de septiembre de 1994 don Joaquín Mouliert le dedicó un acróstico con las letras de su nombre y apellidos que anualmente declama en el aniversario de su natalicio y cuya grabación, declamada por Rey Francisco Quiñones, le llevó a su casa.
“Alma sublime, la del poeta.
Braza encendida, con luz de amor.
Eco sonoro, copla o saeta.
Llanto que canta, risa y dolor.
Apóstol sabio, de las costumbres
Reminiscencia de tradición
Deidad que alumbra, las altas cumbres
Oasis lleno, de abnegación”.
Abelardo, como un ‘toro de cría’, murió en 1999, tras una prolongada agonía, según recordaron Abelardito y su entrañable amigo Joaquín Mouliert. Lo mantuvo vivo el amor de su familia y la compañía de sus amigos.
“Papi, le doy gracias a Dios, esperó como 10 años para morirse. Estuvo grave muchas veces y se pensaba que no saldría de la próxima crisis. Pero, como sucedió con una visita de Joaquín al Hospital del Maestro, resurgía y revivía con ánimo”.
‘El Josco’: clásico de clásicos-
El pentagrama también lo ha honrado con la nostalgia del clásico discográfico “El Josco” de Moliendo Vidrio, editado en 1983, aunque la génesis de sus arreglos se remonta a 1979, cuando Gary Núñez y Carmen Nydia Velázquez se involucraron en la producción teatral “Isla-Terrazo”, dirigida por Victoria Espinosa en el Teatro Tapia y otros escenarios del País.

“La admiración era mutua. Él respetaba nuestro trabajo. Por eso accedió a colaborar con nosotros. Entendía que teníamos unas ganas de dejarnos escuchar”, dijo Carmen Nydia a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.
Esta histórica grabación, reeditada en 2002 en el formato de disco compacto, consta de composiciones de Samuel Molina, José Nogueras, Ramón Saldaña y Emanuel Logroño, basadas en el texto de “El Josco”, que a su vez inspiraron temas como “Homenaje a Abelardo Díaz Alfaro”, “Teyo Gracia y la Patria”, “El gesto de la abuela”, “Santa Cló va a la Cuchilla”, “Peyo Merced enseña inglés”, “Teyo Gracia” y la composición homónima, escrita por Bobby Capó Jr.
“Sombra indomable del josco
sobre la loma el valle domina.
Negra cabeza erguida
aspas filosas, mirada impía.
Toro macho, toro padrote
jaiba, toro de cría
no nació pa’ llevar yugo
nació libre en la serranía…”
Treinta y tres años después el disco “El Josco” es una puerta a la nostalgia. Al igual que Abelardo, fallecido el 22 de julio de 1999, pasaron a mejor vida talentos como los músicos Luis Quevedo y Juancito Torres, el cantante Ramón Muñiz y el cantautor Bobby Capó Jr.

Para Carmen Nydia, esta memorable producción discográfica es especial porque incluyó sus décimas “Boliche”. “Siempre me gustó escribir décimas y al meterme en el cuento de Abelardo, traducirlo en esas décimas que me salieron y después grabarlas, y que todavía la gente las pueda oír, para mí es un gran triunfo y un privilegio porque no son muchas las que tengo grabadas”.
Moliendo Vidrio, consecuente con la norma de la Nueva Canción que desde la década de 1970 echó mano a los ritmos autóctonos de Borinquen, revistió a “El Josco” con sonidos urbanos fusionados con el seis, la bomba, la plena y la danza.
“El trabajo de Moliendo Vidrio era eso: una aportación a la Nueva Trova, sin limitarnos a la expresión folclórica. Nos gustaba explorar otros ritmos que son parte de nosotros. Esa fue la esencia de Moliendo. En nuestras presentaciones llegamos a públicos diferentes porque interpretábamos ritmos diferentes”.
La sutil y humorística parodia de la asimilación y transculturación gringa que se perpetúa en “Santa Cló va a la Cuchilla” es una de las grandes contribuciones de Abelardo en “El Josco”.
“Venía con la encomienda,
Sacar del barrio el atraso
Al progreso darle paso,
Que el inglés se hable y se entienda
Al jíbaro recomienda,
Mancha e’ plátano olvidar,
No se vuelva a deslizar
En tigüero por la loma,
Y arenca y funche no coma
Ni se bañe en la quebrá”.
A Carmen siempre le ha impactado la afirmación de la identidad boricua que palpita en la obra de Abelardo. “Es mucho más que un autor costumbrista. Con su palabra, era un historiador. En “Santa Cló va a la Cuchilla” recoge el choque cultural que se da entre los jibaritos cuando intentaron imponer el inglés. Eso no está muy lejos del choque que todavía a diario recibimos pues somos un pueblo culturalmente diferente a lo que es Estados Unidos. Debemos adentrarnos en la obra de Abelardo y si las personas tienen dudas de su puertorriqueñidad la pueden recuperar en los escritos de Abelardo”.

En vida, Abelardo Díaz Alfaro se sintió tan honrado por el gesto de Moliendo Vidrio, que en la literatura del álbum exaltó la labor de Gary Núñez y Carmen Nydia Velázquez. “Estos jóvenes artistas tienen vocación, ingenio, maestría, ante todo voluntad, tenacidad, valor. Y en la pobreza en que han vivido, lo sé, guardan el decoro, el orgullo y no claudican en su creación artística, ni en su libertad de expresión”.
La reedición de “El Josco” en formato fonográfico fue posible, en parte, a los donativos de la Legislatura de Puerto Rico, particularmente gracias a la cooperación de la recientemente fallecida Velda González.
“Fue un precedente que el Senado asignara dinero para un disco. Pienso que era la primera vez que se hacía. También es importante recordar el nombre de Velda como la persona que impulsó este proyecto en la Legislatura”, recordó sobre la artista que en aquel momento ejercía su primer término como Senadora.
En la coyuntura del centenario del natalicio de Abelardo Díaz Alfaro la intérprete y actriz Carmen Nydia Velázquez no descarta unirse a las actividades de recordación con una tertulia radial sobre la experiencia de grabar el elepé “El Josco”.
“Siempre lo he querido hacer. Incluso, creo que Gary también. Pero las vueltas del mundo y del destino nos tienen a cada uno haciendo sus cosas, pero estoy loca por hacer un trabajo sobre Abelardo para que no muera en la memoria colectiva porque es demasiado importante para nosotros y en mi vida como persona comprometida con el País. Fue un hombre tan enamorado de su Patria y tan consciente de todo lo que estaba pasando que para nosotros llegar a su casa para escucharlo fue una escuela que a mí no hay quién me la quite o me la borre”, recordó Carmen al revelar que cultivaron una amistad con su familia porque se sintieron “acogidos como hijos”.
Otros tributos en la música típica-
En 2002, Andrés Jiménez ‘El Jíbaro’ estampó en su cedé “Así somos” la composición “Abelardo Díaz Alfaro”, un seis pampero cuyas décimas son originales de Antonio Ramírez Córdova.
“Abelardo sí sabía
de la campiña dichosa
del guamá y la pomarrosa
y de la copla bravía.
De la jíbara alegría
en su décima cantora.
Del patriotismo que aflora
en criollo resplandor.
Y también del ruiseñor
cuando le canta a la aurora”.

Dos años después, el productor Héctor Colón, de Trova Inc., produjo el disco “Cuéntame un cuento… Abelardo”, con un conglomerado de estrellas de la décima integrado por los trovadores Roberto Silva, Jovino González, Eduardo Villanueva, Miguel Santiago, Tony Rivera, Arturo Santiago Guzmán, Miguel Trinidad, Omar Santiago y Casiano Betancourt.
“La similitud del gran cuentista con los trovadores tienen paralelos pues los trovadores puertorriqueños, usando su inspiración, han sido retratos en versos de la vida cotidiana boricua. Esto es una muestra de que sus cuentos no fueron en vano y que calaron hondo en el subconsciente colectivo del pueblo borincano”, señala Colón, cuya producción incluye títulos como “El Pitirre Guatibirí”, “El cuento del baquiné”, “Don Procopio, el despedidor de duelos”, “Los perros” y, por supuesto, “El Josco”, en una versión en seis del llano original de Roberto Silva.
“Abelardo tú estás vivo
porque a través de tus cuentos
trasciendes los sentimientos
de tu verbo creativo.
Al igual que un josco altivo
le rinde a su patria un sí.
El haber actuado así
en el pueblo te eterniza
y también se inmortaliza
el Josco que vive en ti”.
Su impacto en artes plásticas-
Como documentó recientemente la joven colega Gabriela Ortiz Díaz en este medio, la muestra colectiva “Abelardo: sus cuentos y sus estampas”, estará en exhibición hasta octubre en el Museo de Artes Populares de su natal Caguas. La exposición consiste de 27 obras de 19 artistas plásticos y artesanos, inspirados en fragmentos de sus creaciones literarias “Bagazo”, “Santa Cló va a La Cuchilla”, “Los Perros”, “El Josco” y otras.

Además, el Departamento de Arte y Cultura del Municipio de Caguas celebrará el centenario de Abelardo con festivales de cine y teatro, adaptaciones de cuentos, un concierto, un concurso de talla, entre otras actividades.
“El alcalde William Miranda Torres se comunicó con nosotros y durante el año, todos los meses, se le han dedicado distintas actividades y el domingo 24 es el día cumbre, cuando se recreará el entierro de papi, con una carreta de bueyes. Las actividades continuarán hasta diciembre”, resaltó su hijo.
El día de su natalicio, a las 10:00 a.m., el Instituto de Cultura Puertorriqueña conmemorará el centenario del creador de El Josco con el depósito de una ofrenda floral en su panteón en el Cementerio Santa Magdalena de Pazzis en el Viejo San Juan. Esa mañana arrullarán su memoria el Taller Típico Criollo y Chabela Rodríguez.
Sin embargo, diariamente la familia de Abelardo lo recuerda por su inmenso e infinito amor a Borinquen. Abelardito no olvida que los fines de semana salían a pasear por los campos y costas de Puerto Rico. Abelardo conversaba con agricultores y pescadores. Memorias que su vástago jamás olvidará.
“Hablaba con los jíbaros y los pescadores. Él los ayudaba mucho. Se nutría de su jerga y todo ese vocabulario y lenguaje luego lo usaba en sus creaciones”.
El mejor tributo a la memoria de Abelardo Díaz Alfaro; a la trascendencia e inmortalidad de su Nombre, es perpetuar su obra a y través del liberador ejercicio de la lectura.
“Espero que sigan leyendo la obra de papi y que sigan queriendo la patria, al jíbaro y a su cultura, como a su madre y como a Dios. Eso es lo que papi siempre decía”, concluyó Abelardito.