Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Escribir un tratado de más de mil páginas para saciar su necesidad imperante de resaltar la excelsa figura de Alejandro Tapia y Rivera, fue lo que el profesor Roberto Ramos-Perea realizó por espacio de 10 años. Estos dos puertorriqueños, grande el uno gracias a las enseñanzas que ha recibido de maestros como el otro, han priorizado en sus dramaturgias y obras literarias la historia del País y la importancia de definir la identidad nacional.

Desde el Ateneo Puertorriqueño y el Conservatorio de Artes Dramáticas de esta institución, la gestión nacional que promueve Ramos-Perea sirve como herramienta de resistencia ante el derroche de intentos que han querido opacar o tergiversar quiénes somos. En el siglo XIX, por su parte, Tapia y Rivera ofreció notabilísimas contribuciones al mundo de las letras, así como una abierta y apasionada vida cultural y política. De igual forma, tras de sí dejó fundadas y desarrolladas instituciones como el Ateneo Puertorriqueño, la Sociedad de Conciertos, La Filarmónica, la Sociedad Recolectora de Documentos Históricos, el colectivo literario La Azucena, las Cátedras de Declamación, entre otros muchos otros espacios pioneros de creación cultural que incidieron en la formación de una identidad nacional.
Datos como los anteriores, que detallan la vida y obra del insigne intelectual del siglo XIX, están recogidos en el monumental tratado biográfico que de Alejandro Tapia y Rivera escribió Ramos-Perea y que presentó oficialmente, junto a Publicaciones Gaviota, el pasado lunes en la sede del Ateneo. “Tapia: el primero puertorriqueño”, como se titula el libro, es un recuento de “las aportaciones que a la historia, la literatura y al teatro realizó Alejandro Tapia en su camino a la formación de una identidad cultural puertorriqueña”.

Ramos-Perea cree vehementemente que Tapia armó una revolución al difundir en su época el tema identitario. Según comentó el profesor en la actividad, “Tapia nos está diciendo desde donde esté: defínanse señores, yo me definí”. En ese sentido, si se analiza la situación política actual utilizando los pensamientos tapianos que registra el libro, “la definición es urgente ahora más que nunca”.
Para honrar los 190 años del natalicio del pionero de las letras y del teatro puertorriqueño, atributo que bien investigó el autor del tratado biográfico, el Ateneo y otras instituciones como el PEN Club el Centro de Estudios Avanzados y del Caribe y su Asociación de Estudiantes de Historia, han denominado “Jornada tapiana 2016” a la agenda que incluyó esta presentación.
La actividad del pasado lunes en la noche estuvo enmarcada por un conversatorio dirigido por cuatro distinguidos estudiosos de la obra, la vida y las aportaciones de Don Alejandro Tapia: la directora de la Cátedra de Literatura del Ateneo Puertorriqueño, la Dra. Vivian Auffant; la historiadora Dra. Ivonne Acosta; el crítico literario Dr. Roberto Fernández Valledor; y el académico tapiano y director de la Cátedra de Teatro del Ateneo, el Dr. Edgar Quiles Ferrer. Fue un panel muy enriquecedor, pues los participantes comentaron el libro desde sus áreas de concentración académica y desde su cercanía con Ramos-Perea.

“No tengo palabras, sino grandes y profundos afectos y algunas lágrimas de emoción, para agradecer el inmenso regalo que me han hecho estos cuatro jinetes de la verdad tapiana esta noche en el Ateneo…me han abrazado con intenso afecto esta noche”, expresó en agradecimiento el autor del monumental ejemplar.
Este poderoso, detallado y profundo estudio biográfico refleja, según la mirada que le hizo la Dra. Acosta, que como “Póstumo el transmigrado”, “Tapia ha transmigrado a Roberto”.
El poeta Hamid Galib, actual presidente del Ateneo Puertorriqueño, expresó que el investigador hizo patria con esta obra escrita para “aprender, recordar y aferrarnos a la memoria del que nos describió como pueblo”.
“Tapia nos define”, concluyó el destacado dramaturgo y promotor de la cultura puertorriqueña.