Coreografías para Santurce y su gente

Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Al aire libre, entre la experiencia cultural y artística a la que convidan las nueve musas de bronce, custodias de la plazoleta Juan Morel Campos del Centro de Bellas Artes de Santurce, el grupo de danza “Hincapié” realizó el pasado sábado y domingo un homenaje a los sub barrios de Cangrejos y a los artistas que de ellos germinaron. El evento tuvo la intención, además, de conmemorar el 35 aniversario fundacional del Centro de Bellas Artes (CBA) de Santurce.

Las musas de bronce instaladas en la plazoleta Juan Morel Campos sirvieron de inspiración para esta propuesta artística. (Foto Rafapr)
Las musas de bronce instaladas en la plazoleta Juan Morel Campos sirvieron de inspiración para esta propuesta artística. (Foto Rafapr)

Pero más que celebrar la riqueza cultural que ha brotado de esa zona metropolitana, las dos funciones tuvieron la encomienda de contar las historias de lucha de la región, esas que incluso quedaron acalladas detrás del cemento levantado en aras del progreso y la modernidad. Las “Instalaciones coreográficas”, como se llamó esta propuesta conceptualizada y dirigida por la coreógrafa Petra Bravo, “son un homenaje a las cientos de comunidades pobres que fueron desahuciadas por el proyecto de desarrollo urbano de Minillas en la década de 1970 y principios de los ‘80”. Y es que, precisamente, los predios del Centro de Bellas Artes se construyeron al eliminar comunidades completas como la Parada 21, según expresó Bravo.

Ante un público diverso en generaciones, los artistas de “Hincapié” se desplazaron entre los elementos que siempre adornan la plazoleta – la fuente y las estatuas de las musas – y, haciéndolos parte de sus instalaciones coreográficas, realzaron toda la misión cultural que hace décadas despuntó de la zona santurcina hacia el mundo entero gracias a figuras como: Rafael Cortijo, Sylvia Rexach, Ismael Rivera, Daniel Santos, entre muchos otros.

Se trató de una propuesta interdisciplinaria que presentó con, danza, poesía, bomba, plena, bolero y rap las historias tristes, alegres, y de lucha que todavía intentan contar las comunidades que forman Santurce. Diferentes segmentos hilvanados rescataron la cotidianidad, los recuerdos y la nostalgia de un barrio que continúa latente.

La Bomba fue uno de los elementos presentes en Instalaciones Coreográficas. (Foto Rafapr)
La bomba fue uno de los elementos presentes en el acto cultural. (Foto Rafapr)

Tras la apertura de Héctor Rodríguez “Atabal” y el canto de la contagiosa plena que dice “yo te quiero llevar a pasear a Villa Palmera”, parejas de diferentes edades bailaron al son de una mezcla musical de Cortijo y El Gran Combo que evocaba el Barrio. Las parejas merodeaban una instalación escenográfica de El Fanguito que creó Pepín Lugo para la ocasión con casitas confeccionadas con material reciclado.

“Se escucha una pieza de Sylvia Rexach y entonces cruza el escenario el vagabundo que representa la escasez, entra la bomba contemporánea y la barriada completa, poco a poco, se dona la ambientación, emotividad, rabia y la gestualidad de lo que fue una comunidad… La obra está edificada sobre sentimientos, en la vivencia. Había que recrear esta historia de una manera abstracta, pero directa que, llegara al corazón”, afirmó Petra Bravo sobre lo acontecido el fin de semana pasado.

Como parte de las intervenciones, las actrices Kisha Tikina Burgos, Dolores Pedro, Cathy Vigo, Carola García, María de Azúa y Rosabel Otón dramatizaron un performance alrededor de las nueve musas de bronce, el cual sirvió para crear paralelos entre las nueve inspiraciones estáticas y las actrices inspiradas e inspiradoras. Acompañó ese performance la lectura de un fragmento del poema “Invocación a la Musaraña” de Ricardo Cobián.

Héctor Rodríguez Atabal y otros pleneros fueron parte de la propuesta "Instalaciones Coreográficas". (Foto Rafapr)
Héctor Rodríguez Atabal y otros pleneros fueron parte de la propuesta “Instalaciones Coreográficas”. (Foto Rafapr)

Turbantes en las cabezas, maquillajes bien definidos, vestuarios de colores, gesticulaciones y movimientos corporales contemplaba el público mientras escuchaba el ritmo de un desfile de palabras:

“Musa madre
Musaraña
Mama musa,
incansable surtidora de innovaciones
Tus nueve hijas beben
La flor y nata de tus tetillas”.

Y así, sin querer, o quizás queriendo, el poema aludió a la musa santurcina, esa que continúa moviéndose por el Barrio, y que provocó la inspiración de artesanos de la cultura popular, que a mucha honra, han representado a Puerto Rico con orgullo donde quiera que han pisado.

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