Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Un títere móvil gigante en forma de ballena le ha servido a varios artistas puertorriqueños y estadounidenses para jugar a la magia del teatro surrealista y dispersarla por diferentes lugares de Estados Unidos. Ahora, luego de dos giras por territorio continental estadounidensa, las cuales incluyeron una visita al Miami Art Basel en 2014 y otra a la Conferencia Nacional de Títeres 2015 en la Universidad de Connecticut (UCONN), Ballenarca, como se denomina el proyecto artístico gestado en 2014, “está lista para viajar a través del mar y mover sus aletas en Puerto Rico”.

Para el joven artista puertorriqueño Luis Gabriel Sanabria Irizarry la importancia del teatro de títeres y de imágenes es que logra plasmar realidades diarias en el momento específico de una función y a la vez, en la memoria de los espectadores.
A juzgar por Sanabria Irizarry, el titiritero crea un juego con movimientos basados en la cotidianidad, con acciones simples que remontan al público a un momento pasado o a imaginar un futuro. Este joven considera que en un performance de títeres se recrean memorias con nuevos puntos de perspectiva visual. De esta forma, uno de los propósitos de Ballenarca es definir el estilo surrealista y sicodélico del quehacer teatral utilizando elementos artísticos como el performance, la música, el baile y los títeres para resaltar asuntos sociales como la política, el género y la sexualidad.
Ballenarca es un títere rodante de tamaño real (30 pies) que funciona como un escenario móvil y una escultura interactiva. Construida sobre un tráiler de superficie plana y con materiales reciclados, el títere tiene la facilidad de acoplarse a diferentes espacios. Todas las partes del cuerpo de Ballenarca operan mecánicamente. Por ejemplo, para revelar la lengua y los dientes móviles, su enorme cabeza se abre con un sistema motorizado de poleas de bicicleta.

La artista estadounidense Cheraya Esters y los miembros de colectivos de performance boricuas y norteamericanos como Poncili Creación, Clonesomos y Sailor Poon, trabajaron para crear Ballenarca en Austin, Texas.
A partir de la segunda gira efectuada durante el año pasado, se conformó el grupo Kuniklo y con él, una casa de títeres en Trujillo Alto que servirá como residencia artística y proyecto colectivo emergente. Integrada por Luis Gabriel Sanabria, José Luis Sanabria, Sebastián Turner y Olivia Warner, la iniciativa pretende establecer un punto de encuentro e intercambio artístico accesible a todos los interesados, además, dar a conocer en Puerto Rico el títere ballena y continuar con las presentaciones al aire libre que hacían en el Norte en diferentes playas, parques y plazas de la Isla.

El grupo de títeres y titiriteros está en constante evolución, así como las historias mismas que se desatan a partir de cada experiencia de intercambio con el público de niños y adultos. Además de los títeres, ese momento que crea la confluencia de artes en Ballenarca, usualmente, está integrado por una banda de música en vivo, lo que ayuda a la formación de un espectáculo de ensueño para todas las edades.
“Queremos traerla aquí en ferry desde Jacksonville, Florida en septiembre 2016. Luego de su llegada, la prepararemos para hacer un ‘tour’ alrededor de la Isla. Estaremos ofreciendo espectáculos y talleres para diferentes comunidades en Puerto Rico. Después de ese ‘tour’, la ballena encontrará su hogar permanente en la casa de títere Kuniklo en Trujillo Alto. Será integrada a la escena artística de Puerto Rico como plataforma de intercambio de ideas y proyectos colaborativos”, expresó uno de los miembros del colectivo.
Los artistas de Kuniklo desean compartir en Puerto Rico la alegría que han infundido a través de Estados Unidos con su proyecto. Para eso, solicitan ayudan monetaria. En este enlace se desglosan las maneras de cooperar y los detalles de la campaña “crowdfunding” que llevan a cabo: https://www.indiegogo.com/projects/bring-ballenarca-to-puerto-rico#/