Por Joselo Arroyo
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Una comedia sobre la familia, más una comedia sobre la política, da como resultado una “poli comedia familiar”. Eso es lo que exactamente nos presenta su autor, Antonio Garcia del Toro, en esta nueva versión de su obra “Apaga y vámonos” cuya producción estuvo a cargo del Taller de Teatro de la Universidad Interamericana, recinto metropolitano.
La propuesta, estrenada en 1999, forma parte de la trilogía compuesta junto a “Que la muerte nos separe” (1995) y “Sin la soga y sin la cabra” (1996). En esta -su tercera puesta en escena- se comprueba que la política en nuestra cultura es medular y hasta la familia puede llegar a ser trastocada por ella. Con humor, Garcia de Toro funde los fanatismos religiosos dentro de la familia de la manera más exagerada, contrastando en paralelismos los sentimientos por el país, la persona amada, la familia y las víctimas de las anteriores.
La trama gira en torno a un territorio imaginario dividido en dos. En él “Angélica” resulta electa como alcaldesa de “San Felipe”, mientras su esposo “Fernando” es el elegido a la misma posición por el partido contrario en el nuevo pueblo “Arenas”. Este último, intenta darle una lección a su esposa para convencerla que deje la política. Entre mentiras, artimañas, corrupción y lamentaciones la comedia trascurre en unidades de cuatro años. Hasta que finalmente triunfa el amor.
La premisa a primera vista bien puede resultar irreal o exagerada. Pero conociendo las pasiones que generan el juego y el fanatismo político en nuestro País, lo inverosímil se mueve aquí en un mundo de realidades. De ahí que no sorprenda que este montaje se realice en un año eleccionario en Puerto Rico.
En la función del pasado domingo en el Teatro de la Inter- Metro, el público que esperaba por el comienzo de la pieza, tuvo como antesala un banquete musical escuchando los distintos “jingles” políticos de todos los partidos de pasadas campañas eleccionarias. Como era lógico suponer, las reacciones no se hicieron esperar con risas y comentarios de los presentes en referencia a los distintos estribillos electorales.

Un pueblo dividido en dos, traducido a un matrimonio igualmente dividido fue la norma de este montaje. Si la trama giraba en torno a dos pueblos – y dos partidos – la divertida propuesta se establecía en todos los departamentos de diseños a cargo del propio autor y director de la pieza. Los colores de los partidos políticos -anaranjado y violeta- se repartían el espacio en dos mitades que ambientaban las oficinas de las respectivas alcaldías. En el centro la zona neutral era la casa del matrimonio. El vestuario, igualmente por sus colores, identificaba la afiliación de los personajes. Hasta en la iluminación de Luis Ramos se notaba la influencia de los tonos emblemáticos. La evidencia es clara, o estás con uno o estás con el otro, pues todo en la obra era anaranjado o violeta, a excepción de los personajes “neutros” como el de “La Nana” o el “coro”.
La ejecución del elenco, compuesto por los estudiantes del Taller de Teatro de la Universidad Interamericana -llevados de la mano del director- ofreció un espectáculo completo y gracioso. El grupo en conjunto demostró gran talento y mucha dignidad ante el trabajo histriónico. Realmente este es un colectivo que se aprecia bien acoplado y cincelado por el propio catedrático. Todos los personajes arrancaron risas del público, en especial el “coro” que mutaba y se trasformaba en todas las exigencias del libreto (policías, abogados corruptos, doctores, pueblo, etc.). Este último, sin lugar a dudas, fue uno de los mayores aciertos del montaje a juzgar por la reacción de los presentes.
Tomando en cuenta que este trabajo será parte de la V Gira Universitaria y de la XII Gira Internacional del Taller (que legarán a Colombia y Panamá) se puede descansar tranquilo. En “Apaga y vámonos” hay una buena muestra del talento que hay en nuestra juventud. Y dado el cuidado y empeño con el que trabajan, de seguro ilustrarán un pedazo de nuestro contradictorio hoy a través de una comedia muy bien lograda.