Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La mujer es indispensable en el jazz.
La contribución de Billie Holiday, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn y Carmen McRae es indiscutible.
Acá tuvimos a Lucy Fabery, pionera del filin, el blues y el jazz puertorriqueño. Aunque nunca la invitaron, la mujer también tiene su historia en el Puerto Rico Heineken Jazzfest.

En la vigésimo sexta edición pudimos apreciar el sorpresivo debut de Didi Romero y de la intervención de la bombera Mariela Mendoza durante la presentación de Furito Ríos.
Anoche, durante la jornada final, la cantante italiana Roberta Gambarini representó estelarmente a la mujer, como por derecho propio lo pudo hacer la fenecida Lucy Fabery y como en pasadas ediciones del festival lo hicieron Diane Schuur, Diana Krall, Tania María, Betty Carter y Dee Dee Bridgewater, entre otras.
La presentación de Roberta Gambarini fue excepcional.
Con un cuarteto de ensueño, capitaneado por el virtuoso pianista Cyrus Chesnut (su trayectoria como solista es impresionante) y que integran el baterista Víctor Lewis, el contrabajista John Webber y el saxofonista tenor Justin Robinson, Roberta Gambarini desplegó su temperamento jazzístico, respaldado por su conocimiento de la tradición, su dominio del ‘scat singing’ y un registro envidiable de ilimitados recursos.
Como contraseña, su interpretación ‘a capella’ de “So In Love” confirmó que su invitación fue más que atinada. De hecho, hace unos años se presentó aquí con el Dizzy Gillespie All Star Big Band, recibiendo la aprobación del soberano.
Anoche en “The Old Black Magic”, de Dave Brubeck, desplegó su genial habilidad para los ‘scats’, seguido de un solo del saxofonista tenor Justin Robinson de mucho swing.
A dúo con el pianista Cyrus Chesnut, Roberta recordó a Antonio Carlos Jobim con “Modinha”. En el estándar “Chega de saudade” invitó al clarinetista Paquito D’ Rivera, quien también tocó en la composición “Oblivion”, de Astor Piazolla, el fenecido padre del nuevo tango.

El clímax de su presentación se registró al atardecer con “On The Sunny Side Of The Street”, puro swing, inspirada en los solos de los exponentes del be-bop y el hard-bop Dizzy Gillespie y Sonny Rollins, con otra gran dosis de ‘scats’.
Durante la balada “A Time For Love”, un dueto de piano y voz, comenzó a oscurecer, como transición perfecta al blues “The James Are Coming”.
“Mandela”, del cedé “Connecting Spirits”, en que interpreta la obra del mítico Jimmy Heath, fue otro acierto de su memorable recital así como la composición “Estate” del repertorio de Joao Gilberto, en que simuló un solo de trompeta, arrancando otro fuerte aplauso.
Mientras, el esperado homenaje al maestro Ray Santos, reconocido anoche con un Doctorado Honoris Causa del Berklee College Of Music, que le invistió Darla Hanley, se registró en el marco del debut del ‘big band’ de Humberto Ramírez en el festival.
La orquesta que, lunes tras lunes, toca en el Restaurante Yerba Buena en el Condado, comenzó con los arreglos de Santos “3D Mambo” y “Caribe”, oportuna esta para que el pianista Ángel David Mattos aportara un solo de mucho swing al que incorporó un compás de la melodía de la danza “No me toques” de Juan Morel Campos.
El legendario Ray Santos fue recibido con una ovación de pie y, con humildad, envió besos a la concurrencia. Tras agradecer el homenaje, Ray narró brevemente la historia del mambo jazz.
Y como el público deseaba escuchar música, la primera selección que dirigió Ray fue “Gershwin”, del disco “Dancemania” de Tito Puente, editado en 1953-54. “Cooking”, en la onda de lo que Ray identifica como el ‘cu-bop’, también fue oportuna para apreciar la sonoridad de los días del Palladium, en que el homenajeado arregló para Machito, Tito Rodríguez y Tito Puente.

Ray salió del escenario y entró Paquito D’ Rivera, en otra muestra de su simpático y afable protagonismo, para interpretar el bolero “I Remember Diz”, dedicado a Dizzy Gillespie.
Acto seguido, el maestro Santos fue investido con el Doctorado Honoris Causa de Berklee. “Nunca en mi vida yo pensé que esto iba a pasar, pero pasó”, dijo el legendario arreglista, que dedicó el reconocimiento a sus padres y agradeció a la institución académica con sede en Boston y al productor Luis Álvarez.
La orquesta grande de Humberto reanudó el concierto con una arrolladora versión del arreglo de Ray Santos, “Flamenco Mood”, con solos de trombón, trompeta y saxofón barítono de Toñito Vázquez, Fernando Marcano y Francisco Cruz, respectivamente.
Tras compartir con Humberto algunas anécdotas de su historia musical, Ray regresó a dirigir “Sunny Ray”, otra ventana al acoplamiento e integración del colectivo. Con el arreglo de “Cochise”, Ray Santos se despidió del PRHJF.
Cabe recordar que pronto serán distribuidos los discos que arregló para Eddie Palmieri y Jon Secada, oportunidades para apreciar la trascendencia de esta leyenda de nuestra música.

No podemos olvidar que la última jornada del Puerto Rico Heineken Jazzfest inició con la presentación de los talleres Berklee en Puerto Rico. Bajo la dirección del profesor Eguie Castrillo, los jóvenes David Suleiman, Flavio Lira, Jonathan Salas, Joseph Rivera y Orlando Latorre demostraron que son parte del futuro del jazz puertorriqueño. Guiados por Castrillo, se desarrollan en la tradición y en la fusión del folclor con el jazz, como demostraron en la plena “Roots Of My Land”.
La vigésimo sexta edición del Puerto Rico Heineken Jazzfest será recordada por la excelencia de su programa de cuatro noches, en el que se agenciaron el aplauso unánime de los conocedores talentos como Henry Cole, Charlie Sepúlveda, Ralph Irizarry, Luis Salinas, Furito Ríos, Paquito D’ Rivera y Roberta Gambarini.