Solo como el ave fénix

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Es mayagüezano y tan talentoso como Chucho y Wilkins.

Nunca se retiró.

Por eso ahora no es correcto hablar de un regreso. En todo caso, es otra de sus salidas y entradas.

En verdad, el cantautor Oscar Solo nunca se quitó de la música.

Va y viene.

Desaparece, aparece y reaparece.

Pero, sobre todo, permanece.

Y tras la fama que alcanzó en el circuito del rock de los 70 y su éxito local e internacional como baladista solista con sus interpretaciones de “Otro ocupa mi lugar” y “Gavilán o paloma”, el artista mayagüezano, cuyo nombre es Oscar Aníbal Vicenty Obregón, dice presente en la escena discográfica de 2016 con el lanzamiento de los sencillos “Melodía sonar” y “Bailemos un bolero y luego…”, motivo de una reveladora entrevista telefónica con la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

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Oscar Solo vuelve al mundo del disco con la dirección musical de Nino Segarra. (Foto suministrada)

“No diría que es un ‘comeback’ porque yo siempre he estado entrando y saliendo, entrando y saliendo… Lo que pasa es que las cosas son tan diferentes. Si uno no tiene un padrino económico, un patrocinador o un buen manejador, no sales a flote”, reconoció Oscar.

Su regreso al ambiente es encaminado musicalmente hablando por el productor y arreglista Nino Segarra, gestor de un concepto de jazz latino, con pinceladas del Brasil y una combinación de orquesta grande. “Mi propósito es dentro del jazz latino. Estas composiciones y las que estoy pensando grabar caen dentro de ese género. Era el sonido que deseaba. Se las esbocé a Nino cantándole las melodías y me dijo que le sonaba algo tipo banda. Así fuimos perfeccionando lo que hizo hasta lograr este resultado. Nino es una persona de mucho talento y conocimiento, a quien aquí en Puerto Rico no se le ha dado el valor que tiene. Dio exactamente con lo que yo quería”.

A través de su carrera, Oscar Solo ha cantado de todo: rock, baladas, salsa y música brasileña. Ahora se enfoca en el jazz latino, receptivo a las influencias del mambo, la rumba, el bolero, el chachachá, el tango y los boleros rancheras que escuchó durante su niñez y adolescencia.

Oscar nunca se ha quitado porque, como se recordará, en años recientes participó en el especial del Banco Popular que documenta la era del Ocho Puertas y en 2014 grabó la canción navideña “El último día de diciembre”.

“Hice unas pruebas, inclusive, grabé en salsa. No me sentía cómodo porque me veía forzado a hacer los soneos. Por mi personalidad musical, me sentí incómodo y desistí de seguir la grabación”.

Su afición por el rock, con la que muy bien podría apelar a la nostalgia de los “baby boomers”, aún palpita en su música, porque la influencia de Los Beatles es imborrable.

“En el rock hay que invertir mucho y me resultaba más económico irme por este género”, aclaró el intérprete del tema de mensaje en defensa de la ecología que semanalmente se escucha en el programa dominical “Sálvese quien pueda” de Radio Isla.

"Sentido romántico" fue grabado en España y editado bajo el sello Borinquen. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)
“Sentido romántico”, álbum que marca su última grabación como solista, fue grabado en España y editado bajo el sello Borinquen. (archivo Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Por eso su proyección es hacia un nuevo sendero musical. Ante la falta de representación y desprovisto de un estratega que guíe sus pasos, Oscar es receptivo a su intuición artística y a su experiencia.

“Esta es una producción de mi bolsillo. En este momento me gustaría ser parte de una presentación de artistas del jazz latino y me sentiría más que satisfecho”, explicó Oscar, quien en el pasado ha adaptado éxitos como “Gavilán o paloma” y “Otro ocupa mi lugar” a la cadencia de la bossa nova, con resultados positivos.

Sus últimos discos completos los grabó en España, con los éxitos “San Francisco” y “Ven, abrázame”, editados ambos por Borinquen Records. El último contiene “Amar, amor”, de su autoría, en bossa nova.

“Me encanta la cadencia del Brasil, las voces, el bolero que cultivan y el samba con sonidos caribeños”, acota el primer cantautor puertorriqueño que nos representó en el Festival OTI.

Como en sus inicios con Los Wild Cats, Los Sugar Daddys y Los Night Walkers, Oscar canta por la necesidad de comunicar y expresar sus sentimientos; no por alardear de su registro de barítono.

“Nunca he buscado tonos ni registros altísimos. Nunca me ha interesado lastimarme la voz. Si hay algo que no me llega, le busco el tono. Creo que lo que el público más espera es la proyección y los sentimientos. Ahí es que está la magia”.

Al retomar el tema de las canciones que presenta a inicios de 2016, Oscar aclaró que compuso “Melodía sonar” en 1993. “Comenzó todo un día que me levanté y sentí un zumbido en la cabeza. Me asusté y pensé que me estaba volviendo loco. Luego surgió una tonada en la mente y después el pensamiento me llevó a la letra, a las palabras. Con una grabadorita, lo registré todo. Y la grabé para que el público la disfrute y sepa como estoy con el registro vocal”, detalló Oscar, quien la estrenó con un vídeo muy ingenioso y de mucho dinamismo visual, tipo kareoke, que ha colocado en Youtube, capturando la atención de cientos de personas.

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En los últimos años Oscar Solo ha estado laborando en el campo educativo del País. (Foto suministrada)

“Bailemos un bolero y luego…” es más rítmica, con el respaldo de banda grande. “Es la historia de cuando uno piensa que no se va a enamorar y descubre que sí. El amor si se quiere mucho es bueno. Pensé que a las parejas les gusta mucho este tema. Se supone que saliera para San Valentín, pero nos dilatamos un poquito. Como está muy pegada ‘Melodía sonar’ pensé que es mejor lanzarla después”.

Oscar Solo, sin embargo, sigue activo como profesor de teatro y apreciación musical en un colegio de Bayamón. Desde pocos años después de su consagración como solista se dedica a la docencia, algo que –según exteriorizó- no pocos le criticaron.

“Nunca abandoné la música. Lo que la gente no entiende es que yo no soy el tipo de persona con talento que tiene un ingreso familiar para sostenerse en la música. Hay cantantes que la familia ayuda. Yo no. Desde muy joven, he tenido que trabajar mucho. La única persona que no era parte de mi familia que me ayudó a grabar fue Max Muñiz (q.e.p.d.), pero llegó un momento en que me dijo que no podía continuar y a partir de ese momento no encontré a nadie más que me ayudara. Los artistas somos de carne y hueso como las otras personas y tenemos nuestros compromisos económicos. No soy el cantante que papi y mami ayudan para que siga su carrera”.

La meta a corto plazo de Oscar Solo es encontrar un agente que confíe en su trabajo y lo pueda proyectar en los medios convencionales y en las nuevas plataformas digitales.

Mientras, el sencillo de “Melodía sonar” y “Bailemos un bolero y luego…” se puede escuchar en Youtube. No está a la venta en Itunes ni en Amazon. “Mis sencillos son gratis para el público. Cuando termine el disco, vendría la venta, consiguiendo un buen promotor. Pero ahora estoy ofreciendo estas canciones para que el público sepa como estoy. Han pasado muchos años sin oportunidades, como quisiera. Esto fue como cortarle las alas a un pájaro. Así es como a veces me siento. Pero como el ave fénix, me levantaré”.

Y, como el trovador errante al que alude en su éxito “Nube gris”, Oscar Solo persiste e insiste porque confía, como versa la trillada frase, que el que persevera, tarde o temprano, alcanza.

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