Puerto Rico: un continente musical

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Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Son nuestro patrimonio cultural.

La sexta Gran Gala de Premiación y Exaltación al Salón de la Fama de la Música, celebrada anoche en el Teatro Antonio González Caballero en Carolina, confirmó, una vez más, que nuestros artistas son parte del tesoro de la Nación.

Cada exaltado es protagonista de una historia de honor en la canción. Sea en el rock, la balada, el jazz, la salsa y la música clásica; estén vivos o hayan pasado a mejor vida, el Salón de la Fama de la Música, presidido por José Nieves, reconoce la trascendental obra de los obreros de la canción puertorriqueña.

José Juan Tañón, Zeny y Zory, Lou Briel y Edgardo Huertas participaron en el número de apertura de la premiación. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación nacional para la Cultura Popular)
José Juan Tañón, Zeny y Zory y Lou Briel fueron acompañados por la banda Kasi Novo en el número de apertura de la premiación. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación nacional para la Cultura Popular)

Con una producción bien pensada, un libreto ágil; la agradable moderación de Joaquín Jarque y un montaje escénico a la altura técnica de las mejores ceremonias de premiación, el programa de la sexta gala comenzó con la invocación musical “Solo mi Señor”, cuya letra –original de la fenecida Yolanda Vádiz- interpretaron Yanira Torres, José Juan Tañón, Lou Briel y las gemelas Zeny & Zory, acompañadas por la banda Kasi Novo.

Entonces, comenzó el homenaje a los exaltados; primero con la lectura de datos biográficos por Joaquín; la presentación del padrino o la madrina de cada nominado y las palabras de agradecimiento del premiado.

La jornada inició minutos después de las 7:00 p.m. y concluyó alrededor de las 11:00 p.m. Cuatro horas de nostalgia y recuerdos. Cuatro horas de remembranzas e historia.

El primer homenajeado de la noche fue el compositor, bailarín, cantante y percusionista cangrejero Genaro “Henny” Álvarez, recordado por sus grabaciones con Orlando Marín, el Grupo Folclórico y Experimental Nuevayorquino y, en especial, por su coautoría de la ópera latina “Hommy” que en 1973 grabó la Orquesta Harlow.

“Bien merecido porque Henny nos decía las cosas con su música y contaba sus cuentos con su sabrosura”, destacó Héctor Fabergé, poco antes de entregar el galardón, en forma de micrófono, a su hija Cuqui.

El tenor Antonio Barasorda, en representación del ‘bel canto’ boricua, fue el segundo homenajeado de la noche. Esta voz lírica es reconocida internacionalmente, pues, ha participado en roles estelares de lo más selecto del repertorio operístico.

“Es un gran orgullo aceptar esta exaltación porque, como todo artista que se encamina en esta difícil tarea […] soñamos con algo esencial: ser profetas en nuestra tierra y este reconocimiento me hace sentir que lo soy. He ido por el mundo tratando de hacer lo mejor de mi arte para que el nombre de Puerto Rico quede en alto”.

El recordado cuarteto Las Caribelles, representado por Emily y Norma Krasinski y Frances Girau, fue intslado en el Salón de la Fama de la Múisca. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
El recordado cuarteto Las Caribelles, representado por Emily y Norma Krasinski y Frances Girau, fue intslado en el Salón de la Fama de la Múisca. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Posiblemente, la premiación más esperada (al menos para este periodista) fue la de Las Caribelles, a quienes presentó Alfred D. Herger. A la gala llegaron, Francés Girau, Norma y Emily Krasinski, quienes excusaron a Mary Lyne Pagán, que por razones de salud no pudo asistir, pero a quien le agradecieron su aportación en el diseño del vestuario, montaje de voces y coreografías del cuarteto.

“Estas nenas me las trajo para audicionar Fausto Curbelo, arreglista y pianista. Me impresioné porque cantaban bien chulo. Se veían muy bien y todavía se ven muy bien. Hicimos unos discos y un show y volaron”, recordó Alfred, en palabras sencillas, pero muy sinceras.

Frances, Emily y Norma, conocida también por su posterior personaje infantil Chícola, evocaron el pasado entre anécdotas. Fue tan particular el entusiasmo que suscitaron anoche que no sorprendería que algún día, a pesar de la madurez, regresen para recordar éxitos como “La felicidad”, “Mátame”, “Un hombre y una mujer”, “El eco de tu voz” y otros.

“Nunca se podrá decir demasiado de Alfred D Herger porque ha sido de bendición para muchos artistas. Él nos abrió las puertas. Él nos cambió el estilo. Cantábamos bonito, pero nos dijo: ‘con eso no van para ningún sitio’. Y nos trajo la canción “La felicidad” y otras letras, con la indicación de que eso era lo que íbamos a hacer. Y esas canciones fueron las que pegaron. Gracias a sus conocimientos de los mercados, fue nuestro padre”, resaltó Norma, cuyas compañeras recordaron al coleccionista Heriberto Sanabria como el motor que ha insistido en un reencuentro de Las Caribelles.

Por su parte, Sophy de Puerto Rico y América, quien fue presentada por Marisol Quiñones, aceptó el reconocimiento con alegría. “Este es un momento para saber que uno es profeta en su tierra”, señaló escuetamente.

Roberto Roena fue presentado por Willie Rosario. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Roberto Roena fue presentado por Willie Rosario. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Acto seguido, el punto culminante del programa se registró durante un tributo a Julio Ángel, fallecido el año pasado. La banda Kasi Novo, del licenciado Ángel Villamil, lo recordó con las interpretaciones de un popurrí de éxitos, como “Es Lupe”, “Háblame” y “El diamante”, con el cantante Juan Custodio en versiones que honraron su memoria.

Tras el tributo musical a Julio Ángel, uno de los testimonios más impactantes de la premiación fue articulado por Johnny López ‘El Bravo’, director de los Pleneros de la Fe y un productor de una trayectoria de medio siglo que agradeció a Dios la bendición de la exaltación al Salón de la Fama de la Música.

“Primeramente, doy gracias a Dios porque sabemos que sin Él nada podemos hacer. En mi caminar, 50 años haciendo música, entiendo que sin yo conocerlo, Él siempre me estuvo guardando […] Muchas veces uno no entiende cómo suceden las cosas, pero he aprendido que Dios camina por senderos misteriosos”, señaló el artista que recientemente fue reconocido en Barranquilla, Colombia, por su contribución a la música como productor de la última grabación de Chuito el de Bayamón y de conceptos como El Combo del Ayer y Los Hijos de la Salsa.

Por su parte, al pintor Rafael Trelles le correspondió presentar al pianista Carli Muñoz, uno de los protagonistas y exponentes más consecuentes del cultivo del jazz en la Nación borincana.

“Me resuena el amor inmenso que hay en Puerto Rico y se refleja en la música, las agrupaciones y este inmenso talento, lo cual me hace pensar que vivimos en una burbuja, al menos para mí, porque hace falta un evento así para ver todo este talento que tenemos, que es algo realmente poderoso, lo que hace sentir la puertorriqueñidad que tenemos y nos invita a ser vehículos de quiénes somos”, expresó Carli.

El maestro Willie Rosario, exaltado al Salón de la Fama en una pasada edición, presentó a su amigo Roberto Roena, quien asistió a la ceremonia en compañía de su familia.

Roena recordó a Rafael Cortijo y lo hizo inmediatamente después de que el público lo recibiera marcando la clave y tarareando el estribillo de “Tú loco, loco y yo tranquilo”.

Mirar a Roberto Roena es como ver a Rafael Cortijo, Ismael Rivera, Sammy Ayala, Martín Quiñones y los integrantes originales del Combo que puso a bailar a la alta alcurnia.

Fue muy emotivo, cuando sin contener las lágrimas, dedicó el premio a su fenecido tío Aníbal Vázquez, hermano de su madre Raquel y con quien solía bailar durante la interpretación de “Coro miraye” en los conciertos de la Fania All Stars.

José Vega "Remi" agradeció a su progenitora y a los productores Tommy Muñiz y Elín Ortiz por el apoyo que le dieron a su carrera. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
José Vega “Remi” agradeció a su progenitora y a los productores Tommy Muñiz y Elín Ortiz por el apoyo que le dieron a su carrera. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Con un discurso a favor del respeto a la niñez, José Vega “Remi” aceptó el homenaje del comité organizador del Salón de la Fama de la Música, agradeció la crianza de su madre Googie Santana, al productor Elín Ortiz por su primera oportunidad en la televisión, a don Tommy Muñiz por su respaldo al desarrollo de su personaje infantil y exhortó a sus compañeros artistas a integrar una cruzada de protección a las víctimas de maltrato infantil.

“Hubo más de 30 mil niños maltratados en 2015 en Puerto Rico, anotados en una lista del Departamento de la Familia. Por cada niño anotado, hay dos que no. Son casi 90 mil niños. Hago un llamado a los compañeros músicos […], a quienes admiro, quiero y respeto, que se unan a ver si podemos bajar esa cifra. No podemos decir que somos un gran país cuando nuestros niños y niñas son maltratados. Este premio es para los niños y niñas que han hecho posible que me convierta en lo que soy. Y lo dedico a Sandra Zaiter y a Chícola”, expresó José Vega ‘Remi” al arrancar el aplauso más sonoro de la velada.

Este año el Premio Bohemia fue depositado en las manos de las gemelas Zeny & Zory y del cantautor Lou Briel. El polifacético músico Martín Nieves, tercer recipiente del Premio Bohemia, se vio involucrado en un grave accidente que le impidió llegar a Carolina. Fue sustituido por Frank Suárez en la interpretación al piano de los boleros “Contigo aprendí” de Armando Manzanero y “Matiz de amor” de Silvia Rexach que cantaron Zeny & Zory y Lou Briel, respectivamente.

De hecho, minutos antes y casi a manera de una catarsis, Lou Briel exteriorizó su tristeza y frustración por el boicot al que alegadamente se expone su música, indicando que siempre ha creído en la rehabilitación para los artistas que han cometido errores.

“También creo muy firmemente en el reconocimiento y en las oportunidades libres de bloqueo a todos aquellos que nunca hemos cometido fechorías, que nunca hemos tenido problemas con la justicia ni con drogas, que hemos mantenido nuestra integridad. Por eso y otras cosas acepto este premio en la bohemia. En los últimos 15 años no me han visto en la televisión por causas ajenas a mi voluntad y 15 años en que mi música y mis composiciones han sido vetadas en la radio y la televisión simplemente porque hay una organización secreta que por medio de la intimidación ha llegado a dar una orden seca y escrita de que mi música no se puede difundir en nuestro país. Gracias a Dios esto no pasa en el resto del universo, solamente en mi país, en Puerto Rico. Es triste y vergonzoso. Por eso recibo este premio con alegría inmensa porque la bohemia ha sido mi sustento en estos 15 años”, reveló, con valentía, Lou Briel.

La sexta Gala de Premiación y Exaltación al Salón de la Fama de la Música finalizó después de la entrega del Premio Rafael Quiñones Vidal a la memoria de Luis Vigoreaux y de la Medalla Santa Cecilia, patrona de los músicos, a Jorge Laboy, Frank Suárez y Luis Esteban Ortiz.

Fue una jornada amena, divertida y muy didáctica que, en un sistema en el que no pocos medios se caracterizan por su memoria corta, invita a aterrizar durante unas horas para recordar y reconocer que, culturalmente hablando, Puerto Rico es un continente musical.

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