La celebración del centenario del natalicio de Daniel Santos trajo recientemente el recuerdo de uno de sus grandes aciertos en la canción popular: la interpretación de “El juego de la vida” del autor puertorriqueño Mundito Medina. Para arrojar luz sobre la trayectoria de este compositor y su legado a la cultura popular, reproducimos a continuación el escrito que el licenciado José Enrique Ayoroa Santaliz publicara en la edición 16 de La Canción Popular en 2002.
¿Qué no me encuentras?
¡Si es que no me has buscado…!
Carmelina Vizcarrondo Cuentista y poeta puertorriqueña.
A Pablo Marcial (Tito) Ortiz Ramos, tan fácil en el trato, sabio, generoso y bueno.
Por José Enrique Ayoroa Santaliz
Mundito Medina, puertorriqueño, fue el entrenador del boxeador cubano Kid Gavilán (Gerardo González) durante los años en los que el Kid tuvo su base de operaciones en la ciudad de Nueva York, manejado en distintos momentos por Fernando Balido, Ángel López y finalmente por Yamil Chade. También fue compositor de éxitos discográficos tales como el bolero “El cuartito”, en la voz del cubano Panchito Riset, y del también famoso bolero “En el juego de la vida”, inmortalizado por el cubano Orlando Contreras y por el Inquieto Anacobero, Daniel Santos. Este último dato, sobre el bolero titulado “En el juego de la vida”, lo afirman el periodista cubano Enrique C. Betancourt, en su libro “Apuntes para la historia, radio, televisión y farándula de la Cuba de ayer”… y el músico puertorriqueño Ramoncito Rodríguez, El Andino, en el segundo volumen de su obra “El gran cancionero: 500 canciones de todos los tiempos”, editado en el año 1998.

Quienes me conocen saben que el deporte fue esencial en mi vida durante mi infancia, adolescencia y temprana juventud. Jugué baloncesto y volibol, mantuve durante veinte años un programa radial diario, siete días a la semana, de noticias y comentarios de tema deportivo y durante ese mismo tiempo narré volibol, baloncesto, boxeo, ciclismo y pista y campo. Narré las Justas Interuniversitarias de Pista y Campo y prácticamente todas las maratones pedestres que fueron surgiendo en el país, desde el año 1959 hasta el 1979. Entre otros, tuve el honor de ser el presentador desde el cuadrilátero del único combate pugilístico en el que estuvo en juego un título mundial, que se llevó a cabo en la ciudad de Ponce, específicamente en el Estadio Paquito Montaner el 11 de octubre de 1975. Fue el combate entre el salinense Ángel (El Cholo) Espada y el estadounidense Johnny Gant, que ganó el puertorriqueño. Y escribí columnas de tema deportivo en todos los periódicos y revistas que hubo en Puerto Rico hasta el 17 de diciembre de 1979.
Desde muy niño estuve especialmente ligado al boxeo puertorriqueño, gracias al inolvidable tío, Enrique Ayoroa Abreu, a la pasión que ese tío, ya fallecido, sentía por el boxeo, y a la amistad que nos unía al patriota puertorriqueño Ray Santana, varias veces candidato eleccionario a la Alcaldía de San Juan por el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), y promotor de recurrentes carteleras de boxeo profesional en el Parque Sixto Escobar, durante las décadas de los años cuarenta y cincuenta. Relato las experiencias que viví en torno a esas carteleras de boxeo profesional, en el segmento titulado El diablillo rojo, de mi obra De Guajataca a los Cedros, entre las páginas 212 y 218 de ese libro. (“El Diablillo Rojo”, mi ídolo de infancia en el boxeo profesional, era un boxeador santurcino de la categoría del peso pluma, que invariablemente vestía medias, zapatillas y trusa rojas, cubría su cuerpo con una bata roja y su cabeza con una toalla del mismo color.)

Dado mi profundo amor por el deporte y, en concreto, mi vinculación desde niño con el boxeo profesional, pronto supe de la existencia de Mundito Medina, el entrenador puertorriqueño del campeón mundial del peso welter desde el 4 de febrero de 1952 en que obtuvo el título, al vencer a Bobby Dykes, en Miami, hasta el 20 de octubre de 1954, cuando lo perdió frente a Johnny Saxton en un combate amañado por la mafia del boxeo, Gerardo González, cuyo “nombre-de-guerra” era Kid Gavilán.
Igualmente supe que ese entrenador puertorriqueño también era el compositor musical y el autor del gran éxito de velloneras titulado El cuartito, grabado en el año 1947 por el bolerista cubano Panchito Riset:
¿Por qué ries así?
tú no tienes razón
para amargar mi corazón…
Tú sabes que te quiero
que en el cuartito espero
llorando por ti…
¿Por qué no vienes a mí?
El cuartito está igualito
como cuando tú te fuiste
la luz a medio tono
la cortina bajita
como tú la pusiste.
“Tu retrato con flores
porque aquí tú eres Dios
en este altar sagrado
donde te espero yo…
La radio está en el sitio
donde tú la pusiste,
¿te acuerdas?
junto al nido donde mi amor te di.
El cuartito está igualito
como cuando te fuiste y
siempre estará así
como te gusta a ti.
Puesto que la canción popular también es uno de mis más arraigados amores, he ido por la vida procurando aquí y allá información sobre este puertorriqueño exitoso y sin embargo poco conocido, entrenador de un campeón mundial de boxeo y autor de éxitos musicales. Ahora bien, hace más de un año me propuse indagar en rigor sobre la vida y obra de Mundito Medina, con la intención específica de escribir este artículo sobre él y sobre su obra artística para la revista La Canción Popular.
He consultado libros, revistas, viejos periódicos y he recurrido a infinidad de especialistas en el campo de la canción popular y del boxeo profesional, sobre todo en la ciudad de Nueva York durante las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta. He entrado en comunicación personal, epistolar y telefónica con algunas personas que le conocieron personalmente. Descubrí que no son muchos los que lo conocen y que los pocos que lo conocen realmente lo conocen poco.

Luego de ardua búsqueda, de infinidad de consultas, cartas y llamadas telefónicas, la realidad es que he acopiado poca información. Aquí la comparto, enhebrando los pedacitos conseguidos a la manera de un mural, un mosaico, un rosario o un encaje de mundillo.
El muy querido amigo, a quien dedico este escrito, Pablo Marcial (Tito) Ortiz Ramos, en la página 156 de su libro “A tres voces y guitarras”, bajo el epígrafe de Comienza el fenómeno, y refiriéndose al nacimiento y debut en la ciudad de Nueva York del inmortal Trío Los Panchos, dice: En uno de esos ensayos los escuchó el empresario del Teatro Hispano de Nueva York, el puertorriqueño Mundito Medina, y les ofreció el primer contrato, pagándoles $225.00 a la semana. El Sr. Medina estaba muy lejos de imaginar que había facilitado el debut del trío que habría de revolucionar la trova popular.
Don Jaime Rico Salazar, en la página 442 de su seminal libro Cien años de bolero, refiriéndose al bolerista cubano Panchito Riset, afirma:“Su estilo original en la interpretación del bolero, con cierto acento sonero, le dio mucho éxito. La canción que más popularidad tuvo de su extenso repertorio fue “El Cuartito”, de Mundito Medina, bolero que grabó en 1947. El año de la grabación está ratificado por el compositor cubano Bobby Collazo, en la página 278 de su libro “La última noche que pasé contigo”, bajo el epígrafe de Año 1947, cuando dice: Panchito Riset graba su “hit” continental “El Cuartito”, de Mundito Medina, un antiguo boxeador que le dio por ser compositor”.
En la página 69 de su libro Apuntes para la historia, radio, television y farándula de la Cuba de ayer…, del periodista cubano Enrique C. Betancourt, éste abunda:–El puertorriqueño Mundito Medina–que fue entrenador de “Kid Gavilán”–se destacó como compositor, popularizando números como “Marine Tiger”, “Te vendo el corazón” y “En el juego de la vida”; y su composición “El cuartito”, un verdadero hit en la voz del cubano Panchito Riset, aún se canta”
La letra de la canción “En el juego de la vida” lee como sigue:
En el juego de la vida
juega el grande y juega el chico
juega el blanco y juega el negro
juega el pobre y juega el rico.
En el juego de la vida
nada te vale la suerte
porque al fin de la partida
gana el albur de la muerte.
Juega con tus cartas limpias
en el juego de la vida,
al morir nada te llevas
vive y deja que otro viva.
Cuatro puertas hay abiertas
al que no tiene dinero
el hospital y la cárcel
la iglesia y el cementerio.
Entre las personalidades a las que recurrí en solicitud de ayuda para pergeñar este artículo, el 1 de julio del año 2001 recibí, en respuesta a una mía, la carta que sigue, del periodista y narrador deportivo cubano radicado hace más de 40 años en Puerto Rico, don René Molina: Estimado Quique: Aunque me apena saber que no escribes más sobre deportes, me alegra saber que lo haces sobre otro tema de innegable interés como es el de la música; sobre todo la nuestra.
En relación a “Mundito” Medina recuerdo un hecho en el cual fue la figura central.
Dejo a tu criterio el incluirlo en tu artículo.
Como tú señalas en tu carta, “Mundito” fue entrenador de Kid Gavilán desde que éste llegó a New York con su apoderado Fernando Balido y era el “second” principal en todas sus peleas.
La noche del 20 de octubre de 1954, Gavilán defendió el título “welter” que poseía desde 1951 frente a Johnny Saxton en Filadelfia, y en una decisión totalmente injusta, Saxton fue proclamado ganador.
La pelea estaba transmitiéndose en español y cuando se anunció el veredicto de los jueces el comentarista se acercó a “Mundito” y le preguntó “¿Qué Usted cree de esta decisión?” A lo que respondió indignado: “Yo le había dicho al Kid que lo iban a joder”.
En la actualidad la respuesta no hubiese tenido resonancia, pero en aquellos días una “mala-palabra” en una transmisión radial era motivo de escándalo.
Por cierto, que con el tiempo se supo que “Mundito” Medina tenía razón, pues los que controlaban el boxeo habían tenido problemas con el apoderado de Gavilán y aparentemente el Kid pagó las consecuencias.
Yo conocí a “Mundito”, pero superficialmente.
Si en alguna otra cosa puedo ayudar, sabes que estoy a tus órdenes.
Cordialmente, René Molina.

Los que son asiduos lectores de la Revista La Canción Popular, los que la coleccionan, deben recordar que en el número 14, publicado en el año 1999, y en las páginas comprendidas entre la 5 y la 13 de esa edición, se me hizo el honor de publicar un artículo titulado Paul Márquez, coautor de “El eco y el carretero”. Ese artículo es el fruto de una investigación periodística similar a ésta. Y en aquel artículo, entre otras tantas informaciones que me ofrecieron Paul Márquez, hijo y el cantante ponceño Luis Ángel (Wiso) Rivas Malavé, me contaron que el letrista de canciones Paul Márquez, padre, tenía una estrecha amistad con el boxeador cubano Gerardo González, Kid Gavilán. Por una elemental asociación de ideas supuse que Paul Márquez, hijo, quien vive en Palm Bay, Florida, y es un ser humano gentil y dadivoso, me podía ofrecer más información sobre Mundito Medina y su obra. Supuse, por razones evidentes, que el hijo del letrista que era amigo de Gavilán debía conocer a Mundito Medina y su obra.
Me comuniqué con Márquez, hijo y, aunque no conoce mucho sobre Medina, dada su estrecha amistad con el cantante puertorriqueño Blas Hernández, me envió copias fotostáticas del disco de larga duración marca Ansonia (ALP 1267), en el que Blas Hernández y su conjunto grabaron la canción tango de Mundito Medina titulada “Porque te conocí”.
Igualmente me envió fotocopia del disco de 78 revoluciones, también marca Ansonia (ANY 19), en el que Blas Hernández originalmente grabó ese tango-canción de Mundito Medina, acompañado por las guitarras de Orta, Marrero y Alvarado (5093-B) y un “cassete” en el que vacía esa grabación de 78 revoluciones.
La letra de este tango-canción dice como sigue:
“Porque te conocí
para desgracia mía,
hoy ya no se quién soy,
ni sé por donde voy
agando entre tinieblas
que me dejó tu olvido,
llorando sin consuelo,
si sé que te perdí,
sin fe, sin esperanza,
porque ya nada anhelo,
si sabes que te quiero
y he de vivir sin ti.
Sin ti que eres mi vida,
sin ti que eres mi gloria,
sin ti ya nada quiero
que no sea por ti.
or ti la copa apuro
y ahondo más la herida que hiciste
vos en mi alma,
tan cruel, sin compasión.
Por ti en un mar de lágrimas
hoy quiero ahogar mis penas,
por ti ya cada gota
como un puñal destroza mi pobre corazón”.
El locutor radial ponceño Harry Núñez me dijo que el playero ponceño Antonio Droz, quien reside en Nueva York hace muchos años, lo conoció personalmente. Así las cosas, luego de una larga investigación, dimos con el teléfono de Droz en la ciudad de Nueva York. En efecto, Droz lo conoció, pero no es mucho lo que nos pudo aportar: “Yo lo conocí… nos reuníamos, íbamos frecuentemente a una barbería muy famosa… en la 110 y Lexington, de Luis Cora, quien era de Guayama. Allá se reunían boxeadores: Kid Gavilán, Mundito, que era entrenador de Kid Gavilán, Machito…
Mundito tenía un gimnasio en Central Park y la Calle 103, en West Side.
Tengo un amigo… Pedro Ortiz… yo lo vi aquí… Vio a Mundito en el 1996, pero no sabe de él…
Ahora mismo no sé si todavía vive.
Lo mismo ocurre con el primera voz y director de tríos Luis Ángel (Wiso) Rivas, quien me dice: Yo sabía quién era él… nunca pude dialogar personalmente con él. Lo conocí a través de “El cuartito”. Mundito Medina compuso unos cuantos… ése fue el “hitazo”. También es autor de “Marine Tiger”.
El profesor Rafael Rentas, coleccionista y aliento del Club de Admiradores de la Música Popular, de Juana Díaz, me informa, en comunicación escrita del 20 de febrero de 2002: Sigue la incógnita sobre Mundito Medina, sin embargo hay que continuar averiguando sobre quién es (fue) este caballero.
Llamé a Marta y le informé (lo que posiblemente ya tú habías averiguado) sobre la información que nos da Tito Ortiz en su libro (página 156) con relación a Los Panchos y Mundito.

También en unos 10 discos (LP) que tengo de Panchito Riset me aparecen los números: “El Cuartito”, “Ahora soy como tú”, ambos de Mundito Medina, y uno que nos pone a pensar si se trata de este señor: En el álbum Ansonia ALP 1228, Volumen 3, de Luis (Lija) Ortiz acompañando a Riset, el bolero “Maldita ambición”, de un tal Luis E. Medina ¿será Mundito? (fíjate que la E. puede ser Edmundo, ¿no te parece?).
También en la discografía de Tony Pizarro aparece el bolero “Vivo del recuerdo”, grabado por Tony en Nueva York en el 1946 con la Orquesta de Marcelino Guerra, también de Mundito (tengo la grabación).
Seguiremos la búsqueda.
El muy querido amigo, Miguelito Miranda, excelente trompetista, compositor, arreglista y director de orquesta, “La Trompeta Mágica de Puerto Rico”, me relata: Lo conocí en la Casa Victoria, la tienda de discos de Victoria Hernández, la hermana de Rafael Hernández. Eso fue en el año 1938. La tienda de Victoria era un lugar donde nos congregábamos los artistas. El que no iba a comprar discos… iba a hablar sobre música y músicos.
Otro sitio de reunión de los artistas era un billar que había en la Calle 114… se reunían a hablar, a cantar, a comentar…
Yo solía ir a casa de Noro Morales, que vivía cerca de allí.
Mundito Medina era un hombre bajito, poco más alto que yo. Sabíamos que era puertorriqueño y que era el autor del muy famoso bolero “El Cuartito”.
En fin, si cuento, a cuántas personas y entidades he recurrido en esta afanosa búsqueda, quizás no me lo crean. Además de los ya mencionados, también toqué a las puertas, entre otros tantos, de don Juan Mora Bosch, Agustinée Vélez, Gilbert Mamery, Mike Amadeo y Ansonia Records en Nueva York, a la Oficina de Asuntos Culturales del Municipio de San Lorenzo –toda vez que alguien me dijo que Mundito era oriundo de San Lorenzo–, a Jorge Luis Ruiz Rosaly, Rafi Torres – presentador musical de la cadena WKAQ-Radio El Mundo, en su programa de cada sábado, de seis de la tarde a nueve de la noche; a los comentaristas deportivos Elliot Castro Tirado y Ramiro Martínez, al excampeón mundial de boxeo José Luis “Chegüí” Torres… y paremos de contar.
Por hoy, adelanto lo que he conseguido… y le pido a Dios que me dé vida para algún día completarlo.
Un “duro” del boxeo profesional en días en que la mafia dominaba esa actividad atlética todavía más que lo que la domina hoy, que espera a la amada en el cuartito que aquella abandonó, …llorando por ti… Un “duro” de nariz achatada y orejas de coliflor, que le dice a la tórtola que abandonó el nido de amor “…por ti en un mar de lágrimas hoy quiero ahogar mis penas…” Un “duro” que, en fin, puede llenar con mérito todo un capítulo del libro titulado El llanto, historia cultural de las lágrimas, escrito por Tom Lutz… es un ser humano muy digno de nuestra más seria atención.
Revista La Canción Popular
Núm 16, Año 16, 2002, p. 47