Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El pasado domingo siete de febrero acudimos al Teatrito de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, para ver “Watts, la luminiscencia del arte”; trabajo creativo de los estudiantes de las clases de Iluminación del Departamento de Drama, dirigido por el profesor Israel Franco-Müller. Nos sentíamos motivados por la curiosidad que encendieron los comentarios de compañeros teatreros a quienes respetamos. Como efecto, nos fundimos en una experiencia enriquecedora que recorrió todos los niveles internos a los que podemos llegar sentados en las butacas de una pequeña sala de teatro, lo cual incluyó ausencia de barreras entre el pasado, presente y futuro y el espacio interestelar. Fue, además, inspirador. Las motivaciones de inspiración no fueron provocadas por efectos extraordinarios. “Washes”, especiales, un cenital blanco en centro-centro, un sombrero, máquina de humo, vídeo, polea, máquina de burbujas, lluvia de pétalos de rosas, gobos, acompañados por una buena selección y edición de sonidos, sirvieron para media hora de alucinación.

“Watts, la luminiscencia del arte”, es un espectáculo donde los actores son la luz y el sonido. Se trata de un ejercicio que el profesor Franco-Müller asigna a sus estudiantes de iluminación. Los jóvenes deben aplicar toda la teoría aprendida en el diseño y creación de una historia que debe relatarse con iluminación, acompañada del sonido. Estos ejercicios pretenden que los estudiantes exploren la capacidad que tiene la luz para relatar en el escenario, y se han dado a través de cinco años. Las muestras que vimos el domingo 3 de febrero, estuvieron a cargo de los estudiantes de Iluminación 1, Iluminación 2, y cuatro egresados del curso que exploran en estos momentos el ambiente profesional. Las historias fueron creadas, montadas y programadas por los mismos estudiantes, con el concepto general del profesor Franco-Müller.
Angelina Rodríguez, Orlando Rodríguez, Janilka Romero y Fabiola Feliciano, llamaron a su historia “El misterio del sombrero”, y lo explicaron de siguiente manera en el programa de mano cibernético: “En los museos más atractivos de la humanidad, se ha exhibido un sombrero cuyo valor es codiciado por los hombres de poder, en especial por aquellos que controlan la oscuridad”. “El misterio del sobrero”, usó luz, humo, proyecciones en pantalla, sonido incidental y despertó en nosotros cierta nostalgia del maestro Alfred Hitchcock, en cuyo trabajo se basan los genios contemporáneos del terror.
“En la feria”, fue el nombre que escogieron Cristina del C. López, Melany L. López, Cheryl Robles, Mariesther I. Muñoz, para seguir la pista de “Dos hermanos en constante competencia, que se enfrentan al mayor reto que determinará, de una vez por todas, quién es el mejor”. Este trabajo tuvo los recursos de instrumentos de luces, humo y vídeo, y estuvo muy cerca de darnos la “real experiencia virtual” de las atracciones extremas en los parques de diversión.
“Un viaje por los rincones de nuestra galaxia: La raza humana intenta descifrar los infinitos misterios del universo”, fue la sinopsis que Marjorie Ocasio, Víctor Gerardo Colón, José Luis Orta y Dorcas Figueroa ofrecieron para “Travesía espacial”. Por lo apasionante que resulta todo lo relacionado con asuntos del espacio, nos despegamos de la crítica en este momento y decidimos disfrutar plenamente la emoción. Los “washes” blancos que golpearon al público, colaboraron con efectividad a la diversión.

“En menos 10”, Brendalee Morales, Nilda P López y Carlos Haddock desarrollaron “Los rumbos utópicos que tu vida puede tomar al azar. Al undécimo minuto, todo habrá cambiado”. Es posible que esta, por ser el más afín y cercano a nuestra cotidianeidad, resultara ser la más poderosa de las cuatro historias. La edición de los momentos, los cuales señalaron con luz hacia el público como actor que robó protagonismo, fue inteligente y creativa. La sirena de policía, el “stropp light”, las luces en el piso al foro del escenario, las proyecciones, nos ubicaron en algún espacio personal confundido en el cerebro como reacción involuntaria de nuestros acercamientos a la vida real. Las burbujas nos hicieron cómplices activos de la acción. Pudo tratarse de un truco publicitario, de una ventana a la esperanza o de un regreso a la infancia. Nosotros regresamos a nuestro momento estudiantil y deseamos tener la oportunidad de participar de un curso universitario donde se fomenta y se desarrolla la creatividad de una clase que se cataloga como técnica.
Desde mucho antes de Watts, sabíamos que los iluminadores eran grandes artistas y que las luces pueden ser grandes estrellas. Crear con la luz es pintar la transformación abstracta de ese ideal que casi puedes tocar. Los adelantos de la tecnología fomentan esta estrella, la cual está al servicio de un montaje. La propuesta de Israel Franco-Müller con sus estudiantes, hizo de la luz y el sonido protagonistas de acción. El resultado aportó, añadió y provocó la creatividad inteligente con las luces mucho más allá de la ambientación, en la tormenta de ideas que se dan con el director de escena, e inspiró otras propuestas que se presentarán en el futuro.
Los técnicos de iluminación de “Watts, la luminiscencia del arte”, fueron Angelina Rodríguez, Orlando Rodríguez, Janilka Romero, Fabiola Feliciano, Cristina del C. López, Melany L. López, Cheryl Robles, Mariesther I. Muñoz, Marjorie Ocasio, Víctor Gerardo Colón, José Luis Orta, Dorcas Figueroa, Brendalee Morales, Nilda P López y Carlos Haddock. La edición de sonido estuvo a cargo de los integrantes de cada historia. La tramoya recayó en Mariesther, Orlando Rodríguez y Carlos Haddock. La materialización del sonido fue de Emil Marcano. El diseño de programa digital fue de Jariel Navarro. Reinaldo Hernández fue el fotógrafo de la producción. El concepto y dirección general pertenece a Israel Franco-Müller. El Director del departamento de drama es el Dr. José Luis Ramos Escobar.