Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultural Popular
Fue una tarde nostálgica.
En el vestíbulo de la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular no cabía un alma.
En la celebración de su centenario, los simpatizantes de Daniel Santos aguardaban con la ansiedad e ilusión con que esperaban por el inicio de sus conciertos.

La única diferencia es que esta vez el Inquieto Anacobero no cantó, sino que el escritor y periodista Josean Ramos contó curiosidades y anécdotas desconocidas sobre su vida, como parte de la presentación de la tercera edición ampliada de su libro “Vengo a decirle adiós a los muchachos” que fue sellada en horas de la tarde con un belén por las calles adoquinadas del Viejo San Juan que concluyó con un brindis, una bohemia y la entrega de una ofrenda floral en el cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en La Perla.
Sobre un centenar de melómanos y admiradores procedentes de distintos puntos del País llegaron a la Fundación para comprar un ejemplar de la obra de Ramos y participar de las actividades de recordación a la memoria del cantante, apodado El Jefe.
Minutos antes del inicio de la presentación del libro, a través de un vídeo grabado por el historiador cubano Cristóbal Díaz Ayala, el abogado, autor y musicólogo Pedro Malavet Vega no pudo disimular su sorpresa ante la entusiasta presencia de decenas de seguidores del legendario cantante.
“Hemos visto como todavía Daniel Santos tiene el poder de atraer gente. Es increíble. Ahora que cumple 100 años de haber nacido y tras poco más de 20 de morir, todavía es una atracción de taquilla”, dijo Malavet Vega.
Ya en el interior del salón principal de la Fundación, el director ejecutivo de la institución sin fines de lucro, Javier Santiago le dio la bienvenida a los presentes y los invitó a ver la exposición de sus fotos que exhiben desde el viernes.
Minutos después se proyectó un vídeo en el que Cristóbal Díaz Ayala compartió impresiones sobre la leyenda de Daniel Santos, reflexionando inicialmente sobre la fecha de su natalicio: si el 6 de febrero o el 6 de junio de 1916.
La elocución de Díaz Ayala discurrió como un monólogo con el mítico artista, cuya gesta por la independencia de Puerto Rico resaltó, incluso, su trascendental paso por la Sonora Matancera.
“En todo caso, usted definitivamente es más geminiano que acuariano. Y además, no creo que usted se disguste si, por las dudas, volvemos a celebrarle el centenario en junio. Seguro que estará compartiendo el día con sus compañeros de morada: Mariano Artau y Yayo El Indio. Usted siempre fue muy gregario, por lo que no le debe estar mala esa compañía y menos la de vecinos cercanos tan ilustres, como Pedro Albizu Campos […]”, dijo Díaz Ayala, suscitando un fuerte aplauso al destacar, con humor, los contrastes entre los libros que Ramos dedica a Felisa Rincón Viuda de Gautier y al Inquieto Anacobero.
Luego el autor Josean Ramos aclaró las dudas en torno a la dicotomía sobre el natalicio de Daniel, recordando que los iniciados en la santería suelen celebrar la fecha de su bautismo o consagración a la nueva fe.

“Los documentos oficiales certifican que nació un 6 de junio […] Daniel nació dos veces y me explicó. En una de sus épocas malas, porque tuvo sus buenas y sus malas, en Santo Domingo, consultó a un sacerdote del vudú haitiano y pagó los últimos $200 que tenía. El shamán lo dejó desnudo y mientras lo flagelaba con un látigo en cuero y le pasaba una paloma degollada por el cuerpo y le rociaba ron y ceniza le dijo que realmente no había nacido el 6 de junio, sino seis meses antes, lo que pasa es que lo inscribieron después. Le dijeron que su color de aché era el lila y cuenta Daniel que, como después comenzó a recibir contratos, adoptó esa fecha como la de su nacimiento”, narró Ramos al contar otra anécdota, relacionada a un concurso de imitadores de Daniel Santos a la que el artista asistió disfrazado porque necesitaba el primer premio en metálico y obtuvo el segundo lugar.
Finalizada la tertulia de Daniel, Héctor Rodríguez “Atabal” encabezó una comparsa plenera que descendió por la Calle Fortaleza, cruzó por la San Francisco hasta llegar a la Norzagaray para descender por la acera hasta el Cementerio Santa María Magdalena de Pazzis en La Perla.
Por el trayecto se entonó el tradicional “belén”, intercalado a golpes de plena con estribillos de éxitos como “Despedida”, “Linda” y otros inmortalizados por el Inquieto Anacobero.
Miguel Ángel Matos, conocido por su cruzada por la liberación de Óscar López Rivera, se unió a la comitiva plenera, portando la Monoestrellada y un cartelón con la imagen del confinado boricua.
“Estoy aquí porque hay una analogía entre Daniel y Oscar. Los dos son patriotas. Cada uno a su estilo. Así es como se hace historia”.
Los pleneros y el pueblo admirador de El Jefe sudaron la gota gorda de camino al camposanto.
Un belén pal Anacobero
Un belén para Daniel
Un belén en su aniversario
Como le gustaba a él.

A medida que se acercaban los pleneros, en el panteón, cedido por su amigo Mariano Artau, esperaban decenas de sus admiradores mientras por unas bocinas se escuchaban canciones como “Virgen de medianoche”.
En el camposanto, antes de que Carlos Esteban Fonseca estrenara “La Borinqueña nacionalista” de Daniel Santos, el autor Josean Ramos dirigió un brindis con Black Label luego de que se descorcharon dos litros y se le sirvió una porción a los parroquianos que así lo desearon.
“Este es el brindis del Anacobero. Como aquel grupo de alegres bohemios unidos en torno a una mesa de cantina, brindemos por el Bohemio Mayor, El Jefe y su valiosa aportación musical y patriota y sus boleros de ayer, amor y despecho que nos hicieron delirar de felicidad y tragarnos el llanto de tristeza, y por sus sabrosas guarachas llenas de picardía y humor que recogen su acontecer cotidiano. Bridemos por sus 400 composiciones a la mujer, a la Patria y a la vida, sobre todo a la Borinquen, cuyas penurias coloniales divulgó ante el mundo”, articuló Ramos al pronunciar el brindis como su secretario de prensa y amigo.
El poeta Eric Landrón, por su parte, preparó un segundo brindis que tocó profundo a la concurrencia. Sus versos de seguro resonaron profundo en los panteones de Pedro Albizu Campos, Lolita Lebrón, Gilberto Concepción de Gracia, Pedro Flores y Rafael Hernández.
Brindo por el cantor Jefe
El cangrejo continental
El histriónico y estilista
de finura y elegancia,
el bailador sandunguero y malonero.
Brindo por la conmoción hecha
Hombre, cadencia y voz.
De estampa lírica y épica
De andar de leyenda y explosión.
Brindo hermanos y hermanas
Danielistas magistrales
Santistas con pecados livianos y pequeñuelos
por Daniel Doroteo Santos Betancourt
Domador de escenarios a latigazos de genialidad
Caballero andante y zarandeante de tugurios
teatros, estadios y bares de mala muerte.

Acto seguido, Carlos Esteban Fonseca entonó “La Borinqueña nacionalista” de Daniel, enmudeciendo el camposanto.
Oh, pueblo de Borinquen
Levántate con valor
Para expulsar al fiero
Tirano invasor
Que vuelva Lares a blandir
El fusil redentor y el machete
Con su filo herir a ese vil opresor […]
Se declamó un poema patriótico inédito del Anacobero y luego Carmen Nydia Velázquez interpretó “Dos gardenias”, uno de los clásicos de Pedro Flores que Daniel proyectó internacionalmente.
Carmen Nydia, Josean y la hija del artista Daniluz colocaron un arreglo floral en la tumba.
El cantante Taíno Hernández interpretó “Blancas azucenas”, pero antes –como solía Daniel- se dio un trago.
En representación de la alcaldesa Carmen Yulín Cruz, el licenciado José Orlando López anunció el rescate del inmueble donde nació Daniel para asignarle su nombre así como el líder cívico de Tras Talleres, David Albarral, reveló lo propio con una calle del sector.
“En mayo, el domingo último, haremos un día dedicado a Daniel, aparte de que tenemos pendiente gestionar que se asigne su nombre a la calle donde nació, en el Barrio Santa Ana, mejor conocido como Tras Talleres”, sostuvo Albarral.
La sorpresa de la tarde se registró con la versión del joven cantautor y guitarrista Pedro Muñoz, quien arrancó un sólido aplauso con su innovadora versión de “Virgen de medianoche”.

A petición popular, Pedro interpretó “Linda”, en una obvia confirmación de la trascendencia de la obra de Daniel Santos en las nuevas generaciones.
La joven Daniluz Santos, una de los numerosos vástagos engendrados por el Inquieto Anacobero, se dirigió a los presentes, con unas palabras de agradecimiento a Puerto Rico.
“Cuando papi murió (en 1992) yo tenía apenas 18 años. Apenas estoy entendiendo el legado y el cariño que le tiene toda Latinoamérica, incluso es la primera vez que vengo a visitar la tumba de papá. No podía venir antes por la emoción. Me hace mucha falta y yo sé que a ustedes también. Hoy estoy muy alegre. Y gracias a Josean por su trabajo a través de los años”.
La bohemia a la memoria de Daniel Santos continuó con Chabela y otra versión de “Dos gardenias”.
El tributo en el Viejo San Juan se prolongó hasta entrada la noche con la puesta en escena de la segunda función del espectáculo artístico y musical “100 años con Daniel Santos” de los actores Ramón Saldaña y Luis Enrique Romero en celebración del centenario del eterno Inquieto Anacobero.
Hoy no hubo duda de que Daniel vive.