Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El Puerto Rico Jazz Jam 2016 cerró con broche de oro anoche con las presentaciones del Tributo a Cal Tjader del percusionista Raúl Rodríguez y el estreno del concepto “Bohemia Jazz” que el trompetista Humberto Ramírez dedica póstumamente a la fenecida filinista Lucy Fabery.

El Teatro Tapia, a casa llena, se engalanó con un merecido tributo a uno de los pioneros del jazz latino: el vibrafonista norteamericano Cal Tjader.
Puerto Rico, especialmente, lo recuerda por sus dos álbumes con el ponceño Eddie Palmieri, por su amistad con Orlando “Peruchín” Cepeda y porque en su grupo tocó el percusionista boricua William Correa, mejor conocido como Willie Bobo.
En su tributo a Tjader, el polifacético Raúl Rodríguez se pertrechó de cuatro magistrales instrumentistas: el pianista Lenny Prieto, el bajista Ricardo Lugo, el conguero Jimmie Morales y el timbalero Charlie Sierra.
Aceitada hasta el tuétano, la propuesta musical del quinteto descansa, naturalmente, en Raúl, un intérprete de la marimba y el vibráfono, instrumento que Tjader proyectó mundialmente en el jazz latino, como Lionel Hampton lo hizo en el jazz tradicional.
El repertorio transportó a los presentes al umbral de la década de 1960, en que el jazz latino adquiría forma e identidad, particularmente gracias a la contribución que el conguero cubano Mongo Santamaría y el timbalero Willie Bobo hicieron a la organización de Tjader al grabar con él el elepé “Latino”.
De ahí que la fuerza del concepto de Raúl Rodríguez sea la percusión, delegada en Jimmie y Charlie, motor rítmico del quinteto, al que Ricardo y Lenny aportan una sólida estructura armónica mientras Raúl, desde el vibráfono, carga el peso melódico del repertorio, demostrando que ha alcanzado la madurez en el instrumento para ser considerado el vibrafonista de su generación en el jazz latino, como en sus tiempos lo fueron Tito Puente, Louie Ramírez y Ricardo Marrero.

Interesante resultó la dinámica didáctica en que los músicos se alternaban para compartir impresiones sobre la carrera de Tjader y más gratificante fue el desempeño del grupo en versiones como “Guachiguara”, en la que el público aportó el coro, y la impresionante cohesión del colectivo en el estándar “Afro Blue”, marcado en el ritmo africano 6/8, con Raúl en la marimba y alternando en el chékere.
Luego del intermedio, el cuarteto acústico de Humberto Ramírez, con Ángel David Mattos en el piano; Junior Irizarry en el contrabajo y Mario Pereira en la batería, estrenó su “Bohemia Jazz” con la selección instrumental “En todo momento”, suficiente para apreciar del saque la compenetración del trompetista con sus músicos, superando luego las expectativas de su público con el repertorio de los clásicos del bolero al que imparte aliento jazzístico en su nuevo cedé “Bohemia Jazz”.
Las voces de Carola Ausbury, Michelle Brava, Nydia Caro, Andy Montañez, Dagmar y Chucho Avellanet participan en el disco y anoche interpretaron una selección adicional. La estructura fue sencilla: desarrollaban el cuerpo de la canción, en el filin, en una balada y bolero filin o sobre un blues, y después Humberto improvisaba en la trompeta y el fiscorno, retornando el intérprete con el segmento final.
El bolero “Verdad amarga” se adaptó a un blues lento que alcanzó su plenitud en la simbiosis armó

nica entre Junior y Ángel; base ideal para un melancólico solo de trompeta con sordina de Humberto, complementado con el fraseo seductor de Michelle.
La versión del blues “El hombre que me gusta a mí”, dedicada a la memoria de su intérprete por excelencia, Lucy Fabery, le mereció a Michelle y a Carola un buen aplauso, sobre todo por la técnica vocal del binomio.
La veteranía de Nydia Caro se impuso durante “Cry Me A River”, en un despliegue ultra elocuente de belleza y “feeling” con Humberto en el fiscorno; Ángel con un “comping” sutil y unos acordes provocadores; Junior con una base armónica sólida y Mario con un manejo articulado de la escobilla.
El filin cubano encontró en Andy Montañez otro exponente versado con sus versiones de “Imágenes” de Frank Domínguez y “Si no eres tú” del puertorriqueño Pedro Flores.
Dagmar se creció con su acercamiento al clásico “Bésame mucho”, considerado el bolero más grabado en la historia, original de la azteca Consuelo Velázquez, pianista y compositora cuyo centenario, como el de Daniel Santos, también se conmemora en 2016.

La premiere de “Bohemia Jazz” finalizó con las interpretaciones de Chucho Avellanet “Tus ojos” y “Tú, mi delirio”, estándares del bolero escuchados en decenas de versiones, pero renovados por los arreglos filinísticos de Humberto, proyectando al veterano intérprete en otro estilo de canción al que también se adapta con credibilidad.
El Puerto Rico Jazz Jam fue un evento, producido por la Fundación Nacional para la Cultura Popular, que nuevamente representó un taller y vitrina para el talento boricua.
Sin pecar de falso insularismo, tras las presentaciones del Quinteto de Sammy Morales, el Cuarteto de Iván Renta, el tributo a Cal Tjader y el proyecto Bohemia Jazz es irrefutable que nuestros músicos tocan y cantan de todo con autoridad suprema.
Nuestros músicos son patrimonio de la Nación.
Nuestros músicos se pasean entre los mejores del planeta.
Así quedó demostrado en el Puerto Rico Jazz Jam, edición 2016.