Unidos por la trova

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Desnudaron la bohemia en la Carreta del Mulo.

Al natural, con el mínimo de efectos sonoros y aditamentos técnicos, Yezenia Cruz y Eduardo Villanueva sorprenden en las postrimerías de 2015 con la producción “¡En vivo de cabaret!” (‘Tal como fue’), grabada en el restaurante localizado en Dorado.

Yezenia y Eduardo abordan el bolero en la nueva producción disocgráfica. (Foto Jaime Tirres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Yezenia y Eduardo abordan el bolero en la nueva producción disocgráfica. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Con una producción que rinde honor al bolero y que, inevitablemente, evoca la era de dúos como el Pérez-Rodríguez y en tiempos recientes el experimento de Roy Brown y Zoraida Santiago en el disco “Bohemia”, los trovadores Yezenia y Eduardo hacen una pausa en sus respectivos talleres folclóricos para unir sus voces en un concepto de éxitos del pentagrama popular que interpretan con tanto dramatismo y sentimiento que, durante la audición del cedé, parece que uno los tiene al frente.

En entrevista realizada en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, Yezenia y Eduardo explicaron la motivación que los unió para incursionar en la bohemia, guiados por el veterano guitarrista Eddie López.

“Soy fanática de Eduardo desde los 6 años de edad, cuando subió a improvisar en un concurso de niños trovadores en Jayuya”, recordó Yezenia, quien reaparece tras el lanzamiento de la producción “Nosotros” mientras Eduardo regresa luego del proyecto “De la muerte a la vida” que grabó durante el proceso de enfermedad de su esposa y lanzó después de enviudar.

Curiosamente, se conocen desde la infancia. Frecuentemente coincidieron en sus natales Naranjito y Comerío en concursos de trova campesina.

Crecieron juntos, se dispersaron cuando el destino los encaminó por distintos senderos musicales hasta que un buen día se reencontraron. Eduardo enviudó; Yezenia se divorció y se enfermó. Él estuvo a su lado para cuidarla. Y tres años después no solo son pareja, sino que comparten el cuido de los tres hijos del trovador, la custodia de las cenizas de su fenecida esposa y las mismas inquietudes musicales.

“En vivo de cabaret” es un pretexto para soñar juntos. “Nos planteamos en algunos momentos intentar hacer algo juntos, pero nunca se dio. Y ahora sí”, dijo Yezenia.

“La intención fue cantar lo que nos gusta, pero dentro de lo que nos gusta, cosas con sentido y colores. Esa noche cantamos 26 canciones y sacamos 11 nada más en el disco”, añadió Eduardo.

Con suficiente material para un segundo volumen, el Dúo Yezenia y Eduardo propone sus versiones de “Silencio” (Rafael Hernández), “Puro teatro” (Tite Curet Alonso), “Pa’ alumbrar los corazones” (Atahualpa Yupanqui), “El llanto de un ángel” (Plácido Acevedo), “Inolvidable” (Julio Gutiérrez) y “Aquellas pequeñas cosas” (Serrat), entre otras. El bolero impera a través de la secuencia, pero con espacio para el tango y la samba.

En la producción grabaron en vivo sus versiones de temas de Rafael Hernández, Tite Curet, Plácido Acevedo y Sylvia Rexach, entre otros. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
En la producción grabaron en vivo sus versiones de temas de Rafael Hernández, Tite Curet, Plácido Acevedo y Sylvia Rexach, entre otros. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Hay canciones que las pidieron allí, como “Puro teatro”, que conocemos muy bien. Fue lindo porque fue puro filin, a placer. El músico Eddie López tocaba la introducción cómo la sentía y nosotros entrábamos como queríamos. Fue maravilloso”, describió Eduardo.

La acogida ha sido inesperada. De repente, sus amigos y simpatizantes pensaron que se trataba de un disco navideño. Se preguntan por qué filin en Navidad y lo terminan patrocinando porque es genuino.

“Es sorprendente. Nosotros queremos trabajar un nicho de mini conciertos. Queremos buscar nuestro espacio y tener la oportunidad de presentar nuestra propuesta musical, tanto a nivel folclórico como popular. Intentamos congeniar el repertorio. Allí afloró la magia”, sostuvo Yezenia.

El pie forzado de la grabación es el bolero. No pensaron en la herencia del filin cubano, sino –aunque no incluyeron composiciones suyas- en la contribución de Sylvia Rexach a la bohemia urbana.

“Pensamos en Sylvia con Tuti Umpierre y en Yezenia con Eddie López, considerado uno de los grandes”.

Una de las novedades es precisamente la ejecución de Eddie en el charango durante la interpretación de la composición andina “El cóndor pasa”.

“Él compró su charango en un viaje que hizo con Mapeyé a Argentina. No lo usaba. Y nosotros lo convencimos”, relató el dúo.

En agenda hay otro disco con Pedro Guzmán, titulado “Sueños que seguir”, en el que Yezenia y Eduardo interpretan un repertorio caribeño.

En febrero proyectan presentar ambos proyectos con un recital en la Fundación Nacional para la Cultura Popular en el marco, según explica Eduardo, de una nueva trova renovada que, este periodista, preferiría identificar como trova posmoderna.

La pareja planifica grabar próximamente con Pedro Guzmán. (Foto Jaime Tirres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
La pareja lanzará en 2016 un disco con Pedro Guzmán. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

“Por ahí pasan Sylvia, Tite y Plácido. El joven está buscando esa esquina. Hay un resurgir de esa nueva trova porque en la discoteca de su papá están Sylvia, Rafael Hernández y otros. Estoy observando muchos jóvenes que siguen esta música. Antier vi a Mijo de la Palma. Cogió la guitarra y cantó un aguinaldo orocoveño con una onda contemporánea que el público joven aplaudió. Nosotros vamos por el cancionero añejo, apelando a la gente joven”, abundó Eduardo.

Mientras, después de Navidad, Yezenia y Eduardo lanzarán “Sueños que seguir”, con Pedro Guzmán. No es que consideren marcharse a Estados Unidos como su amigo Quique Domenech, sino que es menester documentar con su canción la continua emigración de los boricuas.

El estribillo versa: “Tenía muchas ganas de quedarse/pero se tenía que ir/no tenía trabajo no tenía dinero/pero había sueños que seguir…”

“Nosotros no nos vamos. Yo soy de Comerío y el frío de Cidra me gusta. Uno se reinventa. Respeto mucho al que se va. Hay decisiones sobre las cuales no se puede opinar mucho. Hay que ser valiente. El ser humano emigró desde que nació en África. Unos tenemos una manera de quedarnos y otros otras maneras de irse. Es un sacrificio muy grande”.
Yezenia y Eduardo no emigrarán porque se identifican como obreros del arte que reconocen que aun resta mucho por edificar, culturalmente hablando, en Puerto Rico.

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