Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Los ‘Danielistas’ son seres de este mundo que admiran y honran la memoria del inolvidable Inquieto Anacobero, Daniel Santos.

En febrero de 2016 se conmemorará el centenario del natalicio del guarachero y bolerista santurcino fallecido en 1992 y conocido también como El Jefe. Y aunque su música apenas se escucha en la radio de Puerto Rico, en Colombia es de rotación regular y, en parte, eso se le atribuye al escritor, pintor y periodista boricua Josean Ramos, autor del libro “Vengo a decirle adiós a los muchachos”, cuya cuarta edición, ampliada y revisada, el licenciado e historiador Pedro Malavet Vega presentará mañana jueves en la librería El Candil en Ponce.
Los ‘Danielistas’, sorprenda y tal vez incomode, son melómanos colombianos que atesoran la obra de Ramos, quien recientemente regresó de una gira por ciudades como Cali, Caicedonia, Armenia, Manizales, Bogotá y Pereira, prolongada durante un mes y en la que disertó sobre la importancia de Daniel para la cultura popular latinoamericana.
“Me sentí como si fuera a bailar a la casa del trompo. Esa gente lo sabe todo y no podía llegar allí con ‘Vengo a decirle adiós a los muchachos’ porque se lo sabían mejor que yo, desde hace 25 años. Y me puse a investigar para ver qué de nuevo le podía llevar a los ‘Danielistas’, ‘Danieleros’ y ‘Danielómanos’. Hubo varios homenajes porque se regó la voz y lo que fue una conferencia magistral en el Festival Amigos del Bolero, dedicado a Daniel Santos, se convirtió en una gira de un mes”, relató Josean a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

El autor, que presenta un libro cuya introducción aportó el escritor nicaragüense Sergio Ramírez; que incluye una genealogía de la familia Santos-Betancourt, documentada por Jaime Jaramillo, de Medellín; una galería de 200 fotos, memorias del intérprete de “Despedida” y composiciones patrióticas inéditas, además de la crónica “Recuerdos, memorias y otras nostalgias de Daniel Santos”, afirmó que en Puerto Rico no hay ‘Danielistas’ por razones políticas, ya que el Inquieto Anacobero fue demonizado como “nacionalista y comunista”.
“Myrta Silva lo intentó vincular con la revolución cubana. Aunque sí compuso el himno del 26 de julio, Sierra Maestra, nunca fue comunista y mucho menos exiliado comunista. Myrta lo predispuso con la comunidad cubana del exilio. Él profesaba la ideología nacionalista. Él tenía la bandera puertorriqueña en Levittown con el busto de don Pedro Albizu Campos. Y por 20 años tuvo encima dos agentes del FBI cada vez que llegaba al aeropuerto y esa fase patriótica es la que más se revela en este nuevo libro”, explicó el autor de la obra de 480 páginas, distribuida por Norberto González y Publicaciones Gaviota.
Ramos logró acceso a varias cajas de documentos personales de Daniel Santos que le suministraron los dueños del restaurante Paellas with Music & Bohemian en Ceiba, donde hay un museo dedicado a El Jefe, administrado por una prima hermana del fallecido artista, a donde lo llevó Rubén Malavé, de la Galería Guatibirí y productor del Encuentro de Bolero y Filin que en la década del 90 presentó en el Teatro de la Universidad.
“Rescaté un tesoro. En un sobre encontré 40 canciones patrióticas inéditas, incluyendo canciones a Pedro Albizu Campos y a Camilo Torres; encontré guarachas, boleros, cartas… En fin, un tesoro. Incluyo un cancionero de 20 composiciones de Daniel Santos”, reveló Josean, quien fue secretario de prensa del legendario cantante.

Mientras, este jueves, desde las 7:00 p.m. en la Librería El Candil, el musicólogo Pedro Malavet Vega presentará la cuarta edición de “Vengo a decirle adiós a los muchachos”.
“Para mí es un honor muy grande porque Pedro, como siempre lo he dicho, fue el que comenzó todo esto [la publicación de libros de música popular] con ‘La vellonera está directa’. Su labor con los coleccionistas de música no sólo inspiró a los melómanos de aquí a organizarse, sino también a los colombianos, que vinieron a sus encuentros y llevaron la idea a Colombia”.
Por último, para el provecho de las nuevas generaciones, con su obra, Josean Ramos subraya la importancia de llamarse Daniel Santos, que estriba en su contribución al pentagrama y en el respeto que le profesan en otras latitudes.
“Es importante que conozcan no solo a Daniel, sino a todos los músicos, cantantes y compositores que precedieron a todos los que ellos admiran ahora, que son producto de esa época musical. Es importante reconocer cómo admiran a nuestros músicos fuera de Puerto Rico, cuando aquí apenas los conocemos”.