Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Un miércoles al mes, a las siete de la noche, la Dra. Rosalina Perales nos espera con una Velada Teatral, en el Salón Multiusos del Centro de Estudiantes de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. El pasado miércoles 18 de noviembre, se celebró la cuarta actividad. Fuimos de los primeros en llegar. Observamos el salón, decorado con velas encendidas, encima de una mesa que lucía un arreglo de flores. Había velas colocadas en el piso, en rincones estratégicos. Un sofá gris con tres cojines en colores llamativos servía como escenario. Nos sentamos en primera fila y, mientras el público iba llegando, nos pusimos a indagar el programa de mano, donde Perales explica su intención: “Las veladas, que existen desde tiempos inmemoriales, son reuniones nocturnas para entretenerse mediante actividades artísticas y sociales. En nuestro caso, Deddie Almodóvar y Mónica López, dos estudiantes emergentes de mi curso de Teatro Puertorriqueño en el Departamento de Drama, se han unido a mi interés por la dramaturgia nacional para intentar difundirla y promover su conocimiento. El resultado fue hacer el intento en forma amena, a través de unas veladas-bohemias que sirvan para discutir temas importantes y vigentes, presentes en textos del pasado y de la actualidad. El público tendrá la oportunidad de participar ofreciendo sus comentarios y compartiendo mediante música, poesía o conversaciones posteriores a la actividad”.

Cada velada tiene un tema unificador. El del pasado miércoles era “La política en el teatro puertorriqueño”. Se selecciona una pieza clásica y otra contemporánea, ambas de teatro puertorriqueño. Actores profesionales y en formación, leen fragmentos de ambas obras, y después se procede a la discusión con el público.
Luego de la bienvenida por el emprendedor trío de féminas, integrantes de la Tuna de la Universidad de Puerto Rico hicieron su entrada cantando “Alma llanera”, del venezolano Vicente Fernández. A esto le siguió el pasodoble “La morena de mi copla” del español Jofre Castellano. El grupo finalizó con “Amanecer borincano” del puertorriqueño Alberto Carrión. Nos alegraron. Fue una excelente forma de “romper el hielo”.
Deddie Almodóvar leyó una biografía breve sobre René Marqués (1919 – 1979), y presentó a los actores que iban a leer las escenas de “La muerte no entrará en palacio”, posiblemente la obra teatral más controversial del autor. A pesar de haber sido escrita en 1957, la obra tuvo su estreno mundial en el teatro Alejandro Tapia y Rivera en 2012. Fue publicada junto con “Un niño azul para esa sombra” y “Los soles truncos” en 1959 en la colección “Teatro”. Se alega que el estreno tardó tanto porque la pieza fue censurada por el gobierno de Luis Muñoz Marín, a quien Marqués acusa de traidor, en su crítica mordaz al Estado Libre Asociado, el cual, en la obra, el autor llama “protectorado”. Está escrita en forma de tragedia griega y los personajes aluden a figuras y próceres puertorriqueños que interaccionaron con Muñoz Marín.
Fueron los lectores de las escenas de “La muerte no entrará en palacio”; el director, actor, productor, dramaturgo y maestro de teatro, Pedro Rodiz (Tiresias); el fundador de Teatro La Azotea y profesor, Heriberto Feliciano (José); y el actor y diseñador de iluminación, Víctor Gerardo Colón (Alberto).

Mónica López presentó la semblanza de Jorge González, joven autor de “La estación eléctrica”, pieza que fue escrita, “más o menos entre 2001 y 2002”, conforme las palabras del propio dramaturgo, estrenada en el teatro Coribantes y repuesta en el teatro Tapia en 2004. Fue escrita durante la administración de Sila María Calderón, cuando el pueblo de Puerto Rico perdía esperanzas con el tren urbano. Las escenas de “La estación eléctrica” fueron leídas por: el actor, profesor y director de Actividades Culturales en la Universidad de Puerto Rico en Humacao, José Eugenio Hernández; la actriz y profesora Isel Rodríguez; el actor, cantautor y músico, Juan Pablo Díaz; y el actor y cantante Alejandro Márquez.
“La estación eléctrica” es, originalmente, un musical que narra la historia de un hombre de extraños modales, exageradamente antiguos en su formalidad con las damas, a quienes trata de usted, que se enamora de su encantadora siquiatra… o tal vez fue al revés. La trama es más complicada, dado que las barreras del tiempo se rompen (nivel temporal y nivel espacial), y llegamos a ver una escena de dos soldados españoles que esperan la acción en la Guerra Hispanoamericana. Uno de ellos muere antes de que los norteamericanos ataquen, lo cual provoca un “ataque de deshora” muy gracioso en el pobre infeliz. Lo que nos pareció extraordinario en las escenas que escuchamos fue el junte de personalidades dentro de cada situación.

La Dra. Perales abrió la discusión sobre la política en el teatro puertorriqueño en referencia a estas dos obras al citar al italiano Marco de Marinis (profesor en el Departamento de Comunicaciones y Teatro en la Universidad de Bologna, autor y editor), quien dice que el teatro de ideas tiene dos vertientes. En la primera se impone la ideología y se espera que el público la acepte. La segunda presenta temas que tienen que ver con política, pero no impone las ideas. Entendemos que “La muerte no entrará en palacio, pertenece a la primera vertiente, y “La estación eléctrica”, a la segunda. Por “La muerte no entrará en palacio” comenzó la discusión.
El teatro de René Marqués es muy conocido entre los teatreros puertorriqueños, que constituían la mayor parte del público en el salón multiusos del Centro de Estudiantes. No fue difícil que la conversación fluyera con información sobre la puesta en escena con los actores y el productor, la cual incluyó fantasmas y aparecidos, y tesis particulares sobre la identidad de los personajes. Tampoco fue difícil conversar sobre “La estación eléctrica”, ya que contamos con la presencia del autor y de actores que estrenaron la pieza, y todos tenían algo que decir. Como nota curiosa, mencionaremos que la actriz y el dramaturgo se enamoraron durante el proceso de ensayos, se casaron, y en estos momentos tienen dos hermosos niños. Un momento interesante se dio cuando se habló sobre el tren urbano, ya que sirvió como enlace entre las dos obras a través de la figura de Luis Muñoz Marín. Bajo la incumbencia del primer gobernador electo de Puerto Rico, se suspendió un efectivo servicio de trenes que daban servicio al País. Décadas más tarde, tras largos años de estudio de otras administraciones, el gobierno de Pedro Rosselló emprendió la proeza de instalar un tren urbano que costó muchísimo dinero y cuya inauguración fue retrasada por numerosos contratiempos y vicios de cosntrucción. Esa absurda espera que tocaba las puertas del error y el fracaso, precisamente, fue la inspiración de González para su creación.

Siempre es poco el tiempo cuando hay tanto que preguntar y comentar, pero había que entregar el salón a las nueve de la noche, así que la discusión cerró en lo mejor del romance del dramaturgo y su actriz, antes del punto culminante. Como cierre, disfrutamos del arte de Vladimir Pérez, cantante y escritor de hip hop con temas políticos, mientras tomamos unos refrigerios y comimos unas delicias.
Si bien es cierto que, la lectura de dos escenas de una obra de teatro, no hace que podamos conocer la totalidad de un texto, esta actividad enciende la curiosidad y suscita preguntas que pueden hacerse al momento, a profesores expertos, a quienes participaron de las puestas en escena, a quienes conocieron al autor ausente y al autor presente. Este foro, informal y dinámico, que además de ser didáctico, entretiene y divierte, es vital. Felicitamos a la Dra. Rosalina Perales por esta importante iniciativa, y a sus dos discípulas, Deddie Almodóvar y Mónica López, por emprender la gestión. Les deseamos que continúen con las veladas teatrales hasta que las mismas se conviertan en una envidiable tradición universitaria. La última velada de este año será el miércoles 8 de diciembre, a las siete de la noche, en el mismo local. El grupo espera conseguir otro sitio de reunión donde la charla pueda extenderse un poco más.

Algunos datos sobre Rosalina Perales – Académica, historiadora, dramaturga, crítica y profesora en el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Estudió su doctorado en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica. Desde 1987, está dedicada a la investigación del teatro, ha escrito, ensayos y artículos, y publicado libros. Fundó “Bambalinas”, primer periódico teatral en la Universidad de Puerto Rico. Ha recibido muchos premios por sus ensayos y cuentos. Creó y preside “La alianza puertorriqueña para el intercambio internacional del teatro”. Al momento, se encuentra interesada en el teatro de Eslovenia, país de Europa Central al cual viaja con frecuencia para esos fines.