Lucecita siempre será Lucecita

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

En el año del lanzamiento de la obra maestra “Luz en Julia” y del cuadragésimo sexto aniversario de su consagración en el Festival de la Canción Latina, la intérprete Luz Esther Benítez regresó a la Sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes de Santurce con el espectáculo “Lucecita es Lucecita”.

La producción de Rafo Muñiz, vendida a su capacidad, consistió de una veintena de lo más granado del repertorio

La cantante bayamonesa inició la velada con "Soy de una raza pura", poema de David Oryiz Angleró musiclizado por Tony Croatto. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
La cantante bayamonesa inició la velada con “Soy de una raza pura”, poema de David Ortiz Angleró musicalizado por Tony Croatto. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

de la artista conocida como La Voz Nacional.

Al saque, con “Soy de una raza pura” y la reafirmación de su abolengo e identidad, no hubo dudas de que Luz emprendería un recorrido por la obra más reveladora, sustanciosa y trascendental de su discografía y del cancionero latinoamericano en general.

De su amigo Alberto Carrión, interpretó “Amanecer borincano” antes de continuar, con “Mañanita campera” de Rafael Hernández, propiciando ambas su primera alocución de la noche, en la que citó al poeta Federico García Lorca.

“En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su público’. Aquí estoy, para ustedes”, dijo, arrancando un fuerte aplauso.

La danza “Verde luz”, de Antonio Cabán Vale ‘El Topo’, en un arreglo innovador por su orientación al pop en sus compases iniciales, puso el acento en el tema del patriotismo.

Luego, el clásico bolerístico “Alma mía”, de María Grever, evocó su producción “Sin palabras”, renovado con el fraseo característico del filin y el jazz.

Las metáforas de “Unicornio”, del cubano Silvio Rodríguez, solo necesitaron del piano acústico de Juan Carlos Vega para que Luz revelara con su fraseo la fantástica historia de la nostalgia por el amigo ausente o la musa que se disipa.

“Alfonsina y el mar”, la joya de Ariel Ramírez y Félix Luna inmortalizada por Mercedes Sosa, le mereció la primera de varias ovaciones de pie, por su estremecedor fraseo y poderoso vibrato.

Original de Alberto Cortez, la función continuó con la balada “Te llegará una rosa”, transición ideal para el clásico de Violeta Parra, “Gracias a la vida”.

Lucecita probó en su repertorio su ampliyud interpretativa. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación nacional para la Cultura Popular)
Lucecita probó en su repertorio su amplitud interpretativa. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación nacional para la Cultura Popular)

“Preciosa”, la obra maestra de Rafael Hernández, cuyo arreglo entraña una leve variación del escrito por Cucco Peña para la versión de Marc Anthony que aparece en el especial “Romance del Cumbanchero” del BPPR, incorporó nuevamente al soberano, provocando su frenesí, a la vez que honraba una vez más al prolífico compositor que el próximo 5 de diciembre recordaremos en el quincuagésimo aniversario de su fallecimiento.

A su regreso tras un intermedio, Lucecita echó mano a “Si tan solo un instante”, otra obra de su amigo Alberto Carrión, del repertorio de los conciertos “En las manos del pueblo” y “Traigo un pueblo en mi voz”.

Del clásico “Éxitos callejeros”, Luz Esther apeló al romanticismo con la tripleta de “Júrame”, “¿Qué tal te va sin mí?” y “Fruta verde”, que impuso con autoridad en 1984 en el género de la balada y la llevó a conquistar al público argentino.

Muy identificada con el cancionero de Alberto Cortez, la balada “Como la marea”, con el sentimiento palpitando en sus cuerdas vocales, evocó las imágenes del regreso del amor que se pensó perdido.

“Los años no envejecen, te llenan de sabiduría”, dijo la artista de 73 primaveras, antes de estremecer al auditorio con “Callejero”, una ofrenda a los perros que siempre amaremos que grabó “En las manos del pueblo Vol. II”.

“En el 2016 les vamos a presentar el concierto ‘Luz en Julia’, con la Orquesta Sinfónica de Puerto Rico. Les quiero presentar una primicia; un anticipo de lo que el año que viene presentaremos, con su poema más conocido”, comentó antes de interpretar “Río Grande de Loíza”, musicalizado por su amigo Alberto Carrión para el disco compacto aludido y que en Bellas Artes, la noche del sábado 28 de noviembre, cantó acompañada al piano por Juan Carlos Vega.

No podía faltar su interpretación de “Génesis”, composición de Guillermo Venegas Lloveras que, según reconoció, catapultó su carrera, cuando en 1969 obtuvo el primer lugar en el Primer Festival de la Canción Latina del Mundo.

El tema de la reafirmación estuvo presente en varias de sus canciones. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)
El tema de la reafirmación estuvo presente en varias de sus canciones. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Con la perfecta dirección musical del baterista Ito Colón, el telón descendió después del avasallador poema de Juan Antonio Corretjer, musicalizado por Roy Brown, “Oubao moin”, que siempre inspira posturas radicales y enciende pasiones patrióticas.

Con la sandunga plenera del popurrí del Quinto Olivo, “Una noche en Borinquen” y “Desilución”, que incluyó en el disco “Un regalo de alegría”, producido por Ito Serrano, el concierto llegó a su fin.

Fue un velada inolvidable. Una puesta en escena sin contratiempos. Wichi Martínez en el sonido y Quique Benet en la iluminación aportaron brillo a la producción de Rafo Muñiz.
El público se marchó visiblemente complacido y convencido de que Lucecita, indiscutiblemente, siempre será Lucecita.

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