Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Don Paquito López Cruz se sentiría muy complacido al presenciar el gozo con que el domingo, decenas de padres acompañaron a sus hijos al Cuartel de Ballajá en el Viejo San Juan, para participar del concierto libre de costo que ofrecieron junto a la orquesta de cuatros más grande del mundo.

La novena Fiesta del Cuatro Puertorriqueño fue una exquisita jornada de música folclórica, interpretada por alrededor de 260 ejecutantes del cuatro, el tiple y la bordonúa, instrumentos del conjunto típico que el fenecido musicólogo, educador e historiador defendió a capa y espada, contribuyendo a la cultura con la semilla de un estudio responsable que, al día de hoy, germina y produce muy buenos frutos, gracias a la Escuela de Música Folclórica de la fundación que lleva su nombre.
“Don Paquito debe estar súper emocionado. Para él, esto es como la culminación de uno de sus tantos objetivos, dentro de tantos que se planteó para el rescate del cuatro puertorriqueño. Debe estar muy feliz allá en la gloria, celebrando con nosotros”, dijo el profesor Paquito Marrero, organizador de la actividad y quien a la edad de 12 años fue su alumno.
Y no hay duda de que debe ser así al observar la disciplina de los niños, jóvenes y adultos que se unieron a la orquesta que durante poco más de una hora deleitó a las familias congregadas en Ballajá con un repertorio selecto que incluyó “Danza jíbara”, original del musicólogo fallecido en 1988, la marumba “Fiesta en Naranjito”, “Preciosa” de Rafael Hernández, la danza “Verde luz” de El Topo y un seis fajardeño con el pie forzado “El cuatro puertorriqueño” en el que improvisaron las hermanas Noelis y Norelys Guzmán, el niño Sebastián Andrés y Rosaura Batista. Al seis fajardeño también se unieron Chabela Rodríguez y el trovador Guerson Báez, finalista del reciente Concurso de Trovadores del Instituto de Cultura Puertorriqueña.

“Las raíces del cuatro puertorriqueño están más firmes que nunca. Aquí hay una muestra de eso, aparte de todo lo que hay en y fuera de nuestro País”, dijo a la Fundación Nacional para la Cultura Popular Myrna L. Pérez, profesora de cuatro y directora de la Orquesta Jíbara de la Fundación Paquito López Cruz.
Parte de esas raíces es la joven Rosaura Batista, de 26 años y maestra de cuatro y güiro de la Fundación. “Es un cargo muy grande que nosotros, como cuatristas, trovadores y güireros, tenemos porque hay que defender la música. Es como el deportista, que practica para dar lo mejor. Nosotros hacemos lo mismo por el País con el rescate de nuestra cultura, dejando saber que no es de personas mayores nada más, sino que hay un grupo nutrido de jóvenes que la defienden también”.
La misión del Dr. Francisco López Cruz consistió, además, en trazar una ruta en la divulgación del cuatro puertorriqueño que personas, como Paquito Marrero, la profesora Pérez y otros, siguen al pie de la letra.
“Fue un hombre noble, aparte de su excelencia como músico, fue un conocedor de la música típica, a fondo y excelente profesor. Tuvo la gracia, el talento y la virtud de transmitir a todos los que fuimos sus discípulos el sentimiento por lo que aprendíamos, más allá del conocimiento de la música. Esa fue su mayor aportación”, explicó Marrero, quien se desempeña como planificador en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados.

El alcance sociocultural de la Fundación, al involucrar a la familia en actividades musicales que emancipan su espíritu y la integran, es parte del legado del doctor López Cruz, acuñado como misión de vida por Marrero y sus colaboradores.
“La cultura es una inversión. No es un mero entretenimiento ni un gasto. Es la inversión que hacemos en nuestra calidad de vida y en el esfuerzo de levantar un país, por crecer una nación. Esa es nuestra inversión. Más allá de una cultura de resistencia, deberíamos ponernos a la vanguardia porque esta es nuestra inversión por la familia y la calidad de vida”.
A la actividad, en cuyas primeras horas de la mañana los jóvenes Jomar Santos y Jesús Medina resultaron ganadores del concurso del cuatro en las categorías de 12 a 14 años y de 15 a 18 años, respectivamente, asistieron cuatristas como Orlando Laureano, Emma Colón Zayas, Maribel Delgado, Silverio Pérez y Christian Nieves, entre otros.
“Agradezco a los músicos profesionales que dedicaron de su tiempo para llegar aquí y ser mentores e inspiración de los que van subiendo en el estudio del cuatro puertorriqueño”, señaló Marrero.

Lo próximo en la agenda de la Fundación Dr. Francisco López Cruz será, el sábado 12 de diciembre, el concierto de cierre del semestre que desde las 2 p.m. presentarán en el Cuartel de Ballajá.
“Lo otro que tenemos en agenda es el proyecto de las clases de bordonúa que don Paquito había comenzado en la década de 1980, pero necesitábamos reconfigurar términos de afinación y recibir los estudios e investigaciones que se hicieron para entonces darle comienzo a la enseñanza de la bordonúa y utilizarla dentro de la orquesta jíbara”, concluyó Paquito Marrero.