Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Cada década ha sido bondadosa con el pentagrama nacional.
Los 90 serán recordados como el decenio en que se asomó a la escena el cantautor Mike Villegas.
Se desarrolló como exponente del rock y la trova.

Colaboró estrechamente con Roy Brown, Fiel a la Vega y hasta produjo el disco “Aquí estoy”, que propició su incursión en espacios como El Show de las 12 por Telemundo con sus interpretaciones de “Tres de la mañana” y “Cantarte a ti”.
Pero, en especial, su colaboración con Roy en la producción del concierto que Silvio Rodríguez presentó aquí en 1997 y que al año siguiente propició el lanzamiento del clásico “Poeta en San Juan” aún evoca gratos recuerdos en Mike.
Entrado el tercer milenio, repentinamente, Mike hizo mutis de los escenarios, uniéndose a los miles de boricuas que, por razones muy personales, dolorosamente optaron por el exilio.
La Fundación Nacional para la Cultura Popular lo contactó hace unas semanas por Facebook y curiosamente planificaba viajar de Houston, Texas para visitar a su familia en Isabela y a algunos amigos. Obviamente, no faltó un encuentro con Roy.
“Siempre con Roy se pasa súper bien. Estuvimos en Mayagüez, con su familia. En noviembre pasado lo visité y antes de esa fecha no lo veía desde 2006. Roy es una persona muy importante para mí”.
Sin la melena de los 90, pero con la creatividad y sensibilidad de siempre, Michael Villegas (así se identifica en las redes sociales) se desempeña como Software Manager en Blackhawk Network y Net Consultant en Energy Transfer Company.
Con razón, cuando Roy adquirió su equipo de grabación digital para producir “Poeta en San Juan”, Mike lo ayudó a descifrar su operación. “Fue un momento muy importante para los dos. Trabajamos juntos ese disco. Habíamos adquirido un equipo de grabación nuevo y estábamos aprendiendo a utilizarlo. Escribimos las canciones. En unas canto; en otras toco la guitarra y la percusión”, recordó.
Su creatividad, Mike Villegas la canaliza hoy a través del lente fotográfico, con un ojo artístico muy agudo. Maneja el surrealismo y se las ingenia para que sus imágenes cuenten una historia.
“La vida trae muchos cambios. Siempre he sido una persona que, de alguna u otra forma, busco expresiones artísticas. Trabajé en la música por mucho tiempo. Pero llegó un momento en el que sentí que no estaba creando algo que fuera realmente yo. Busqué otros vehículos artísticos para poder mover mi alma y llegué a la fotografía.
Todos estos años los he dedicado a la fotografía y estoy viajando el mundo; tomando fotografías en diferentes países

y tengo compañías que me pagan para que vaya a Croacia, Bulgaria o Ucrania a sacar fotos de lugares de allí y me compran las fotografías para publicaciones”, explica Mike, quien durante los pasados seis años ha residido entre Houston y Rumanía.
La música, sin embargo, es un medio de expresión que se ha anclado al alma de Mike, máxime cuando es parte de una generación de cantautores y poetas que se ha caracterizado por decir tanto con la canción.
“La música es algo que nunca se va. Sigo escribiendo, componiendo y grabando porque tengo mi estudio en casa. Pongo mis canciones en Internet. En Reverbnation las tengo para que la persona que las quiera, que las baje y son suyas. Llegó un momento en mi carrera en que no me he visto forzado a tener que vivir del arte y puedo vivir de mi trabajo como programador de computadoras. Trabajo desde cualquier país en que esté, siempre y cuando tenga acceso a Internet. Con eso me sostengo de lo más bien y no necesito vender el arte, sin estar atado a un estilo particular o a la idea de si gusta o no gusta. Pero sí, estoy creando música todo el tiempo o creando sonidos que afecten a la persona que los escucha o creen una emoción sin ser tan directos”.
También está al día con el acontecer musical nacional. Sigue los trabajos de sus amigos Roy Brown, Tito Auger, El Topo y otros. “En el rock en español tengo también varias amistades que me tienen al tanto de sus presentaciones y las cosas que están haciendo. Tengo amistades de la escena del rock en Puerto Rico que ahora viven en Estados Unidos y tienen unos grupos excelentes. Y aquí mismo está José Luis Abreu “Fofé”, que sigue trabajando y haciendo cosas brillantes”.
La fotografía, incluso, ha sido un vehículo que lo mantiene conectado con la música, particularmente con el rock que tanto lo apasiona. “Estoy retratando muchas bandas de Austin y Houston, Texas. También en Europa del Este, donde estoy sacando fotos de bandas de Rumanía, Serbia y Hungría. Hay un movimiento musical muy interesante surgiendo por allá, folclórico y moderno a la vez. Estoy escuchando las cosas que están haciendo y creando imágenes a la vez”.
Como referente clave de un relevo en el movimiento de cantautores de los 90, Mike Villegas le recomienda a los

nuevos talentos que persigan sus sueños; que sean perseverantes… A pesar (y el argumento es nuestro) de los caprichos del mercado y las contradicciones de la industria.
“Nunca piensen que nadie los está escuchando porque la gente en algún momento sí los escucha. Cuando se hace algo, a la larga eso va a conectar con alguien y ese lo conectará con otro alguien. Cuando vienes a ver, tienes tu show lleno de gente escuchando tus canciones y apreciándote por el trabajo. En todos los países del mundo es necesario expresarse”.
La coyuntura de la crisis social y económica que enfrenta Puerto Rico es terreno fértil para la nueva generación de cantautores.
“Al ver como están las cosas en Puerto Rico, sin entrar en politiquería y demás, pero al ver cómo todo ha ido decayendo; cómo ha ocurrido un éxodo masivo de personas, del cual yo he sido partícipe, creo que el cantautor tiene una oportunidad excelente para decir lo que está sucediendo aquí y para que todo ese sea visible para los que viven en una burbuja de negación. Toquen, canten, digan y exprésense”, concluyó.