Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
No se quita de la vía de Cristo y cuanto está a su alcance contribuir para que las personas conozcan al Señor lo hace mediante un don muy especial: la música.
Colmado de bendiciones, el legendario productor, trompetista, arreglista, compositor y director de orquesta,

Luis “Perico” Ortiz es –desde hace alrededor de ocho años- la mano derecha, en asuntos culturales, del alcalde de Carolina, José Carlos Aponte Dalmau.
La amistad que han cultivado se fundamenta en el afecto que Luis profesó por su progenitor, el fenecido alcalde José Aponte de la Torre, y una pasión en común: la trompeta.
La empatía se consolidó cuando Luis lo motivó, 17 años después, a desempolvar su modelo Vincent Bach Stradivarius, la misma que el reconocido productor y arreglista utiliza en sus presentaciones.
“José Carlos es una persona muy sensible. En mi carácter personal, él no es un político más. Él está por el bienestar de su pueblo, no por títulos. Cuando entró lo hizo por negación porque era un ingeniero industrial muy cotizado y de repente la familia lo escogió para que siga la obra de su padre. Y hoy le sirve a un pueblo con nobleza, gentileza y gran corazón”, dijo Luis, cuya amistad evolucionó a tal grado que José Carlos lo reclutó como su asesor cultural.
Semanas atrás, Luis debutó con la Orquesta de Conciertos de la Escuela de Bellas Artes de Carolina en el concierto inaugural del Doctor’s Center Hospital San Fernando de la Carolina. “Cinco meses estuve trabajando en este proyecto porque es una orquesta de 30 músicos, con dos corales de sobre 20 voces de jóvenes y niños, un cuerpo de baile y un compendio de entre 80 y 90 personas que trabajamos en esto. Hemos acordado conceptualizar la unión entre los profesores y el estudiantado, pero en escenarios”, señaló Luis, nombrado Director Artístico Titular de la Orquesta de Conciertos de la Escuela de Bellas Artes.
“Mi asignación ahora es presentar una propuesta para empezar a crear la infraestructura de la Orquesta. Quiero que salgamos a visitar otros municipios y hacer intercambios con otras ciudades”.
Como asesor de asuntos culturales del Municipio Autónomo de Carolina, Luis “Perico” Ortiz ha desarrollado el Festival de Jazz, el Festival del Bolero y el Encendido de la Navidad, producciones que planifica con entre seis y ocho meses de antelación.
En dichos eventos participan parte de los estudiantes de música de la Escuela de Bellas Artes. A Luis le emociona

la disciplina y seriedad de los muchachos. “Se refleja el compromiso de los padres, como familia, de que sean jóvenes educados y que estén enfocados en el arte, no en el protagonismo ni en la fama, sino en el amor a la música y al País. Nunca he visto un ambiente de ‘jangueo’ ni de palabras obscenas, sino de jóvenes enfocados en sus metas”, señaló Luis, que desde su llegada, hace ocho años, reformuló el currículo para optimizar la oferta académica de la institución.
Lo próximo en la agenda de Luis será el Encendido de la Navidad. Este año se presentará con su orquesta junto al cantante Roberto Lugo y, además de un conjunto folclórico, tendrá a Charlie Aponte como atracción especial.
“Los muchachos harán su presentación en torno al concepto que desarrollemos con el alcalde. Este año tendremos mi orquesta con mis cantantes y los éxitos que he tenido en la salsa. Lo han solicitado y me siento obligado con el pueblo”.
En abril de 2016, como asesor de la producción del Festival del Bolero, cuyo director musical es el maestro Elías Lopés, se enfocará en otra jornada de este gran taller para el talento del patio. “Ese ha sido mi norte. La parte sicológica de la música es crear ese buen ambiente de seriedad, profesionalismo y de altura dentro de lo que se hace. Primero, hay que crearle espacio a nuestros compañeros músicos puertorriqueños y a los no puertorriqueños que viven en Puerto Rico. Segundo, que sean remunerados a la altura de lo que ellos son. Por eso tenemos gente seria. El alcalde cree en la cultura”.
Consciente de la trascendencia de sus festivales de jazz, boleros y del encendido navideño, Luis documenta desde hace siete años lo más sobresaliente de cada edición en un DVD que posteriormente el alcalde obsequia a sus empleados y constituyentes.
“Se manufacturan miles y se regalan a todo el pueblo. Y llegan a familiares fuera de Puerto Rico”, explicó Luis, quien en términos de su contribución artístico-musical no repara en destacar como memorable el festival de jazz que dedicó a los pianistas.
“Trajimos como artista principal internacional a Michel Camilo y la selección de músicos de aquí como Luis Marín, Mariano Morales, Ángel David Mattos, Yan Carlos Artime y otros. Ese festival quedó maravilloso. Entre los dos días asistieron entre 13 mil y 14 mil personas”.
También conserva gratas memorias de la velada dedicada a los Reyes del Mambo, Machito, Tito Rodríguez y Tito Puente, con sus tres hijos. Ese concierto, en el que tocaron acompañados por su “big band”, también fue documentado.
“Usamos los arreglos originales. También traje a Paquito D’ Rivera e hice varias intervenciones con arreglos míos y un tributo a Cachao y Pérez Prado. A nivel popular, asistieron miles de personas. Ese concepto de mambo jazz gustó mucho”.
Actualmente, Luis se encuentra en un proceso de sosiego y calma. Planifica escribir un libro sobre sus vivencias a través de 56 años de carrera. Después de aunar esfuerzos con varios amigos músicos para producir el cd “Tiempo de amar”, a beneficio del Programa de Oncología Pediátrica del Hospital San Jorge, su próximo proyecto filantrópico será en solidaridad con SER de Puerto Rico.

El concepto de “Tiempo de amar”, con Rubén Blades, Andy Montañez, José Nogueras, Danny Rivera, Ismael Miranda, Alex D’ Castro y otras estrellas, fue dictado por Dios. Oró, meditó la Palabra, desarrolló las ideas y habló a sus amigos. Ninguno quiso cobrar porque entendieron su intención filantrópica.
“El Señor me dejó saber que no era para mí, sino para los niños de Puerto Rico. Fui al Hospital San Jorge, porque
allí está mi urólogo, que me dijo que al presidente y al director les encantaría una propuesta mía para ayudar a los niños. Luego me llamaron y así comenzó el proyecto. Ninguno de mis amigos artistas quiso cobrar”.
A los 65 años y tras 56 de carrera, Luis “Perico” Ortiz reveló a la Fundación Nacional para la Cultura Popular que su retiro se avecina. “Quiero disfrutar mi vejez, disfrutar mi familia y mis nietos, en salud. He dedicado 56 años al público y me he llenado de ellos, pero ya es tiempo de dar el espacio”, sostuvo el flamante arreglista de parte de la secuencia de “Siembra”, el disco más vendido en la historia de la salsa.
Proyectos educativos, filantrópicos y evangelizadores ocuparán el tiempo libre en su agenda familiar. “Si Dios mañana me tiene que enviar a tocar a Maricao y yo entiendo que esa actividad tiene una dirección hacia algo y el anfitrión es la fiesta patronal de Maricao, allí me van a ver”.
Luis “Perico” Ortiz se siente agradecido de la vida, del Señor, del público y del alcalde de Carolina, José Carlos Aponte Dalmau, por la confianza que ha depositado en su persona.
“Dios es maravilloso. Me siento tan bendecido y agradecido porque, sin tener que buscar reconocimiento, siempre Dios me ha dado mucho”.