Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Es un ícono de la música popular puertorriqueña.
Se encamina a su quinta década de trayectoria artística y tras importantes capítulos discográficos cincelados junto a Larry Harlow, con su Orquesta Revelación, la Fania All Stars, como solista, con Willie Colón, la Sonora Matancera y mediante sus colaboraciones especiales con José Nogueras, Nano Cabrera, Andy Montañez, Junior González y Andrés Jiménez, el experimentado Ismael Miranda celebra la dicha de la nominación al Grammy Latino en la categoría “Mejor álbum de salsa” con “Son 45”, una producción de Víctor Manuelle.

Después de clásicos como “Así se compone un son”, “En fa menor”, “Este es Ismael Miranda”, “No voy al festival”, “Edición especial” y “Tequila y ron”, la nominación con “Son 45” es –de por sí- un reconocimiento a una carrera musical de excelencia.
“Tengo que darle gracias a Dios porque todavía, a los 65 años, sigo por ahí haciendo ruido. Los últimos años los he aprovechado bien y hemos hecho muy buenos trabajos, pero en este tuvimos que sudar un poco. Víctor hizo un trabajo excelente. Desde el principio supimos que algo bueno iba a pasar”.
Cuando afirma que “sudaron un poco”, Ismael se refiere a que Víctor Manuelle no descansó durante el proceso de preproducción y grabación. “Dejó la vida en este disco. Jamás pensé que Víctor trabajara tanto. Lo hizo noche y día, sin cansarse. Escribió canciones, ayudó a hacer arreglos, estuvo en el estudio todo el tiempo, a la verdad que se botó. Yo le agradezco mucho por su trabajo”.
A petición de Ismael Miranda, “Son 45” fue producido por Víctor, finalista también con “Que suenen los tambores” en el rubro salsero del Grammy Latino junto a Rubén Blades, Luis Enrique y Rey Ruiz.
“El único disco que he escuchado es el de Víctor, que es tremendo. Tiene canciones que le tocan el corazón a cualquiera. Y “Que suenen los tambores” estuvo en Billboard. Es un disco bien hecho, desde la carátula hasta todo […] Va a estar bien cerrada la votación, pero yo le doy gracias a Dios de que por lo menos fui nominado. Nunca he esperado más de lo que Dios me quiera dar. Con eso a mí me basta. Si algo pasa después de eso, con mucho gusto. De todos modos, iré a Las Vegas porque estaré de vacaciones con mi familia”.
En el disco “Son 45” convergen la veteranía de Ismael con las ideas nuevas de Víctor Manuelle. Además de una reunión explosiva, con Richie Ray, Bobby Valentín y Roberto Roena en “Bajo, piano y bongó”, Ismael aborda contenidos sociales, espirituales y culturales al ritmo del guaguancó y el son montuno.
De Víctor Manuelle aprendió la relevancia de los detalles y la meticulosidad en una producción. “Lo conozco como persona hace tiempo y es excelente. Es interesante trabajar con Víctor porque busca todos los ángulos de lo que está pasando. Él puede estar haciendo una cosa y si por la noche tiene que ir por otro lado lo hace. Es una persona inquieta. Él no dice ‘esto está bueno la primera vez’. Para que esté bueno, él tiene que sentirse satisfecho con el tiempo suficiente para reconocer que las cosas están bien hechas”, señaló Ismael al revelar que “está planchao” trabajar con Víctor en su próximo álbum.
Mientras, “Son 45” fue seleccionado por la Fundación Nacional para la Cultura Popular en enero pasado como la segunda mejor producción discográfica de 2014, – y la mejor en el renglón de la salsa – distinción por la que se siente muy honrado el recordado Niño Bonito de la Salsa.
“Es importantísimo porque es un reconocimiento que me hacen en Puerto Rico la gente que son conocedores de

nuestra música y que están pendientes de lo que uno hace. Eso es un privilegio y un honor”.
De las figuras que le produjeron en el pasado, Ismael destaca las aportaciones de Jorge Millet, Mandy Vizoso y Gilberto Santa Rosa a su carrera discográfica.
Gilbertito le produjo “Tequila y ron”, un tributo en salsa a José Alfredo Jiménez, que también fue nominado al Grammy. “También hicimos “Edición especial”, en la que cantó él, Andy, Tito Nieves, Cheo, Milly Quesada, Chucho, Domingo Quiñones, Cheka y Oscar D’ León. Fue un trabajo de excelencia, que de verdad quedó brutal”, recordó Ismael al añadir que también valora la labor de Gilberto en “Vengo con todo”, en que plasmó nuevas versiones de “María Luisa”, “Me voy ahora” y “Tan solo cuento con eso”.
“Esos trabajos estuvieron muy buenos”, afirmó.
De Mandy Vizoso, quien le produjo el disco “Enamorado de ti”, solo tiene elogios. “Los discos de boleros que hice, los hizo Mandy. Nunca opté por nadie más para eso porque ese señor, desde el primer día que lo conocí, me tocó el corazón porque también era un trabajador incansable. Un señor que ya era mayor, pero lo hacía bien. Estábamos horas y horas en el estudio. Era un gran arreglista”.
Su primera reacción cuando este periodista lo abordó en torno al productor Jorge Millet fue una carcajada. Millet le produjo el clásico “No voy al festival”. “Fue un gran amigo. Con Jorge yo trabajaba y me divertía. Era una persona muy especial. Diferente a todo el mundo. Era muy espontáneo. A veces íbamos a viajar. Le decía que pronto abordaríamos el avión y le preguntaba si llevaba los arreglos. Y me respondía: ‘sí, los llevo en la mente porque los voy a hacer en el avión’. A veces a mí eso me mataba. A veces se tardaba una semana en un arreglo, cuando lo podía hacer en cinco minutos. Cuando hicimos “No voy al festival” varios arreglos se hicieron en el estudio y con excelencia. Lo lindo es que te podía escribir la canción, hacer el arreglo, grabarlo, producirlo, hacer la carátula del disco y las notas. Ese señor era algo serio”.
A los 65 años, Ismael se mantiene muy activo en presentaciones internacionales y tocando aquí con el respaldo de la Orquesta Abran Paso de Luisito Figueroa.
“Siempre tiene música diferente y no tocamos lo mismo a donde vamos. Son muy responsables”, concluyó Ismael Miranda, quien la tarde de la entrevista se preparaba para viajar a Barranquilla, Colombia, tras presentaciones en Houston y en el Festival de Jazz de Curazao.