
Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Las grandes hazañas no pertenecen a las personas que las desempeñan, ni al momento en el cual son ejecutadas con carácter de exclusividad. Una sola hazaña de un solo ser humano emprendedor es suficientemente poderosa para impactar la humanidad, cambiar su destino y trascender en el tiempo.
“Artefusión” hace esa diferencia. Es el primer programa radial en Puerto Rico que considera a los sordos en la totalidad de su hora de duración. Producido por Cuarzo Blanco, Inc., el espacio va al aire los martes, a las 7:00 p.m., por WQBS 870 AM. Son sus moderadores Adriana Pantoja, Joselo Arroyo y Javier Ortiz. Javier Santiago, de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, aporta con trivias culturales y lo último en la escena musical puertorriqueña. Los intérpretes del lenguaje de señas son provistos por Servicios Orientados al Sordo, Inc.
El sueño surgió años atrás en el corazón de la dramaturga y directora puertorriqueña Adriana Pantoja, productora y fundadora de Cuarzo Blanco Inc. Este sueño lo compartía con su camarada teatrero, Jorge Miguel Freytes, quien fue víctima de un asesinato que aun clama por justicia. El recuerdo de Freytes es para Pantoja una gran inspiración.
“El concepto de un programa de radio sobre las artes viene desde 2000, antes que Jorge dejara este plano”, nos dijo Adriana, emocionada por el recuerdo. “Pero cuando él murió, en 2002, yo solté el proyecto. Todo lo planificaba con Jorge y, como fue difícil para mí seguir, me enfoqué solamente en teatro. Cuatro años más tarde decidí producir y dirigir ‘Máscaras afuera’, de Joselo Arroyo; y, mientras hacíamos gestiones de producción, tuvimos que visitar emisoras de radio. En una de ellas, vimos una cámara de vídeo en el estudio y el sueño del programa radial despertó. Le comenté a Joselo en ese momento que veía posible hacer el programa, pero con acceso para sordos a través de la internet”.
Precisamente, en 2005 Adriana había tenido su primera experiencia directa con la comunidad sorda en Puerto Rico.

Ese año, ella produjo su propia obra “Utopía perdida”, un experimento de baile, movimiento y pantomima, donde la productora también actuaba. Como en el montaje no usaba el lenguaje sonoro, a la dramaturga se le ocurrió hacer una función para sordos. “Hacer una presentación solo para ellos fue un error. Digo, a ellos les encantó y lo agradecieron mucho, porque por fin habían sido tomados en cuenta dentro del arte. Pero mi error fue no haberlos integrado al público general. Ahí aprendí”, aceptó con sinceridad.
El interés de Pantoja por las personas sordas tiene base en su formación musical: “Mi madre fue de las artes, de la música; por consiguiente, aprendí piano desde los tres años y la música es algo esencial en mi vida. Por otra parte, tuve dos tíos ciegos y, desde niña, los ayudé. Eso te abre a otro tipo de experiencias y sensibilidades. Además, mi mamá era muy inclusiva y me decía que todos éramos iguales. Aun así, nunca tuve un sordo en mi vida o cerca. Comencé con la inquietud de integración de los sordos hacia el arte a fines de la década de 1980, pero no sabía cómo hacerlo. En 1991, encontré dos organizaciones: Sordos Inc. y Teatro de Jóvenes Sordos, Inc. Ahí conocí a Edgardo Figueroa, quien es un actor y director sordo. Lamentablemente, no logré conexión real con estos grupos en ese momento y perdí contacto”, apuntó.
Años más tarde, la emprendedora productora comunicó su frustración al compositor, musicalizador y sonidista Chenan Martínez. Él la puso en contacto con José Bertrán, experto en el lenguaje de señas. Así, en 2009, Pantoja tuvo sus intérpretes en teatro, a lo que se sumó la integración desde 2011 en radio y conciertos; y desde 2012, en cine… “Y ya no hay vuelta atrás. El resto es historia”, afirmó con orgullo.
Hace casi 20 años, el sicólogo José Bertrán -primer oyente que se graduó de la Universidad de Gallaudet, en Washington DC, un centro educativo exclusivo para sordos- creó en Puerto Rico una organización especializada en sordos y sus necesidades de comunicación: Servicios Orientados al Sordo, Inc. “Cuando conocí a José, en 2009, ya su organización tenía cerca de 13 años de establecida. Él entendió lo que yo pretendía hacer (en teatro primero); y, de inmediato, me proveyó dos intérpretes, Jorge Santiago y Ricardo Ortiz, para lograr la accesibilidad en la obra ‘Máscaras afuera’. En ese proceso, observé cómo los intérpretes se soltaban escénicamente, hasta el punto de ‘actuar en y con señas’; y eso era perfecto para mi naciente concepto”.
Y desde ese momento, Adriana procuró integrar esa “actuación en y con señas” en todos sus montajes teatrales. “Pienso que si tengo una obra, la que sea, al sordo se le tiene que hacer difícil o incómodo mirar las señas y la acción a la vez, en planos diferentes. Si el intérprete no ‘actúa’, al sordo se le va a perder un poco lo que realmente está pasando en la obra. De modo que ahora integro los intérpretes al montaje lo más que puedo. Esto nunca se había hecho antes de manera continua e integral; siento que Cuarzo Blanco lo está poniendo de moda, poco a poco. Es importante que otros también lo hagan”.
En 2010, Cuarzo Blanco repuso “Máscaras afuera”, con accesibilidad y éxito. Ya luego fueron “Des-nudo” y “Peces al

ataque” -ambas obras de Pantoja-, pero aun con solo dos intérpretes. No obstante, la experiencia con la última, el musical infantil “Peces al ataque”, el cual tiene 10 personajes, hizo que Adriana re-pensara la necesidad de un intérprete para cada actor. Así que, en 2011, Cuarzo Blanco estrenó “El sueño de Dalí”; y, por primera vez, hubo en escena un intérprete de señas por cada actor: Nadya Vargas; Abdiel Reyes; Jorge Santiago; Víctor Gastón; y Ricardo Ortiz.
Más allá de las tablas, 2011 también trajo dos conciertos con accesibilidad, coordinados por Adriana Pantoja, Cuarzo Blanco y Hands Performance Crew (HPC): el concierto de música coral “Música del silencio”, con el Orfeón San Juan Bautista (20 abril); y el concierto de folklore latinoamericano “La peña del silencio”, con el grupo Tepeu (12 noviembre). Motivada por el fruto de todo este esfuerzo, Pantoja entendió que ya era el momento justo para lanzar el programa radial accesible que tanto había soñado. Así que habló nuevamente con José Bertrán, quien la apoyó -y sigue apoyando- en esta quimera hecha realidad: “Artefusión”.
Buscar una emisora que los entendiera y ayudara fue un poco difícil, no solo por razones económicas, sino porque la propuesta incluía una sólida conexión a internet por parte de la emisora escogida. No obstante, todo quedó alineado para comenzar a través de Boricua 740AM y www.artefusion.org. Y el 13 de noviembre de 2011, “Artefusión” salió al aire por primera vez, a través de la radio y la Internet.
“Fue difícil engranarlo todo, pero gratificante al final, sin duda. Hubo mucho nervio; se nos enredaban las palabras; hablábamos a las millas, todos a la vez (aun nos pasa un poco por todo lo que queremos decir)… Pero, por otro lado, no sabíamos en lo que nos estábamos metiendo, realmente: además de lo económico y lo logístico, era lo técnico, lo cibernético, los equipos, qué funciona y qué no… Aprendimos en la marcha. Además, lo queríamos grabar para la posteridad; y, básicamente, aunque con algunos inconvenientes técnicos en el camino, lo hemos logrado (en la página cibernética, se encuentran todos los programas grabados desde el comienzo hasta el presente)”.
Al principio, eran los únicos que hacían este tipo de proyecto radial accesible; pero, poco a poco, los han ido emulando en países como Colombia, México, España y Argentina. El Internet le ha permitido a Cuarzo Blanco expandir ese contacto con el resto del mundo, sean sordos u oyentes; pero Pantoja no pensaba en ese impacto internacional cuando comenzó “Artefusión”: “Claro, que nos emulen en otros países es bien importante, pero no generé el proyecto buscando ese reconocimiento personal. No hago las cosas pensando en laureles. Simplemente, tengo una idea y hago

todo lo que está a mi alcance para verla funcionar hasta el final. La comunidad de sordos en Puerto Rico estaba abandonada en cuanto al arte; aun lo sigue estando en muchos aspectos. Y como yo no concibo el mundo sin oír, ni la vida sin arte, no puedo pensar que alguien se quede sin la oportunidad de apreciar esas hermosuras; que se quede sin datos informativos y educativos valiosos; que no tenga las mismas experiencias que todo mundo; y que, por el contrario, experimente rechazo y omisión. Durante este tiempo, hemos tenido 322 artistas, profesionales y personas de la comunidad; hemos llevado todo tipo de información; le hemos dado un sitial importante al sordo, dentro de su mundo y hacia el mundo oyente; hemos logrado integrar al intérprete a cuerpo completo y no en un pequeño recuadro, como si fuese un parcho: el siempre aparece en primer plano… Hemos sobrevivido, a pesar de todos los inconvenientes que se nos han presentado, técnicos y económicos. El proyecto se logró y se continúa: eso es lo más importante”.
Al celebrar casi cuatro años de “Artefusión”, el cual ha permanecido contra toda adversidad, Pantoja se siente muy agradecida por el apoyo de quienes dijeron presente desde el comienzo: “Javier Santiago, Joselo Arroyo, Javier Ortiz, Alex Serrano, Verónica Ortiz, Chenan Martínez, Misael Martínez, Sonia Rivera, Milton Cordero, José Juan Delgado, Yeimyl Rivera, Richard Hernández… todos creyeron en el proyecto desde el principio y les estoy muy agradecida. No puedo creer que ya llegamos al programa número 200; y, pronto, en noviembre, a nuestro cuarto aniversario. ¡Nos seguimos divirtiendo mucho! Por otra parte, han sido varios los intérpretes de SOS, Inc. y a todos también va mi agradecimiento: José, Lipy, Abdiel, Ricardo, Nadya, Jorge, Omayra, Joselo… Pero, sin duda, le debo mucho a José Bertrán, quien desde el principio no dudó en apoyar lo que sonaba a locura. Sé que la situación económica es dura, pero seguiremos luchando para prevalecer”.
Si alguien puede dar cátedra en perseverar, ése es Javier Santiago, padre de la Fundación Nacional para la Cultura Popular. Esta hija de Javier, que cumplió 19 años en agosto, lo hace vivir con orgullo y dedicación. Es una niña que le ha dado a su padre mucho trabajo, pero que ha rendido frutos abarcadores para todos los puertorriqueños, una misión de 24 horas diarias, la cual Santiago no cambia por ningún placer. La Fundación es una respetada y atesorada institución del pueblo de Puerto Rico, gracias a los esfuerzos de su fundador. Son muchos los artistas de prestigio que se dan cita en su sede, en la calle Fortaleza #56 del Viejo San Juan, para conciertos, bohemias, presentaciones de libros y otras actividades exitosas, como los conciertos navideños de Danny Rivera desde el balcón de la Fundación.
Fue en la sede de la Fundación Nacional para la Cultura Popular que “La peña del silencio” tuvo lugar aquel 12 de

noviembre de 2011. Al día siguiente, Javier se integró al primer programa de “Artefusión”; y, desde ese momento, vive la inclusión con su corazón. “El espacio radial se ha establecido. Esto es un punto de encuentro importante para la comunidad y para la cultura. También es un acontecer de conciencia: hay un sector que atender. Le hemos ofrecido datos y, por tanto, la cultura se ha fortalecido. Algo vital es la Internet, a través de la cual nos sintonizan personas de distintas partes del mundo. Y ya han empezado a emularnos”, recalcó Santiago con satisfacción.
Ese júbilo lo comparten Joselo Arroyo y Javier Ortiz. Arroyo, quien ha estado desde el comienzo de “Artefusión”, siente una emoción desbordante que no puede esconder. No dejó de sonreír cuando habló de los logros alcanzados en los pasados cuatro años y de cuánto lo enorgullece estar colaborando con un proyecto inclusivo como éste. “Somos pioneros en el mundo; y, aunque en Puerto Rico no nos han emulado todavía, otros países hermanos sí lo están haciendo. Yo nunca pensé que iba a estar envuelto en algo como esto; y me siento agradecido. El programa me ha transformado. Esta experiencia me ha llevado a emociones intensas, porque comprueba que no hay limitaciones, ni límites. Como ser humano, abrió mi círculo social. También, voy aprendiendo poco a poco sobre lenguaje de señas todos los martes”, comenta el también dramaturgo, artesano, diseñador y maestro, quien lleva trabajando para Cuarzo Blanco desde 2005.
Por su parte, Javier Ortiz manifiesta haberse sentido honrado cuando Pantoja le hizo el acercamiento hace año y medio para sustituir a Alex Serrano en el programa radial. Ortiz está en el mundo del espectáculo desde muy pequeño, perteneciendo a la compañía de su padre Rafael Ortiz, Mundo de Muñecos. Hoy, él preside esta compañía; y ha trabajado para Cuarzo Blanco, desde 1990, en varias facetas, desde actor y titiritero hasta audio descriptor. “A mí me encanta trabajar con personas; llevo los actos solidarios en la sangre. He trabajado mucho con enfermos y ciudadanos especiales; fui voluntario en SER de Puerto Rico; pero nunca había trabajado con sordos. Lo más que me gusta de ‘Artefusión’ es que siempre está en ebullición y los compañeros estamos unidos. Puerto Rico necesita unirse más en las dificultades”.
Chenan Martínez trabaja con el espacio radial desde el principio; y con Cuarzo Blanco desde su comienzo en 1989. Para radio, Pantoja le comisionó el tema musical del programa, pero, a su vez, Martínez trabaja algunas ediciones de sonido; ayuda con el andamiaje técnico a la hora de ir al aire; y participa como sonidista y editor cuando se hacen grabaciones exteriores. Nos explicó que llegó al teatro sin haberlo buscado, cuando estudiaba en el Departamento de Música de la UPR y un amigo le pidió que lo sustituyera como sonidista en una obra teatral. Chenan nunca había hecho ese trabajo, pero aceptó para tener la experiencia. Se trataba de “Arpegio mortal”, la primera obra teatral de Adriana Pantoja, bajo Cuarzo Blanco. Y lo demás es historia, la cual se extiende ya por 26 años de creación, amistad y solidaridad. Sobre “Artefusión’”, lo que más le satisface es la variedad. “Al principio no entendía el concepto con los sordos”, confesó, “A través de la experiencia, ahora no solo lo entiendo: estoy integrado. Entiendo que era necesario que se hiciera y estoy dando todo de mí para que se siga logrando. Además, siento agradecimiento y admiración por Adriana Pantoja: todos sus proyectos son innovadores”. Hoy día trabaja, además, para muchos otros productores de teatro.
Joselo Santiago es el actual intérprete de lenguaje de señas en “Artefusión”. Admite estar fascinado con este trabajo

radial, ya que aprende de todo a la vez que ayuda a la comunidad sorda. El joven obtuvo un Bachillerato en Pre-jurídica, en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras; y logró un Certificado Profesional de Lenguaje de Señas, en la Universidad del Turabo, en Gurabo. Lleva tres años como intérprete de señas; y, de ésos, dos han sido dedicados al programa radial. Su primer encuentro con el lenguaje de señas lo tuvo en la universidad. De inmediato quiso aprenderlo y pensó que era fácil. Después comprendió que no era tan sencillo, porque se trata de todo un idioma; y aprender un idioma puede tomar toda la vida. Por otra parte, de la misma manera que hay muchos idiomas, el lenguaje de señas cambia conforme el país.
Tan pronto como Joselo comenzó a aprender señas, también empezó a practicarlas. Su primera experiencia la tuvo en un hospital, donde dejó tan buena impresión que lo siguen llamando consecuentemente para interpretar. Lo que nunca pensó fue estar envuelto en algo que tuviera que ver con el arte. “Mi primera experiencia como intérprete de señas en teatro la tuve con la obra ‘Gatagarata’, de Adriana Pantoja. La segunda fue ‘Los justos’; y la última fue ‘Dentro del sueño’. Al principio, me asustaba el público, porque no solo era interpretar señas, sino que también había que actuar. Pero ahora lo disfruto muchísimo. Me entusiasma tanto que quiero continuar en esto y adiestrarme mejor como intérprete de señas para teatro. En el extranjero, hay maestrías y doctorados sobre eso; y aspiro llegar a esa meta”.
El programa, que está auspiciado por la Comisión Conjunta sobre Fondos Legislativos, Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, AT&T, Media Room, Estuche Digital, Fundación Nacional para la Cultura Popular, Fruttery y WQBS 870 AM, suma también a otras personas que laboran tras bastidores como son Sonia Rivera, encargada de la página web; y Misael Martínez y Milton Cordero, que aportan sus esfuerzos en la parte de vídeos y edición.
Estos son los profesionales que, desde el 13 de noviembre de 2011, han hecho de un soñado y anhelado programa de radio inclusivo una realidad sin precedentes. Han dado lo mejor de ellos, sin perder el entusiasmo a pesar de cualquier obstáculo que hayan podido encontrar. Se dice que, cuando un sueño es profundo y valedero, el mismo permanece y logra vivir más allá de su creador. He aquí la prueba: ¡qué viva “Artefusión”!