Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
África vibra en su voz y en las notas de su trompeta.
Cuando toca es inevitable pensar en la herencia mulata de su padre, cuya memoria describe como un halo de inspiración en su vida.
En 2000, su querido e inolvidable progenitor, el célebre sonero ponceño Pete “Conde” Rodríguez, murió súbitamente y a su paso quedó el lamento de una familia sumida en la angustia por su irreparable pérdida.

Si bien su hijo Pete Jr. se sintió neutralizado por la pena y la nostalgia, 15 años después afirma que, desde la eternidad y muy complacido, su padre le imparte la bendición por sus logros en la música.
Pete Jr. comenzó en la salsa, como cantante y corista; incluso grabó junto a su hermana Cita en el disco “Generaciones” de Pete Conde. También trabajó con Eddie Palmieri. Hoy, empero, es un jazzista que, con mucho esfuerzo, se ha ganado el respeto de sus homólogos. Y su quinto cd de jazz, titulado “El Conde Negro”, es su credencial más convincente.
“Papi siempre me dijo: ‘tienes que tener fe y creer en ti’. Él me inspira con la música que me dejó, aunque pasaron muchos años sin escuchar sus discos. La comencé a escuchar en el carro y he sentido que la canta conmigo. Él ilumina mi desarrollo en términos de que la música que me dejó yo la estoy haciendo diferente porque siempre me decía que debía ser original como trompetista, cantante y maraquero”.
Y ese ha sido su norte desde el lanzamiento de “Mind Trip”; su transición a “El alquimista” y el año pasado a “Caminando con Papi”, concepto en el que por primera vez aborda la obra de su padre desde la creatividad y la libertad del lenguaje del jazz.
“No me sentía preparado para cultivar la música de papi. Estuve como 10 años intentando hacer un arreglo de su éxito ‘Tambó’ de Tite Curet. Me sentaba en el piano y no me salía nada, hasta que nació mi hija. Así cambió todo. Y un día me senté y escribí el 90% del arreglo en 25 minutos”, recordó Pete Jr., quien concibe el nacimiento de su hija Nayeli Beatriz como una revelación de Dios.
“El nacimiento de mi hija ha sido una de las cosas más importantes de mi vida, espiritualmente. Cuando ella empezó a abrazarme, sentí igual que cuando papi me besaba y abrazaba. Estuve como estancado y después de eso, despertó mi carrera”.
Pete, con un Bachillerato y Maestría de Rutgers University, donde estudió Improvisación guiado por el profesor de guitarra Ted Dunbar, y un Doctorado en Música en la Universidad de Austin, Texas, ha incorporado al jazz selecciones como “Cabildo”, “Tambó” y en su quinto cd, “El Conde Negro”, los éxitos “Catalina La O”, “Sombras que pasó”, “Guaguancó de amor” y el bolero “Convergencia”.
“No he escuchado a nadie hacer lo que hago. No tengo una referencia. Cuando papi cantaba esos éxitos, era impresionante como se llenaban las tarimas. A la gente le gustaban sus letras. Y así decidí hacer esos números más lentos para que aprecien bien lo que dicen las letras porque en la salsa muchos se distraen bailando. Esa ha sido mi experiencia con ‘Tambó”.

Desde pequeño Pete Jr. siempre ha disfrutado cantar. Desde rhythm & blues y hip-hop, géneros que cantaba en las Fuerzas Armadas, hasta salsa con la banda de su papá y la orquesta de Eddie Palmieri. Ahora se enfoca en el jazz, no solo con sus composiciones, arreglos y toques de trompeta, sino con sus vocalizaciones.
“Sonear no es fácil. Es un arte difícil. Se puede desarrollar. A uno se les hace más fácil que a otros. Lo intenté durante un tiempo a ver si conseguía un contrato para grabar salsa, pero a nadie le interesó. Entonces, papi murió y desaparecí un tiempo, pero al regresar sentí dedicarme más al jazz”.
Pete Jr., quien compone y estructura sus arreglos concentrado en las letras popularizadas por su legendario padre, ya puede afirmar que ha alcanzado un grado de madurez como “jazzman”, cuya identidad forjará como exponente no del jazz latino, sino de un nuevo jazz-puertorriqueño con la percusión de Robert Quintero como complemento, letras y estribillos cantados por él y la síncopa de la herencia del blues y el be-bop que aportan con sobrada experiencia el pianista Luis Perdomo, el bajista Ricky Rodríguez y el baterista Rudy Royston.
Sin proponérselo, Pete Rodríguez Jr. se ha convertido en un embajador mundial de la obra de El Conde y del prolífico Tite Curet Alonso. Su reto armónico es “Pueblo latino”, para su próximo disco.
“Ahora mismo llevo como tres años tratando de hacer un arreglo. Es una letra tan poderosa y lo que papi dice al final de la versión en vivo [‘Pueblo latino, nos unimos o nos lleva la miseria’] es lo que medito y en eso estoy enfocando el arreglo. Eso será para el próximo disco, en que quisiera que lo cante un Andy Montañez o un Gilberto Santa Rosa”.
Al igual que su padre, Pete Jr. se identifica con las luchas raciales y la defensa de la herencia africana, que le enorgullece. Por eso ha grabado “Cabildo”, “Tambó” y “Catalina La O”. Su exploración jazzística del repertorio de El Conde continuará en los siguientes compactos.
“La gente me pregunta por qué papi canta canciones de negro. Pero la gente no sabe que se fue de Puerto Rico a los 13 años. Pasó por problemas raciales y eso le afectó. Él estuvo en el Army en Georgia, siendo un negro puertorriqueño en esos tiempos, qué difícil sería. A mí siempre me gustaban esas letras. Yo recuerdo cuando Johnny Ortiz le envió el casete de ‘Catalina La O’ y él la escuchaba”.
Con el lanzamiento de “El Conde Negro”, distribuido por Destiny Records, Pete aspira a recorrer los festivales de jazz mundiales. Semanas atrás fue reconocido con el Global Music Award. También finalizó su sexta grabación con la combinación de trío, cuyo cd se titulará “Organized Noise Trio”, con Rudy Royston y Ricky Rodríguez.
Hoy, su base de operaciones, es Texas. Se mudó allá por la falta de oportunidades en Nueva York, a pesar de las múltiples puertas que tocó sin presumir de su consanguineidad con El Conde.
“Estuve allá sin guisos, a pesar de que había grabado ‘El alquimista’ que, para mí, es tremendo disco”, apunta el músico sobre la producción que en 2008 fuera destacada por la Fundación Nacional para la Cultura Popular como una de las más sobresalientes del año.
“Esas cosas sucedieron y me hicieron más fuerte. Nos mudamos a Texas porque la vida es menos cara”.

Su sueño, empero, es regresar a Ponce para presentar un concierto del cd “El Conde Negro”, a la memoria de su padre. Tampoco las puertas se han abierto. “Es que hay gente que dice que no estoy listo; que no les interesa, no contestan el teléfono… El puertorriqueño es muy interesante. A veces no nos apoyamos. Yo quiero a mi Isla”.
En semanas recientes, continuó diciendo, Pete Rodríguez ha tenido que soportar que le digan que no es puertorriqueño. “Eso me ha molestado. Me han dicho que no soy boricua porque yo no nací en mi Isla, sino en Nueva York. Llegué a Puerto Rico a los nueve años, pero entonces quieren considerar a Luis Miguel porque nació en mi Isla. Para mí eso no tiene lógica”.
El cd “El Conde Negro” está al alcance de los melómanos en los portales de Amazon, Itunes, Cdbaby y Bandcamp.