Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La combinación de las cadencias latinas y el rock no es nueva; Carlos Santana ya lo hizo hace muchos años con notable éxito. Sin embargo, si a esa combinación se le añaden otros ritmos como el afrobeat y el calipso; referencias explícitas a la salsa de Ismael Rivera y Héctor Lavoe; rap de corte político; y un alto nivel de energía sostenido a lo largo de todo un CD, surge una síntesis nueva y refrescante.
De eso se trata “Bando”, la primera grabación de la agrupación del mismo nombre. Descubrir su música es una experiencia muy gratificante y hasta cierto punto asombrosa. El oyente no sabe si detenerse a analizar las ricas estructuras que conforman esta música o simplemente levantarse y bailar a sus ritmos. Se presta perfectamente para ambas cosas.

Producido por el bajista Agustín “Chito” Criollo y el guitarrista Gaby Vidal, el disco comienza con una explosión de energía con el tema “La moña”, en el que la sección de ritmo, las guitarras y el bajo establecen inmediatamente la jubilosa onda que marcará el resto de la grabación. La energía continúa en “Serembé”, un afrobeat en el que el vocalista Jerry Rivera entona un rap que conmina a los proletarios a levantarse en revolución. El solo de trompeta de Rafael Rodríguez, con su sonido procesado electrónicamente, es otro acierto de esta pieza.
La fuerza rockera y la sabrosura latina continúan unidas en “La clave”, en el que se destacan las referencias a las dos leyendas salseras ya mencionadas, así como los solos de Gaby Vidal en guitarra y Richard Torres en timbales. “Oruro” invita al oyente a bailar, con sus atractivos “bass breaks”, la conversación de trompeta y saxo y el solo de guitarra en puro homenaje a Santana.
“Vuela” tiene que ser uno de los números más apropiadamente titulados de los que se tenga memoria reciente. Tras un comienzo más bien de exploración, al estilo del jazz, y la entrada de un ritmo salsero gracias a las congas de Rafa Vargas, la entrada del tema, con la guitarra y la batería, parecen elevar literalmente la música hasta lanzarla en vuelo abierto. Los aires psicodélicos y el solo de guitarra muy cercano a la melodía hacen de este corte uno de los mejores del álbum.
“Malambo” reafirma cuán asertiva es esta banda, con su poderosa combinación de calipso y bulería, mientras que “El cangrejo” es una especie de tributo a Tito Puente, en cuyo clásico cha-cha-chá “Oye cómo va” se basa esta composición.
Los dos temas finales, “Alabanza” y “Suite: María la O” incorporan a uno de los invitados más destacados de la grabación, el cantante y guitarrista Eddie Rodríguez. Con una hermosa voz y un agradable sonido en la guitarra, Rodríguez hace de la primera una de las mejores piezas del disco, reforzada además por la trompeta de Rafael Rodríguez. Este es un tema de corte épico, con una memorable melodía y una intensidad en constante crescendo.
Para concluir, la “Suite” subraya el propósito de síntesis de esta banda, con tres partes rítmicamente diferenciadas –entre cha-cha-chá, funk y rumba- y una intensa interpretación que cierra con broche de oro una grabación jubilosa, enérgica y positiva.
“Bando” es una de esas grabaciones que merece escucharse en repetidas ocasiones, para saborear toda su riqueza musical, que la convierte en fuerte candidata a integrar las listas de los mejores discos del año 2015 en Puerto Rico.