Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Suenan los barriles, pero también el trombón, la trompeta y el saxofón. Se hermanan las culturas del hipo-hop y del rap en español a la bomba puertorriqueña. Están presentes tanto Tego Calderón y Vico C como Don Rafael Cepeda.
Detrás de la alegría que emana de su música, se esconde la gran responsabilidad de incorporarle otros sonidos a un sicá, un cuembé o un holandé. “Yo nunca pierdo la noción de que la base de mi grupo es la bomba”, aseguró Abrante, cabecilla del grupo urbano de bomba La Tribu de Abrant’. Como exponentes jóvenes, buscan refrescar los ritmos de la bomba sin dejar de respetar y valorar el género emblemático de nuestra cultura.
La tribu, que se conformó en 2010, pero que a partir del año pasado han tenido alta difusión, está compuesto principalmente por Jomar Abrante, Miguel “Mickey” Edwards, Fernando “Nandy” López, Carlos Ayala, Pedro Ruiz y Elián Abrante.

Estos jóvenes, que rondan entre los 15 y los 32 años de edad y que tienen un vínculo familiar o de amistad, han logrado que el tambor se escuche en la radio nacional constantemente. Se trata del sencillo “Dale pa’ la calle”, que sirve de promoción para la primera producción discográfica, titulada de igual forma, que esperan salga al mercado el próximo mes.
“No es fácil coger la bomba y la plena y convertirla en algo bien diferente a lo que estamos acostumbrados. Yo creo que hemos tenido auge por la necesidad musical y el hambre que la gente siente de aprender de la bomba y de nuestra cultura, pero a la misma vez porque traemos una propuesta bien refrescante y es la primera vez que el tambor se escucha en la radio de manera continua”, reafirmó el joven exponente, quien funge como vocalista principal de la agrupación.
Ante la interrogante de que si la proliferación de escuelas, talleres y agrupaciones puertorriqueñas que se fundamentan en la bomba se debe a una moda o a una reafirmación de nuestras raíces negras, Abrante confesó que “hay mucha gente profundizando en nuestra cultura. Puede que vaya más allá de una moda”.
La realidad es que este resurgir del género provoca un debate, incluso entre los mismos exponentes: “antes se tocaba un sicá al estilo Ismael Rivera y Cortijo, que para sus tiempos lo popularizaron pero con congas y timbas. Ahora, la gente está respetando y dándole el lugar que le corresponde al tambor”.
Pero por otro lado, Abrante indicó que “aunque hay una expansión del género en estos momentos, un porciento alto de puertorriqueños asocia la bomba solo con música de Navidad”.
Expresó finalmente que “todavía nos queda trabajo por hacer, pero esto (su trabajo musical) es un empujoncito más”.
Antes de ser Abrante el de la tribu
Desde los 15 años de edad, este loiceño trabaja con la bomba y la plena. Eso formalmente porque la vena musical ha estado presente en su familia desde su abuelo oriundo de la isla caribeña San Thomas y tocador de los barriles de acero (“steel drums”), hasta su tío que toca guitarra y su papá que es plenero.
“Cada vez que voy a un sitio y me encuentro con chamacos que me dicen ‘papi, yo sé tocar bomba’, eso es una gran emoción porque me acuerda cuando yo estaba empezando”, dijo risueño Abrante, quien aprovechó la remembranza para explicar el cambio que él ha sentido entre la comunidad que expone el género, desde esos tiempos de sus inicios hasta la actualidad.
Puntualizó que “antes había más unión” y que ahora, como hay mucha gente nueva en el género, se adentran a la comunidad de bomberos con un trasfondo erróneo de la Bomba. “Antes, cuando yo empecé en 1998, se valorizaba la historia del género, se respetaba a los viejos de estos quehaceres, los chamaquitos sabían quién era Don Félix Alduén, el de Mayagüez; Dufrasne; La Ponchinela”.
“Ahora están muy interesados en bailar, en el ritmo, pero no están yendo a la raíz histórica y eso hace falta para

que, cuando surja la próxima generación, los jóvenes de ahora puedan decirle de qué data la bomba, que tengan fundamentos para instruir”, abundó en lo que, según él, es una de los grandes cambios que ha podido presenciar desde que comenzó su carrera.
Un intermedio dentro de sus intereses de la bomba fue la oportunidad que le proveyó el reguetonero Tego Calderón de ser su corista. Luego de que estos dos afrodescendientes se conocieran a tevés de los tambores y trabajaran juntos por espacio de siete años, Abrante asegura que la experiencia de la escuela de Tego, agregada a sus conocimientos sobre Bomba, le ha sido de gran utilidad.
Con sus deseos de hacer más con la música y de fusionar la bomba con otros sonidos, convocó a los de su tribu y estableció dos propósitos fundamentales: “proyectar un grupo de bomba que pueda tocar en cualquier fecha del año, que pueda trascender, viajar y llevar el tambor de bomba a otros países, y además, llegar a los más jóvenes y a la gente que no les interesa la bomba”.
Fue así como en noviembre de 2014 decidió contactar a Elías de León, fundador del sello disquero White Lion Records, causante del éxito de Tego Calderón y de Calle 13. Esta compañía de reggaetón entendió que Abrante y la Tribu no se limitaban a un grupo de bomba de Piñones, como muchos querían hacerlo parecer.
Pero, una cosa ha sido clave para Abrante: “Jesús, Modesto y Tata Cepeda me han dado su bendición. Y si la familia Cepeda, que son pilares de la Bomba, me trata con cariño y decencia, lo que digan los demás para mí es irrelevante”.
Con eso en mente y con el apoyo de la disquera, el éxito de la agrupación ha ido en aumento: se han presentado en varios eventos a través de la Isla, han adquirido fanaticada, se escuchan en la radio nacional y están próximos a publicar su primer disco. Tanto así que han trascendido las expectativas del público al cual se querían dirigir: “pensé que le iba a llegar a un tipo de público nada más, pero en las presentaciones y con la gente que me grita por la calle, me ha dado cuenta de que le he llegado a todo tipo de grupo”, no importa la generación, color de piel, estilo musical, o clase social a la que pertenezcan.
Aunque tienen la responsabilidad de representar bien a Loíza y al País, además, la negritud, la Bomba, y la fusión, el líder de la agrupación expresó sentirse realizado con la ejecutoria: “Yo me siento muy bien por el amor que estos chamacos – el resto de su tribu –le están ofreciendo a su cultura y de la manera que la respetan”.