Inolvidable serenata al amor

Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

En tiempos del ‘más por menos’, característico de una recesión que no parece llegar a su fin, era imperdonable perderse el concierto en homenaje a los padres que anoche María Martha Serra Lima, Chucho Avellanet y Los Hispanos presentaron en la Sala Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes de Santurce.

Fue un viaje por el pentagrama popular latinoamericano de las pasadas cinco décadas, con énfasis en el bolero y la balada.

Tres nombres de trayectorias magistrales que, para el deleite de los románticos que casi llenan la sala, unieron sus talentos en una producción inolvidable, cuyo libreto los integró con una fluidez y naturalidad suprema, como si fueran un solo ente artístico, sin egos, ensimismamientos e ínfulas de superioridad.

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Los Hispanos y Serra Lima retomaron algunos de los temas grabados en la producción “Símbolo de amor”. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

El telón se alzó con Los Hispanos, cuarteto vocal integrado por Wisón Torres, su hijo Rafi, el legendario Tato Díaz y Carlos Camacho, ex primera voz que el sábado sustituyó a Nino Segarra.

Con más de seis décadas de vigencia en los escenarios y haciendo galas de su exquisita armonización de registros vocales durante dos mosaicos en que enlazaron fragmentos de “Todavía”, “Cosas del alma”, “Angustia”, “Tú y mi canción”, “Alma adentro”, “Amor perdóname” y “La novia”, que el público tarareó confirmando que es una de esas canciones imperecederas, Los Hispanos sintetizaron su brillante paso por la canción desde mediados del siglo XX hasta nuestros días.

Chucho, impredeciblemente, se integró a Los Hispanos con la interpretación del éxito urbano, en ritmo de reguetón, “Bailando”, del repertorio de Enrique Iglesias.

Original de María Greever, la balada doo-wop “Tipititin” propició el despliegue de la inigualable técnica y armonización de Los Hispanos.

Chucho permaneció en el escenario para estremecer al auditorio con su versión de “Carta a mi padre” de Alberto Cortez.

La ocasión fue oportuna para compartir con sus admiradores esas canciones obligadas en cada jornada, como “Esta noche está para boleros”, “El amor desolado”, “Abeja reina” y el popurrí de “Mil violines”, “Fugitiva”, “Love Story”, “Magia blanca” y otros éxitos de la explosión del movimiento de la Nueva Ola de los 60.

La cantante argentina María Martha Serra Lima, quien cantó desde una butaca porque, según dijo, recientemente se cayó de su cama mientras dormía, es una artista que, aunque no posee un fraseo estremecedor, aborda el cancionero romántico con aceptable técnica y proyección vocal.

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Chucho y María Martha cantaron a dúo clásicos del repertorio latinoamericano. (Foto Jaime Torres Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular)

Con su director musical Daniel García, quien se unió a la banda dirigida sin contratiempos por el baterista Walter Rodríguez, su interpretación más impactante fue su versión del estándar “A mi manera”, al que siguió su encuentro con Chucho en versiones de “La última noche” y “Piel canela”, de Bobby Capó, en ritmo del pegajoso chachachá.

La veteranía de Chucho y su extraordinario fraseo le impartieron lustro al segmento de María Martha, a quien Los Hispanos acompañaron en un puñado de los boleros que grabaron juntos en la producción discográfica “Símbolo de amor”, grabado hace 21 años en Miami.

Tras “Cómo no voy a quererte”, Wisón y Tato afinaron sus guitarras para respaldarla en “Sinceridad” y “Nunca jamás”.

La función continuó con Los Hispanos y su cancionero tradicional y melodías de difícil vocalización como “Pajarillo” de Aldemaro Romero, obra maestra del folclor venezolano.

Un mosaico de clásicos españoles, como “El beso”, que en 1993 en ritmo de plena y rumba interpretaron en el Pabellón de Sevilla; su versión de la siempre reconfortante y esperanzadora “Creo en Dios”, que incorporó al público, y un popurrí de las joyas “Desvelo de amor”, “Enamorado de ti”, “Silencio”, “Campanitas de cristal”, “Ausencia”, “Perfume de gardenias” y “No me quieras tanto” de Rafael Hernández, en el que nuevamente acompañaron a Chucho, rubricaron con letras doradas el regreso de Los Hispanos a Bellas Artes de Santurce.

Tras un segmento dedicado a la bohemia y la improvisación, con el humor que les distingue y en el que evocaron a Tito Lara, Chucho y Los Hispanos recibieron a María Martha Serra Lima para despedirse con “Como han pasado los años” y “Por amor”, clásico del dominicano Rafael Solano que aquí ha gustado mucho en la voz de Marco Antonio Muñiz.

De casi tres horas de duración y sin intermedio, el concierto a los padres de estos legendarios artistas fue una serenata al mismísimo amor y a la diversidad de sentimientos y emociones que ha inspirado en los compositores de América, cuya obra perpetúan con sus voces y con presentaciones de la excelencia de la memorable puesta en escena de Ivonne Class para SJ Family Entertainment.

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