Homenaje a mi padre, mi mejor atleta…

Por Iván Gonzalo Ortiz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Me crie en el Barrio Villa Palmeras en Santurce y desde que tengo uso de razón siempre me destaqué corriendo.
Mientras me criaba en este barrio casi siempre ganaba las carreras de poste a poste, solo perdía con los niños mayores que yo. Estos triunfos llevados a cabo en los escenarios callejeros de este bien recordado barrio nunca fueron noticia para mi entorno familiar. Para mí era cosa de todos los días, pero fui creciendo y en una ocasión, tendría entonces algunos 11 años, me percaté que mientras se llevaban a cabo las acostumbradas competencias mi padre estaba allí observando.

A la sazón de las circunstancias y para mi sorpresa él sostenía una discusión amistosa con un amigo en la que mi padre, le indicaba y aseguraba que yo me podía ganar al hijo de su amigo, aun cuando era mayor que yo. Su amigo aceptó el reto, mi padre estaba seguro de que yo podía lograrlo, solo me dijo al oído, ponle atención al sonido del pito y arranca. Luego entendí porque, por alguna razón, aunque casi siempre ganaba, a la salida arrancaba con cierto retraso.

Este fue un verdadero acontecimiento aquella tarde de verano, la calle Buenaventura estaba llena de personas, niños, jóvenes y adultos observaban, éramos solo dos corredores. Cuando me dirigía hacia la salida para ese evento especial, posiblemente la carrera más importante hasta ese momento para mí, escuché decir a una persona “voy al hijo de Guillermo, si sale a él no puede perder”.

Hoy día de los padres deseo compartir este testimonio que ha estado en mi recuerdo por siempre, no importa las razones del porqué, pero este acontecimiento fue para mí el mejor y más apreciado apego con mi padre. Ante la importancia del evento mi mente me decía que no podía hacerlo quedar mal. Sentía el reto de demostrarle mi talento a él, el hijo de un gran atleta de pista y campo que las circunstancias contribuyeron a que se olvidaran de él y de sus logros. Poco tiempo después de ese hermoso día de verano, se me fue cuando apenas comenzaba a conocerlo.

No solo gané esa carrera, luego cuando en mi cuarto año de escuela superior me convertí en el atleta más destacado de esa competencia, se lo dediqué a él, me hubiese gustado que estuviera allí. No fue posible pero esta vivencia sin embargo resultó en un aprendizaje positivo en mi vida, acompañar a mis hijos y mis nietos en sus respectivos logros.

De una manera indirecta y por medio de la familia y de personas que fui conociendo me enteraba de las historias cuando mi padre se destacaba como atleta de pista y campo. Me provocaba alegría escuchar los comentarios pero ahí quedaba todo.

Pasaron los años, 56 años más o menos. Tan reciente como par de años atrás llegó a mis manos de casualidad un libro de la historia de los deportes en Puerto Rico. Este libro incluye una sección sobre el atletismo y su historia escrito por Emilio E Huyke. Para sorpresa mía en ese libro se señala a Guillermo Ortiz como uno de los pocos atletas de su época de una “versatilidad extraordinaria que asombra en la historia del atletismo en Puerto Rico”, eran tres los destacados con esa distinción, entre ellos estaban Cosme Beitía y Salvador Torrós, ambos Miembros del Pabellón de la Fama del Atletismo de Puerto Rico, sin duda una comparación de gran estatura que nos llena de mucho orgullo.

No recuerdo haber celebrado el día de los padres con mi padre. Por eso hoy 21 de junio de 2015, Día de los Padres y con el objetivo de perpetuar los logros de Guillermo Ortiz Rodríguez cuya gesta deportiva se destaca en alguna vieja página de un periódico, tus hijos, tus nietos y bisnietos te recuerdan brindándote un merecido homenaje.

Para nosotros tu familia eres el mejor atleta de pista y campo de la década de los años veinte, para mi mejor atleta.

(Iván Gonzalo Ortiz es contador profesional, productor y guionista de cine)

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