Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El vestíbulo del Centro Cardiovascular y del Caribe se engalanó el pasado jueves 4 con la ceremonia de apertura de la exposición de arte pictórico y la presentación del poemario “Vida y canto” del artista puertorriqueño Francisco ‘Pancho’ Morales Eró.
Hijo del reconocido cineasta Jacobo Morales y Blanca Silvia Eró, su inseparable esposa, Pancho heredó el gusto por el quehacer artístico, por lo que desde la década de 1990 el público ha podido apreciar que este ha dirigido por rutas paralelas sus expresiones poéticas y pictóricas.
Así desde el comienzo de los 90, el artista de 54 años de edad, ha estado presentando poemarios y exposiciones conjuntamente. En el edificio José M. Lázaro de la Universidad de Puerto Rico recinto de Río Piedras, Francisco realizó su primera exposición de pinturas a la misma vez que la presentación de su poemario inicial, “Mirándome”. En 1997, también en dicho recinto, el poeta-pintor volvió a exponer sus lienzos, acompañados por los versos del poemario “Poemas del último cuarto”, quinto libro de poemas publicado para aquel entonces. A los poemarios mencionados se tienen que sumar “Soledades de peces”, “El insomnio de las siete puertas”, “Abuelo Pito”, “Desde el silencio” para completar la cadena de versos divulgados.
En esta ocasión, el Centro Cardiovascular y del Caribe acogió el arte de Francisco por segunda vez puesto que, en 2006 ya se habían expuesto en este vestíbulo obras de su autoría. La directora ejecutiva de la Institución, la licenciada Waleska Crespo, expresó que el atrio principal siempre ha sido una galería en la que han expuesto veteranos en el arte como Antonio Martorell y Pablo Marcano, además de artistas que comienzan a despuntar en sus carreras.
El saludo inicial de la actividad del pasado jueves estuvo a cargo de la licenciada Crespo, quien afirmó que “es beneficioso para el Centro darles el espacio a los artistas puertorriqueños y exponer a los pacientes a exhibiciones”. Cada tres meses se cambian las exposiciones porque “para el Cardiovascular más que un orgullo es un acto de responsabilidad social apoyar a nuestros artistas, no tan solo a los gráficos, sino a los poetas y a todos los que manifiestan el arte. El arte es parte de lo que nos ayuda a estar saludables y nuestro Centro ayuda a que las personas con enfermedades cardiovasculares se recuperen. Está más que documentado que si tratamos a los pacientes de forma holística la recuperación será más pronta y amena”, puntualizó Crespo.
Tras abandonar el podio la Directora Ejecutiva, Jacobo Morales tomó la palabra. Con la sonrisa tierna y la melodía

pausada de la voz que lo caracterizan, comentó que es difícil argumentar sobre el trabajo artístico de un hijo entrando en valoraciones, aunque también expresó que el tipo de relación paterno –filial que sostiene con Francisco lo ayuda a enjuiciar constructivamente el trabajo de este. Jacobo, además de agradecer la asistencia de todos los presentes, aludió al prólogo de “Voz y canto”, escrito por el recientemente fallecido abogado independentista Gilberto Concepción Suárez.
En esas palabras introductorias al poemario, Concepción Suárez expresó que “la pintura de Pancho está cargada de poesía y su poesía está pintada en sus libros y termina grabada en nuestro espíritu”. Y es así; las pinturas de este artista puertorriqueño conducen al espectador a imaginar y crear.
Jacobo Morales aseveró que “siempre he pensado que mediante sus obras Francisco sigue redescubriéndose y reafirmando que todo acto de amor y belleza es poesía y que el canto a la vida trasciende lenguajes, formas y doctrinas”. El canto a la vida también trasciende la muerte; por eso las palabras que Gilberto escribió en el prólogo, están destinadas a remembrar a ese gran amigo de la familia Morales Eró.
Tanto para Pancho, como para Gilberto y Jacobo, “la poesía empieza por ser la vida con espacios garantizados para el estrechón de mano, la sonrisa, la contemplación sin reloj”. En respuesta a ese pensamiento, muchas fueron las personalidades de la clase artística y periodística del País que se dieron cita en la actividad, entre ellos: Giorgina Borri, Pedro Muñiz, Edgardo Huertas, Yolanda Vélez Arcelay, Rafael Trelles, Cristina Soler.
Más adelante, el cantautor Jerry Suárez y Jacobo Morales se turnaron para declamar una selección de poemas. Para Jerry, el libro contiene “palabras impregnadas de pinceladas, colores y ritmo”.
Los versos recitados no tardaron en confirmar el comentario del cantautor. Así, los versos sobre el amor y la mujer metaforizada con el mar y otros elementos de la naturaleza, las “manos marinas”, la poesía desnuda y “hechizada de auroras”, entre otras imágenes poéticas deleitaron al público.
Un poema de los allí declamados: “Digo tu nombre a la noche y a la playa/ Rompo tu cántaro y nos juntamos en el agua/Al fin tu pecho me entrega las rosas rojas de tu alma /Al fin te haces mar donde el río de mi verbo en ti descansa/Nos fundimos como ramas ardientes entrelazadas/Somos libres para cantarle al espacio el canto de la niebla en la mañana”, encierra un hermoso erotismo con el que Francisco le canta al coito, a la mujer amada, a la existencia y al porqué de la vida.
El final del festejo estuvo amenizado por las interpretaciones de los poemas musicalizados “Yo te nombro libertad” de Paul Eluard y “Si se calla el cantor” de Horacio Guarany.
Ciertamente, la buena fusión de varias ramas del arte crea una explosión de saberes que alimenta la imaginación y creación del artista y del receptor.