Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Descalza. Acompañada de su voz, y de la voz de Julia de Burgos, que como eco emanó de cada poema traducido al lenguaje musical. Así se asomó de repente la cantante puertorriqueña Zoraida Santiago al escenario de la Fundación Nacional para la Cultura Popular el tercer viernes de mayo para cantarle a Julia.
En un encuentro íntimo, denominado “La ruta de Julia”, continuó rememorando junto a su hermano, el pianista y director musical Tato Santiago, a la célebre poetisa carolinense. Desde el año pasado, año en que muchos artistas nacionales e internacionales conmemoraron muy por lo alto el centenario de Julia con un sinnúmero de actividades, estos dos hermanos músicos han caminado por diferentes rincones del País de la mano de los eternos versos.

Esa noche, el público fue testigo de la emoción que siente Zoraida al entonar cada uno de los poemas por ella musicalizados con distintos géneros. La propia cantante ha afirmado ese vínculo estrecho que tiene con la poetisa: “Lo que yo estoy cantando no lo escribí yo, sino ella. Julia habla a través de mí. Con el simple hecho de decirla, ya la estoy recreando”.
En parte, este proyecto fue posible gracias a la producción de Enrique Benet y al auspicio del Instituto de Cultura Puertorriqueña y del National Endowment for the Arts.
El proceso de cantar a Julia y de incluirla en las producciones discográficas fue en escaladas: en 1984 Zoraida grabó su primer elepé como solista y en él incluyó “Te llevarán”; en los ‘90 publicó “Canción sublevada”, disco que contiene seis musicalizaciones de la poesía de Julia; y con motivos del centenario decidió organizar un repertorio extenso que incluye las primeras musicalizaciones, además, esas que nunca se había atrevido a presentar: “Río Grande de Loíza”, “Canción a Albizu Campos”, “A Julia de Burgos” “Poema detenido en un amanecer”, todas interpretadas durante la velada de ese pasado viernes.
Según Zoraida y Tato Santiago, “La Ruta de Julia” tiene dos propósitos: por un lado, marcar el transcurso de la vida de Julia desde que comenzó a escribir poesía en Puerto Rico, su paso por Cuba y la estancia en Nueva York y, por el otro lado, seguir la ruta de su poesía desde el río, hasta el mar, la ciudad, y el universo cósmico que la abrazó al final.

Para tal encomienda, el primer poema cantado fue “Yo misma fui mi ruta”, amalgama de versos que describen a una Julia deseosa de continuar con su vida hacia el futuro y no estancarse en los presentes que le imponía la sociedad de sus tiempos. En este poema, Julia declara sus deseos de vivir libre e independiente, fuera de las concepciones sociales dirigidas a trocharle sus aspiraciones de mujer diferente a la época.
La segunda interpretación de la noche fue “Poema detenido en un amanecer”, creación literaria cargada de soledad amorosa, uno de los temas que caracteriza la poesía de Julia de Burgos. Incluido en el disco de Zoraida Santiago “Canción sublevada”, el tercer poema musicalizado de la velada, “Romance de La Perla”, evidencia el rechazo y la lucha de la poeta puertorriqueña contra la marginación.
“La poesía de Julia de Burgos nos hace crecer y sentir profundamente”, comentó Zoraida como antesala a “Canción desnuda” y a “Río Grande de Loíza”, dos poemas que, sin dudas, ponen al descubierto la sensibilidad de la poeta, que bien la ha recogido Zoraida en sus musicalizaciones. La profundidad de los versos y la entrega de la cantante crearon una simbiosis que deleitó a los espectadores.
“Canción sublevada”, antecedió a la firmeza de los versos y de la creación musical de “A Julia de Burgos”. La sección de los poemas escritos por Julia en Puerto Rico finalizó con “Amanecida”, para dar paso a la sublime musicalización de “Almamarina”, que con “Canción hacia adentro”, formaron parte del escogido de poemas compuestos durante el paso de Julia por Cuba. “Almamarina” describe el apego que le tuvo la poeta carolinense a dos de sus amores: el campo y el mar.
Al revelarse a las fronteras del amor, Julia escribió durante el tiempo que estuvo en Nueva York “Ya no es mío mi amor” y “Te llevarán”, musicalización dedicada a la cantante puertorriqueña recientemente fallecida, Lucy Fabery.
“Casi alba”, primer poema convertido en música efectuado por Zoraida y Tato Santiago, y “Poema de la estrella

reintegrada” iban marcando el final del compartir. Una tremenda interpretación de “Canción a Albizu Campos”, la cual la realizaron por primera vez el año pasado en un concierto que le dedicaron al prisionero político Oscar López Rivera, y el emotivo “Dadme mi número”, concluyeron el repertorio.
La antología de concierto comenzó con una Julia que se reafirmaba en su libertad de espíritu y su deseo de desligarse de la sociedad de su época, de ser lo que le dictaba su interior y no lo que otros querían que fuera. Continuó la ruta con una Julia sumergida en el amor, en los asuntos de política nacional, y en las luchas sociales. Finalmente, se pudo entrever una Julia abatida mentalmente, sin fuerzas, lanzándole muchas preguntas al viento.
Este proyecto de Zoraida y Tato Santiago denota una investigación exhaustiva de la obra y vida de la ilustre poeta. Y la puesta en escena, logra acaparar a todas las Julias que ella misma derramó en su poesía. A juzgar por Zoraida, Julia es “una voz imprescindible, clara, potente, con un manejo del lenguaje poético impresionante; una mujer reconocida por los poetas más grandes de América; que no se rindió porque quiso ser oída; fue consistente con lo que quería decir independientemente de las consecuencias”. Esta propuesta musical de los hermanos Santiago, continuará perpetuando esa voz que nunca supo lo inquebrantable que sería.