Por Jaime Torres Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Es gestor de uno de los mejores discos de 2014.
Pero no se sorprenda si la producción “The Eternal Classic” es motivo de conversación en el año 2050 porque su productor, el pianista y arreglista Javier Fernández, brillantemente ha rescatado la magia del sonido ‘big band’ para su deleite personal, sin imaginar que expondría a las nuevas generaciones a la nostálgica tradición de los días del Palladium.
“Este es un trabajo para satisfacción personal como he dicho anteriormente, no obstante, si alguien lo aprecia como un artículo de carácter didáctico, sentiría que se han cumplido dos cometidos”, dijo a la Fundación Nacional para la Cultura Popular.

En “The Eternal Classic”, Fernández presenta un repertorio de salsa bailable en el que reconoce la aportación a la música afroantillana de su mentor, el fenecido arreglista y pianista Jorge Millet, a quien dedica la grabación.
“En mi opinión muy personal, el maestro Jorge Millet, fue la mente creativa más excepcional de nuestro tiempo. Trajo al género musical nuestro una agresividad nunca antes vista, elevando nuestra expresión musical al más alto nivel, retando al ejecutante al máximo de sus posibilidades, creando a su vez, sonidos armónicos que solo se utilizaban en el género del jazz y otras vertientes de más complejidad, musicalmente hablando. Sin dudas pienso que el maestro Millet se marchó a la otra dimensión sin saber que estaba sentando precedentes en nuestro oficio de hacer música”.
El repertorio de la magistral producción “The Eternal Classic” también es un homenaje a la obra de talentos como Willie Colón, Ray Barretto, Bobby Valentín y Roberto Roena, cuyos éxitos “Déjala bailar”, “Indiferencia”, “Dos soneros” y “Fea” son renovados excitantemente con el swing de la orquesta grande.
“Willie Colón fue y será una figura predominante en la escena musical debido a que, aunque no se adaptó al estilo de música de su momento, creó un sonido y estilo particular que le acarreó mucho éxito. No es el mejor instrumentista del mundo, más aún así, ha mantenido un sitial de privilegio en el favor del público y eso también se respeta. A Bobby Valentín, yo le llamo, y muchos lo saben, ‘El más grande de todos los tiempos’; un extraordinario músico y magistral arreglista, sus arreglos son obras maestras. Ray Barreto y Roberto Rohena, dos portentos de la percusión, cada cual en su lugar hace grandes aportaciones al género, conformando orquestas de excelencia y siendo a su vez taller de aprendizaje para muchos artistas en el campo musical. Estas cuatro figuras son responsables del éxito, difusión y aceptación masiva del género salsero”.
Uno de los aciertos de “The Eternal Classic”, que sustenta su excelencia y justifica su reciente reconocimiento como parte de los mejores 20 discos de 2014 por la Fundación Nacional para la Cultura Popular, es el irresistible arreglo y composición “Mambo pa’ Millet” que, en la onda del jazz latino, evoca la contribución a la música latina de otra de las grandes influencias de Javier Fernández: el maestro arreglista Ray Santos.
“Santos se forja en la liga grande de Nueva York. Por eso el detalle de su estilo característico: cuando escuchas un arreglo de Ray Santos lo asocias con Hollywood, Frank Sinatra, Tony Bennett, etc. Él es una gran influencia para muchos de nosotros que pretendemos orquestar. Sin duda alguna es y será, Maestro de maestros”.
En la producción discográfica más trascendental de su carrera, Javier Fernández distribuyó el cancionero entre talentos de la nueva generación, como NG2 (“Tranquila”), y soneros probados, como Rico Walker (“Indiferencia”), Jerry Medina (“Felicidad”), Pedro Brull (“Fea”) y Pupy Cantor (“Dos soneros”).

“Es la culminación de un ambicioso sueño hecho realidad, por consiguiente, desde la primera nota del primer arreglo sabía para qué artista estaba escribiendo, con la fortuna de que todos y cada uno de ellos accedió gustosamente a la invitación, por lo cual les estoy eternamente agradecido. NG2, Norberto Vélez y Gerardo Rivas, de la nueva generación, son estos, para mi gusto, los que poseen las herramientas para solidificarse en el gusto y favor del público salsero; dominan todas las destrezas y tienen el carácter musical necesario para ser grandes estrellas, siento mucho orgullo de tenerles en el proyecto. Rico Walker, un señor cantante y sonero de ensueño, su participación en dos temas es simplemente genial, nadie pudo hacerlo mejor. Jerry Medina es una estrella internacional que nos honró acompañándonos en nuestra aventura musical, solo hay que escuchar una nota y sabes que es Jerry Medina el que canta. Para el tema que cantó Pedro Brull no se había seleccionado ninguna persona en particular para cantarlo. De hecho, se ofreció a varios artistas y no hubo respuesta afirmativa al respecto. Ahora escuchando al “Sonero de Peso Completo” entiendo que el tema se escribió para él. El indomable y callejero Pupy Cantor es El Dueño del Sabor y el Soneo, custodio de la tradición del buen versal”.
Muy consciente de la valiosa aportación de Celia Cruz, Yolanda Rivera, La Lupe y Miki Vimari a la salsa, Fernández invitó al proyecto a dos talentosas cantantes e instrumentistas: Nahyra Pérez y Zayra Ocasio, quien toca el solo de timbal de “Mambo pa’ Millet”.
“En el caso de las chicas, Nahyra Pérez es una extraordinaria y preciosa cantante con dotes de diva. Se le asignó la descomunal tarea de interpretar el tema “Déjala bailar”, grabado originalmente por Soledad Bravo, con un resultado impresionante. Vistió al tema de gala. Y Zayra (Pola) Ocasio es una joven percusionista y cantante con un futuro muy brillante”.
Con una producción de ensueño y la extraordinaria ejecución de su Big Band, lo que le resta al maestro Javier Fernández es exponer su estupendo trabajo en presentaciones en y fuera de Puerto Rico.
“Nuestra propuesta musical fue presentada al público el pasado febrero en las facilidades de Down Town en San Juan. El lugar estuvo lleno a capacidad. Compañeros músicos apoyaron masivamente nuestro esfuerzo con su asistencia. Una orquesta compuesta por 28 profesores, todos comprometidos con el arte, me acompañó aportando el máximo de sus capacidades para lograr que la magia se manifestara”.

Javier Fernández, cuyo cd “The Eternal Classic” se consigue en la tiendita de la Fundación Nacional para la Cultura Popular y en otros establecimientos, nació en Bayamón, donde desde temprano en su niñez estuvo expuesto a la música, pues su padre era un simpatizante de César Concepción, Rafael Muñoz, Rafael Cortijo y la entonces incipiente Sonora Ponceña.
“Definitivamente Cortijo fue mi mayor influencia ya que también los veía en televisión todos los miércoles en la noche. Me fascinaba la forma tan contundente de tocar de ellos y la personalidad, elocuencia y jocosidad de Ismael Rivera. Esa fue mi primera escuela. En una ocasión mi padre trajo tres discos a la casa, que marcaron mi vida y definieron lo que sería en el futuro mi estilo como músico y arreglista. Uno fue ‘Danger’ de Cortijo, Ismael y Rolando La Serie”.
Años después, la noche en que vio a Ray Cohén tocando con El Sabor de Nacho Sanabria, Javier Fernández se convenció de que su instrumento sería el piano.
Así, paulatinamente, adquirió experiencia junto a Los Selectos de Arecibo, la Orquesta Mundo y Willie Rosario, en cuya banda sustituyó a Luis Quevedo.
Consumado como arreglista, eventualmente surgieron oportunidades con Gilberto Santa Rosa, José Alberto ‘El Canario’, La Selecta, Mulenze, Conjunto Chaney y José Lugo Big Band.
“The Eternal Classic” es el fruto más complaciente de su trayectoria en la música. “Aquí se manifiestan los conocimientos y experiencias adquiridas durante toda una vida. Por eso agradezco a todos los extraordinarios músicos que me acompañaron en la realización de este sueño y sobre todo al Dios eterno del cual procede toda ciencia y poder”.