Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Ninguno de los elogios que escuchó el pasado martes durante los múltiples reconocimientos recibidos en la Universidad de Puerto Rico en Humacao (UPRH) puso a prueba la genuina humildad del insigne escritor Luis Rafael Sánchez. ¡Su don de gente es inquebrantable!
El laureado autor de “La guaracha del Macho Camacho” y “La pasión según Antígona Pérez” fue enaltecido durante los actos de apertura de la Fiesta de la Lengua del Departamento de Español, celebrados en el Teatro del recinto humacaeño.
Frente al rector, doctor Efraín Vázquez Vera, se emitieron dos certificaciones del Senado Académico de la UPRH que proponen la designación del teatro de esa casa de estudios con el nombre de Luis Rafael Sánchez y su nominación al Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes, concedido anualmente por el Ministerio de Cultura de España.
Asimismo, será dedicada a la obra de Sánchez la sección temática de la revista Cuadrivium, del Departamento de Español de la UPRH.
Sánchez contempló al público, que abarrotó la sala del Teatro, mientras le entregaban el cartel oficial de la Fiesta, creado por el artista Ángel Vega.
Con profunda emoción –
Emocionado y desprendido con estudiantes, profesores e invitados especiales, Sánchez -nacido el 17 de noviembre de

1936- afirmó en sus primeras palabras durante el homenaje que “les aviso que estoy abrumado de tantos regalos. Parece que esta Universidad el Día de Reyes se muda para el 21 de abril. Necesito un camión para llevar los regalos que me han hecho. Gracias por tanto afecto”, dijo.
Puntualizó el creador de las obras de teatro “La pasión según Antígona Pérez”, “La hiel nuestra de cada día” y “Quíntuples”, que “hay sorpresas para las cuales nunca se está listo, sean agradables o sean desagradables. Fue lo primero que pensé cuando supe del honor que le conferían a mi trabajo el Recinto de Humacao de la Universidad de Puerto Rico”.
Ante la distinción que recibiría de ser bautizado el Teatro de la UPRH con su nombre subrayó que “aparte de sorpresa agradable, recomienda mirar hacia adelante, en vez de indagar las posibilidades del recuerdo…La vida pasa, pesa y pisa. Vivir para recordar no es sano. Lo que no significa olvidar quién se es, de dónde se viene, cuáles experiencias y cuáles carencias contribuyeron a la formación… Cuáles debilidades se superaron, cuántas siguen lastrando el crecimiento moral, intelectual, espiritual”.
Aclaró, también, que “miserable sería olvidar o intentar olvidar de dónde vengo… Para fortuna mía, el dato está inscrito en mi corazón. Vengo de la casa 28 en el caserío Antonio Roig de la llamada Ciudad Gris. Una casa que fue parte integral de lo que el expreso se llevó. Después aterricé en la Extensión Roig, casa número 19, un cajoncito de cemento donde no entiendo cómo cabíamos los cinco miembros de la familia nuclear”.
Ante una entusiasta concurrencia, el hijo de un panadero y una costurera rememoró que en la Biblioteca Roig pasó, “las mejores horas de mi temprana adolescencia” y fue donde “descubrí el libro más libro de todos los libros, ‘Don Quijote de la Mancha”.
“Aún así, vivir nada más para solo recordar tiene demasiados peligros. El que resulta más dañino es el anclaje de la vida en lo ya vivido, lo ya conocido, lo ya experimentado. Un anclaje que imposibilita darle una oportunidad a la novedad. Mi admirado amigo, el poeta Edwin Reyes repetía una sentencia que corona la afirmación que acabo de hacer: ‘deja que el azar se salga con la suya’. La conciencia plena de cuanto digo me impide mirar hacia atrás, a emborracharme con la nostalgia, a soñar con lo que pudo haber sido y no fue, del que nos habla el lacrimógeno bolero. Hablemos entonces de lo todavía por hacer, lo todavía por aspirar, lo todavía por soñar, lo todavía por ensayar, lo todavía por decir. En fin, hablemos de lo todavía por vivir”, precisó el artífice de una grandiosa obra literaria que ha sido traducida a idiomas como el inglés, francés, portugués, alemán, holandés, griego y rumano.
Mientras la multitud lo aplaudía, Sánchez señaló que “los honores son como los amores, no se buscan, llegan o no llegan… Hoy, en mi Humacao natal, ustedes me colman de honores. ‘Muchas gracias, muchas veces’, como me dijo Isabel Allende que decía Pablo Neruda”.
“La nacionalidad echa carne” –
Fue en abril de 2013, que el rector de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, doctor Efraín Vázquez Vera, conoció a Luis Rafael Sánchez.
“Saben ustedes, que los escritores de una nación son su alma. Los escritores hacen eterna la nacionalidad. Así que podríamos ver en nuestro Luis Rafael Sánchez a la misma nacionalidad echa carne. ¡Qué fuerte verdad! Es como llegar a esto de lo que por ahí se habla de la inmortalidad literaria, a lo máximo que se puede llegar como escritor. Es como esto de ser personaje de la historia y seguir vivo”, expuso Vázquez Vera.
El rector de la UPR en Humacao recalcó que “queremos agradecerle con este homenaje la alegría que con su trabajo nos ha regalado a todos y el orgullo patrio a que este sentimiento se acompaña…”.
Luego de protagonizar los actos de apertura de la Fiesta de la Lengua, el narrador, dramaturgo y ensayista asistió a la inauguración de la Sala de Teatro de la Biblioteca Águeda Mojica de la UPRH en su honor, que albergará una colección de libros donados por éste.