‘Standard Bomba’ en los 35 de Radio Universidad

Por Rafael Vega Curry
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Cuando el maestro Eddie Palmieri vaticinó años atrás que el futuro del jazz era el jazz latino, posiblemente estaba imaginando eventos como la presentación, el pasado jueves 5 de febrero, del álbum “Standard Bomba”, del saxofonista José “Furito” Ríos, en el marco de la celebración del 35to. aniversario de Radio Universidad de Puerto Rico.

Como sugiere su título, el disco recrea varios temas del cancionero popular estadounidense, o “standards”, interpretándolos según los variados estilos de la bomba puertorriqueña, como el sicá, el cuembé y la bámbula. Pero, en lugar de “fusión”, en este caso es más preciso hablar de apropiación cultural, por dos motivos: la naturalidad con la que ambos géneros musicales se encuentran y el hecho de que, luego de tantos años de carrera, a Furito Ríos le resultan propias, inherentes, orgánicas, tanto la tradición del jazz como la de la bomba. Hace tiempo que el jazz dejó de ser “música americana” para volverse un estilo universal, quizá el más adaptable y flexible del mundo, como lo demostraron esa noche estos excelentes músicos.

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Radio Universidad reconoció la labor del Dr. Jimmy Torres y  Carlos Camuñas. Al centro Isabel Pichardo. (Foto Josian Bruno Gómez)

Aunque los rostros en la amplia sala del Hotel Verdanza, en Isla Verde, donde se llevó a cabo la actividad eran de franca alegría, empezando por el del propio Furito Ríos, uno de los más felices en el evento era, sin duda, el de Isabel Pichardo, coordinadora de desarrollo de Radio Universidad (WRTU-FM 89.7 en San Juan, WRUO-FM en Mayagüez y radiouniversidad.pr en internet).

“Radio Universidad es mi vida”, dijo Pichardo a este medio. “Aquí crecieron mis hijos. Hay generaciones enteras que han crecido con nosotros. ¿Dónde más puede escucharse ópera, salsa, programas como Brasil en música y tantos otros?”
Pichardo reconoció además a quienes considera los principales responsables del éxito de la emisora. “Radio Universidad son sus productores. Son apasionados de su trabajo, que desean hacer una diferencia en las vidas de la gente”.

El breve acto protocolario, para el cual fungió como maestro de ceremonias Elmer González -uno de los productores más respetados y queridos de la emisora- incluyó unas breves palabras del Dr. Jimmy Torres, coordinador general de Radio Universidad, quien agradeció el apoyo constante de los Radioamigos, y un saludo del rector del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, el Dr. Carlos Severino, quien afirmó que Radio Universidad es tan emblemática de la vida universitaria como su símbolo más conocido, la Torre riopedrense.

El acto concluyó con un reconocimiento a Carlos Camuñas, quien no solo se ha mantenido en la emisora desde sus comienzos, desempeñando una variedad de cargos, sino que hoy día mantiene varios programas a la vez, tales como “Latinorama”, “Música cinematográfica” y el ya mencionado “Brasil en música”. Con afecto, el Dr. Torres y Camuñas recordaron la ocasión en que ambos fueron a una ya desaparecida tienda de discos en Santurce –Cuin Discoteca Selecta- a comprar los primeros discos para la emisora.

A continuación, el bebop y la bomba invadieron el salón, con la vibrante energía de “Birdlike” (composición de Freddie Hubbard) el primer número interpretado por Furito Ríos y su septeto. Con un solo de saxo alto acelerado y magistral, una improvisación en el piano singularmente atada al ritmo de los barriles de bomba, un hábil solo de bajo acústico a cargo de Junior Irizarry y una brava descarga en el quinto (o barril primo) de Héctor Calderón, la interpretación mostró toda la maestría y el gozo que son capaces de ofrecer estos músicos. La primera ovación de la noche, en una sala llena a rebosar, no se hizo esperar.

La ingeniosidad armónica del bebop también estuvo presente en el segundo tema, “Yes or No”, de Wayne Shorter. Aquí, con frases rápidas, unidas al retumbante sonido de su saxofón tenor, Ríos produjo una de sus mejores improvisaciones de la noche, sobre el hechizante ritmo de la bomba holandé. Juan Luis Angleró también ejecutó uno de sus mejores solos de piano de la noche, sobre el “caldo espeso” cocinado por una banda poderosamente afincada. Los bailadores Giovanna Sosa y Angel Declet hicieron aquí la primera de sus intervenciones de la noche, agregando esa magia que solo los buenos bailadores de bomba saben crear.

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El saxofonista Furito Ríos logró un estreno memorable para su “Standard Bomba”. (Foto Josian Bruno Gómez)

Una fresca vivacidad definió la próxima interpretación, la del clásico “Body and Soul” que hiciera famoso Billie Holiday. Muy melódico el solo de Ríos en saxo alto; en ocasiones sonaba tal y como si estuviese cantando. Con gran naturalidad, acompañada de cierta majestuosidad en la expresión, Ríos y su grupo rehicieron el famosísimo tema a imagen y semejanza del jazz puertorriqueño, al suave ritmo de la bomba hoyo mula.

Sonriente, Ríos anunció la siguiente interpretación, la de “Confirmation” de Charlie Parker, como “Confirmation desde Loíza”. Tras la enérgica introducción de Héctor Calderón, Omar Sánchez y Raúl Rodríguez en los barriles, se destacaron aquí mayormente Angleró en el piano e Irizarry en el bajo, este último con notable melodiosidad y aplomo ante los complejos cambios armónicos del tema.

“Cherokee” fue uno de los puntos culminantes de la noche, gracias a la presencia del gran Piro Rodríguez en trompeta, a quien Ríos invitó a subir al escenario. Fue una interpretación envolvente, arrasadora como una fuerza de la naturaleza, en la que Rodríguez demostró su dominio del registro alto de su instrumento y su rápida digitación. Ríos no se quedó atrás, con una improvisación igualmente creativa y veloz.

Con una magistral entonación y aires de blues, Ríos y su septeto emprendieron entonces su versión del clásico “You Don’t Know What Love Is”, con el firme apoyo del veterano Jimmy Rivera en la batería. Para concluir, otro estándar, pero este de origen relativamente más reciente, el “Freedom Jazz Dance” de Eddie Harris, enérgico y con espacio para que todos los miembros de la banda diesen lo mejor de sí.

Con su energía, su alegría contagiosa y su natural apropiación de una tradición que cada día es más nuestra –la del jazz- la noche fue memorable. No solo fue una celebración de los 35 años de Radio Universidad y del estreno de un disco importante de jazz boricua, sino una celebración de la vida misma y sus posibilidades.

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