Acertado el cierre del Jazz Jam

Por Patricia J. Rodríguez
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Con un tributo a los grandes compositores puertorriqueños como Puchi Balseiro, Bobby Capó, Rafael Hernández, entre otros se celebró con total éxito la segunda velada del Puerto Rico Jazz Jam. El festival también contó con Víctor Román y la banda Cinco Esquinas, en representación de la sangre nueva.

Humberto Ramírez en la trompeta y el saxofonista boricua de fama mundial David Sánchez fueron los más destacados improvisadores de la noche, con expresiones de alto vuelo y sentimiento. No se quedó muy a la zaga el saxofonista Román, quien se enfocó de lleno en estilos como el bebop, hard bop, jazz latino y todo tipo de combinaciones de ritmos.

Con una formación de primer nivel que incluyó a Luis Marín (piano), Elías Santos-Celpa (bajo) y Mario Pereira (batería), Humberto Ramírez y David Sánchez hicieron un recorrido por el repertorio puertorriqueño, pero reinterpretado según la cadencia jazzística, con energía y solidez.

Fue un privilegio poder escuchar la unión musical de estos dos grandes intérpretes, y también motivo de orgullo por tratarse de dos puertorriqueños de categoría mundial.

El repertorio incluyó “Sin fe”, de Bobby Capó; “A Touch of Feeling”, un tema en el estilo “filin” que Puchi Balseiro compuso para Humberto Ramírez; y ya con la presencia de Sánchez en tarima, “Olas y arenas”, de Sylvia Rexach; “Ausencia” de Rafael Hernández; “Mi triste problema” de Catalino “Tite” Curet Alonso; “Perdón”, de Pedro Flores, y “Soñando con Puerto Rico”, de Bobby Capó.

Pero como ya dijimos no fueron interpretaciones convencionales. Por ejemplo, y aunque carecían de barriles y otros instrumentos de percusión apropiados, “Olas y arenas” se interpretó como una bomba y “Mi triste problema” con un sentimiento distinto al que le impartió el gran Cheo Feliciano, pues Sánchez utilizó aquí sonidos árabes en su saxofón tenor para recrearlo.

Las grandes ovaciones no se hacían esperar, pues el público conocedor de este género sin duda apreciaba a cabalidad cada interpretación. Los músicos, según pudo verse, también disfrutaron la ocasión y actuaron con total camaradería.

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Víctor Román y Cinco Esquinas cosecharon aplausos en su debut en el Puerto Rico Jazz Jam. (Foto Rafi Claudio)

Por parte de Cinco Esquinas, Víctor Morales en la guitarra eléctrica y Gabriel Rodríguez en el bajo eléctrico mostraron en sus improvisaciones cuán bien dominan el arte de la síncopa, base del género del jazz.

Cuando la banda interpretó la archifamosa composición de Jobim y De Moraes, “Chega de Saudade”, el cambio de ritmo de bossa nova a ritmos peruanos hizo que sonara prácticamente como una pieza nueva. Todos los integrantes de la banda aportaron en esta interpretación, especialmente los percusionistas Javier Calzada y Gadwin Vargas.

Román, quien se dirigió al público con soltura y amabilidad para hablar un poco de cada una de las composiciones, dedicó una hermosa melodía titulada “No hay sombra sin luz” a un músico amigo que partió en diciembre, Reynaldo Castellanos. Tuvo cálidas palabras para recordar a su amigo, de quien dijo que nunca se olvidará su legado.

Román y su grupo dieron fin a su presentación con “Tamarindo”, tema que le da título a su disco, a son de puro jazz latino, sobresaliendo Gadwin Vargas en las congas.

La sexta edición del Puerto Rico Jazz Jam fue coproducida por Humberto Ramírez y la Fundación Nacional para la Cultura Popular. ¡Larga vida a este festival y a nuestra cultura!

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