Héctor Méndez: ¿éxodo o exilio?

Por Alina Marrero
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Todos los días recibimos la noticia que, al menos, un amigo o un conocido se va o se ha ido de Puerto Rico. Se trata de personas profesionales, con educación universitaria, muchos de los cuales han comprobado ser capaces y sobresalientes. Escuchamos en radio, vemos en televisión, leemos en la prensa y/o en redes sociales, el inventario de los por qué de este éxodo, al cual algunos llaman exilio. Pero entre este grupo hay artistas que también son amigos muy queridos. Este es el caso de Héctor Méndez: director, actor, libretista y dramaturgo de prestigio. La experiencia de este artista puertorriqueño, premiado en varias ocasiones por distintas instituciones, comprende más de 20 años en radio, televisión y teatro; también ha hecho cine. Auscultamos cuáles fueros los motivos que provocaron su decisión de irse, ya que en momentos de crisis es cuando se revela el verdadero valor de un ser humano.

Héctor Méndez nació un 26 de junio de 1971 en Santurce, en un hospital que ya no existe. Hasta los 14 años creció en

Héctor Méndez actuará en Nueva York este fin de semana. (Foto suministrada)
Héctor Méndez actuará en Nueva York este fin de semana. (Foto suministrada)

Carolina. Después, vivió en distintos lugares del área metropolitana. Conversar con Héctor Méndez -quien admira a Hitchcock y a Spielberg; y a quienes cita de vez en cuando- es pasar un rato encantador. Su decir y sus maneras provocan risas. Pero cuando habla sobre cosas serias e importantes, lo hace con aplomo e integridad.

A continuación, transcribimos nuestro reciente diálogo con Héctor quien sábado 22, participará en el Festival de Mujeres en Escena, en Nueva York, en la obra “La verdadera historia del matrimonio de Pussy Cat Banana con Míster Guevo Man”.

AM: Héctor, ¿cómo fue tu niñez y juventud con tu familia?

HM: ¡Divino! Mi madre Ana Arana, quien es enfermera, fue mi primera mentora. Ella siempre supo que yo iba a ser actor porque, cuando tenía seis años, memoricé el comercial de una pasta de dientes y la hice frente al espejo. Escuché cuando mami le dijo a papi: ‘El nene va a ser artista’. Mi papá no se sorprendió, ya que él es pintor y músico. Se llama HM, como yo. Mejor dicho, yo me llamo como él. Pero si voy a decir la verdad, tengo que decir que fue mi abuela materna, Anamín Alvarado, quien me dio el empujón efectivo. Fue ella quien me llevó a Nuestro Teatro cuando yo tenía 11 años. Recuerdo que estaban dando “Anda pal sirete”, de Carlos Ferrari. Mi abuela me dijo: ‘Un día vas a estar en el escenario porque vas a ser actor’. Estoy enamorado del teatro desde entonces.

AM: ¿Decidiste que ibas a ser actor en esos momentos?

HM: Te cuento. Yo estudié en la escuela superior, Trina Padilla de Sanz y allí hice cosas de teatro. Después, estudié en la UMED Administración de Empresas. Además, estudié turismo en Emory Collage y al turismo me dediqué. En 1993, yo estaba trabajando en turismo en California y fue allí donde sentí la inquietud fuerte de estudiar teatro. Así que regresé a Puerto Rico y me matriculé en el Taller de Luz María Rondón. Allí me formé. Aprendí muchas cosas, pero lo más importante y lo que más agradezco es la disciplina.

AM: ¿Cuál fue tu primera experiencia profesional como actor?

HM: En 1994, fui a una audición para una obra de Broadway, “Tony And Tina’s Wedding”, y me seleccionaron. Esta obra se hizo en inglés y español. Para ese mismo tiempo escribí mi primera obra de teatro “Ay, bendito, qué poca vergüenza”. Mi obra estaba compuesta de distintas escenas, sátiras de cosas que pasaban en Puerto Rico en ese tiempo. Un grupo de valientes la produjo en el Teatro Arcelay, de Caguas; y, desde entonces, no he parado de escribir, dirigir y actuar.

AM: ¿Fuiste actor en “Ay bendito, qué poca vergüenza”?

HM: Sí; también dirigí.

AM: Actuar, dirigir y haber escrito la obra a la misma vez no es algo que se haga con facilidad. Es, de hecho,

Héctor Méndez junto a la actriz Noris Joffre, tras ser premiados en el Festival del Tercer Amor en 2006. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Héctor Méndez junto a la actriz Noris Joffre, tras ser premiados en el Festival del Tercer Amor en 2006. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)

sumamente difícil.

HM: ¡Muy difícil! Sobretodo dirigir y actuar a la vez, porque los actores necesitan que los vea un director y el director tiene que mirar todo el tiempo, no desde el escenario, sino de frente. Lo que he hecho es confiar en un buen regidor de escena, que vele los movimientos y mi actuación cuando estoy en escena. En “Ay bendito, qué poca vergüenza”, interpreté muchos personajes y compartí escena con Antonio Pantojas. Esto fue trascendental para mí, porque yo lo admiraba muchísimo. Pantojas me alentó a continuar escribiendo, actuando y dirigiendo. No dejaba de elogiar mi talento. Nunca voy a olvidar lo mucho que creyó en mí.

AM: Cómo dramaturgo, ¿cuál es tu obra más querida?

HM: Todas son mis bebés, no obstante “Vidas de herejes” es siempre algo mágico para mí. Es así porque soy homosexual y expongo parte de mi vida en esta obra.

AM: ¿Te consideras activista homosexual?

HM: Desde mi función de dramaturgo, soy bien activista. He escrito muchas obras con temas LGBT.
AM: También tienes muchos premios del Festival del Tercer Amor.

HM: El Festival del Tercer Amor -que se celebra todos los veranos en el Teatro Coribantes, gracias a la gestión del compañero Rafael Rojas- es muy especial para mí. He tenido la oportunidad de presentar mis obras, he recibido nominaciones y me han otorgado premios. Por ejemplo, en 2002, se presentó “Vidas de herejes”. Por esa producción obtuve el premio de mejor dramaturgo y mejor director. Además, recibí una nominación del Círculo de Críticos de Puerto Rico. En 2007, en el Festival del Tercer Amor, volví a recibir los premios como mejor director y dramaturgo con mi obra “Ella es mi marido”. Lo mismo pasó en 2009 con la obra “Jeffrey”.

AM: ¿Recuerdas algún momento que haya sido emocionante cuando comenzaste tu carrera, por el impacto que te provocaron las personas que trabajaron contigo?

HM: Si te refieres a personas que admiraba desde niño y de repente estaban delante de mí y creían en mí, sí. Aparte de Antonio Pantojas, recuerdo que, en 1998, cuando el dramaturgo y director Carlos Ferrari -a quien admiraba desde los 11 años- leyó mi obra “Se nos trancó el bolo”; y la quiso dirigir. ¡No podía creer que eso me estuviera pasando! Algo emocionante que me pasa a menudo es compartir con Carlos Vega, dramaturgo y actor como yo. Con Carlos Vega nunca se siente una mala competencia. Nos entendemos; y el teatro se trata de eso, de trabajar juntos.

AM: ¿Podemos hablar de tu éxodo o de tu exilio?

HM: De las dos cosas, claro que sí… En 2005, pasé a formar parte del Taller Dramático de Radio, de la Corporación de Puerto Rico para la Difusión Pública, como libretista, por invitación de Edith Cabrera y de Alejandro Primero. Tengo lindos recuerdos del taller, donde escribí desde programas de comedia hasta adaptaciones de obras de teatro clásicas. Luché codo a codo con mis compañeros para que el Taller pasara a ser un proyecto de ley. Con ellos estuve en marchas y sesiones del senado. Pero, en 2014, cuando no renovaron mi contrato. Esto fue triste para mí por muchas razones.

AM: ¿Decidiste irte de Puerto Rico por tu específica situación de desempleo?

HM: Mira… para mi fortuna, tuve mucha actividad teatral. Me llamaron para hacer teatro en Orlando y en Miami; y ahora voy para Nueva York. Así que tanto mi compañero Andre como yo tomamos la decisión de irnos. Cuando se cierra una puerta, se abren muchísimas más. La situación en Puerto Rico es difícil, sobre todo para los artistas. Los productores están sufriendo más que nadie. Cada vez son más los tecnicismos y la papelería. La creatividad pasa a tercer plano y sin creatividad no hay razón de ser para un artista. En estos momentos, estamos radicados en Orlando, donde tenemos un apartamento, pero no dejaré del todo a Puerto Rico. Pienso venir a hacer trabajos aquí las veces que lo tenga que hacer, porque lo quiero hacer.

AM: ¿Pensaste alguna vez que te irías de Puerto Rico?

HM: ¡Nunca!

AM: Además de la situación económica, ¿te decepciona algo en Puerto Rico?

HM: Muchas cosas. Nuestro trabajo se ve como un pasatiempo, no como una profesión seria. Entiendo que tenemos bien poca ayuda del Gobierno; y no me refiero a los incentivos económicos, sino a la burocracia y la educación. El Gobierno les ha hecho la vida muy difícil a los artistas. Eso tiene que cambiar con los valientes que se quedan en la Isla. Lo merecen. La lucha es fuerte. El teatro no puede desaparecer. También me decepcionan algunos compañeros… no todos, pero los compañeros no se apoyan, no hay unión, no hay gremio, no existe solidaridad. Debemos darnos trabajo, no jugar con reputaciones, respetarnos como artistas los unos a otros. El ego está superando el compañerismo. No lo entiendo. Todos hacemos el mismo trabajo. El bizcocho da para todos.

AM: ¿Te decepciona algo más?

1d. hector mendez
Héctor Méndez ha sabido abordar la comedia y el drama como actor y dramaturgo. (Foto suministrada)

HM: La prensa. Me decepciona que la prensa acapare una portada de periódico con superficialidad y que cosas importantes, como los premios de un coro de niños; o logros de un joven; o el premio de un actor de teatro en el extranjero no se le de importancia. Fíjate, aunque he ganado premios y he tenido la satisfacción del reconocimiento del público, en 20 años de carrera, ésta es la primera entrevista que me hacen como artista. No fue así en Miami, que el mes pasado, a la semana de estar dirigiendo mi obra “Un polvo para tres viudas”, me hicieron una entrevista como dramaturgo en El Miami Herald. Y estaban muy preparados, sabían más de mí que yo mismo. Te cuento que la experiencia que tuve en Miami con mi obra fue espectacular, un éxito de taquilla. Me siento emocionado y agradecido porque en Miami son particulares y bien exigentes con el teatro que desean hacer y ver.

AM: ¿Tienes otras ofertas?

HM: Tengo varias ofertas de trabajo en Orlando, donde estoy de la mano de Producciones Contraparte y Edwin Ocasio, otro exiliado como yo.

AM: ¿Qué le pedirías a Puerto Rico?

HM: Respeto a mi clase, al gremio, a los artistas.

AM: ¿Tienes esperanza en el futuro de Puerto Rico?

HM: Por supuesto, claro que la tengo. Veo esperanza en los jóvenes que ahora se están educando y tienen sueños. Los veo valientes y determinados. También tengo fe y me solidarizo con los compañeros de gremio que se quedan enfrentando la difícil situación que atraviesa Puerto Rico. Para ellos tengo los mejores deseos del mundo.

AM: ¿Qué harías para la posteridad?

HM: Si tuviera el poder, impartiría mucha educación de arte en las escuelas de Puerto Rico. Con el arte se aprende más que en una universidad. Aprendes y desarrollas sensibilidad. Me refiero a todo tipo de arte. Quiero publicar mis obras para que se hagan en el futuro. Mis comedias. Prefiero la comedia, cualquier tema que envuelva mucha verdad. Me veo dirigiendo, actuando, muriendo y renaciendo en el teatro.

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