Chaplin, un boricua y un cartel

Por Javier Santiago
Fundación Nacional para la Cultura Popular

Él nunca llegó a nuestras costas. Pero a un siglo de su genial aparición, un artista puertorriqueño lo ha exportado al Caribe para que “pose” en las calles adoquinadas del Viejo San Juan. De la Antilla Menor a París viajaron las ilustraciones de un Charlie Chaplin tropical ideado por la creatividad de Josean Ramos. Y tras los aplausos y el reconocimiento del público parisino, regresó a casa para mostrar su colorido en el Fortín de la Isla Nena de Vieques. Mientras, en la Ciudad Patria, engalana el cartel del Festival de Cine Internacional de San Juan.

– El arte alusivo a la edición de 2014 del Festival tiene su origen en una de las obras que componen la exposición “Simultaneas de Chaplin”, que recientemente presentaras en Puerto Rico y en Francia. ¿Qué te hizo ubicar este legendario personaje en el Viejo San Juan?

Como Chaplin nunca tuvo la oportunidad de visitar nuestra Isla, mucho menos la Ciudad Murada, quise ubicarlo frente a diversos escenarios iconográficos del Viejo San Juan, vistiendo los colores del Caribe nuestro. Pienso que esa es una de las funciones del arte en sus diversas manifestaciones, trascender nuestra realidad inmediata, para que los artistas puedan ser los dioses y artífices de una nueva creación, y en vez de un Chaplin sombrío en blanco y negro, como estamos acostumbrados a verlo, podamos disfrutarlo a todo color. Salvo la obra “Reverencia Patriótica”, donde figura vestido de blanco y negro frente a “Los Hijos de Borinquen”, en homenaje a los Cadetes de la República.

– La exposición se encuentra exhibiéndose actualmente en el Fuerte Conde de Mirasol de Vieques. ¿De cuántas obras

consiste la misma y qué medios utilizaste para crearla?

Afiche de la exposición “Simultáneas de Chaplin” que el pasado abril presentara el artista puertorriqueño Josean Ramos en París. (Foto suministrada)
Afiche de la exposición “Simultáneas de Chaplin” que el pasado abril presentara el artista puertorriqueño Josean Ramos en París. (Foto suministrada)

La exposición “Simultaneas de Chaplin” consta de 20 piezas en acrílico sobre lienzo, aunque la serie es de 25 piezas, de las cuales se vendieron cinco en Francia. De las que se están exhibiendo en Vieques, algunas pertenecen a colecciones privadas. Titulé la colección “Simultaneas de Chaplin” porque las fui pintando todas a la vez, como en una simultanea de ajedrez, cuando un maestro juega con varios adversarios al mismo tiempo.

– ¿Qué reacciones has recibido en el extranjero sobre esta exposición?

Cuando presenté las obras por primera vez en la Galería Guatíbiri de Rio Piedras, la noticia circuló por el mundo a través de la Agencia EFE, y de Francia recibí una invitación a participar en el Simposio Internacional “Charlot and it’s Avatars”, a celebrarse en la Universidad de Angers, en conmemoración de los 100 años de la primera película donde nació el personaje. Allí tuve la oportunidad de conocer y compartir con los máximos académicos especializados en la obra del inmortal actor británico, así como con su nieto, Charly Sistovaris, a quien le fascinó ver a su abuelo vestido al estilo tropical. De allí pasó a otra galería en la ciudad universitaria, para el disfrute de cientos de estudiantes y el público en general. La exposición fue reseñada en los periódicos del poblado y recibió múltiples elogios de los académicos y estudiosos de Chaplin.

– ¿Cuál es a tu juicio la importancia de Chaplin para el mundo?

Hay quienes dicen que Chaplin era un hombre de su tiempo, y yo pienso que en realidad estaba adelantado a su época, porque era capaz de ver más allá de su entorno inmediato. Por eso sus películas siguen teniendo vigencia en nuestra sociedad masificada, como en el caso de “Modern Times”, o en el comportamiento de los políticos en “The Dictator”, por solo escoger dos de sus múltiples películas. Y todo esto sin hablar, hasta que lo hizo en “El Dictador” y dijo tanto y tan elocuentemente, que tal discurso al final es requisito en cursos de oratoria. Aparte de escribir el libreto, dirigir sus películas, actuarlas y componer la música, era un perfeccionista que podía repetir la escena docenas de veces, hasta quedar satisfecho. El mundo entero le debe mucho a Chaplin, sobre todo, Estados Unidos, donde fue perseguido durante la época del Macartismo y debió refugiarse en Suiza los últimos años de su vida.

– ¿Te sorprendió la selección de esta pieza para el cartel alusivo a “Un mundo de cine” del Festival?

Me sorprendió y me alegró mucho que seleccionaran la obra “El altar de la Patria” para ilustrar el cartel del Festival Internacional de Cine de San Juan. Sobre todo, porque este año se conmemora el centenario de su alter ego “Charlot The Tramp”, y qué mejor que integrarlo con un cartel alusivo a su visita artística al Viejo San Juan.

– ¿Qué nuevo proyecto te ocupa actualmente en la pintura?

Durante la exposición en París, Josean Ramos comparte (de izquierda a derecha) con Adolph Nysenholc, de la Universidad Libre de Bruxellas; Frank Sheide, de la Universidad de  Arkansas; y en primer plano a la derecha, Charly Sistovaris, nieto de Chaplin. (Foto suministrada)
Durante la exposición en París, Josean Ramos comparte (de izquierda a derecha) con Adolph Nysenholc, de la Universidad Libre de Bruxellas; Frank Sheide, de la Universidad de Arkansas; y en primer plano a la derecha, Charly Sistovaris, nieto de Chaplin. (Foto suministrada)

Luego de la exposición en Francia, regresé a Puerto Rico el mismo día que murió mi maestro Gabriel García Márquez, y en homenaje suyo, me encerré para escribir el libro “Así habló el Gabo”, que esta semana salió al mercado bajo el sello “Publicaciones Gaviota”, de Norberto González. Terminado el libro, partí nuevamente para Francia y España, esta vez por tres meses, de los cuales estuve dos semanas en un monasterio medieval de Ambialet, un poblado francés de 58 habitantes, donde tomé mis primeras clases de pintura. Fue una experiencia transformadora, sobre todo porque aprendí a ver cosas que no veía antes, y di el salto de acrílico al oleo, que me atrapó a la primera pincelada. En estos instantes estoy pintando al oleo y tanto el estilo como los temas han variado. Entre otras cosas, estoy pintando bodegones y paisajes, algo que le huía y que desde el viaje a Francia se ha convertido en un reto.

– Más allá del arte, tu labor es igualmente destacada en la literatura y el periodismo. ¿Qué propuesta ocupa tu inventiva en las letras actualmente?

En el ámbito literario sigo trabajando el libro “El rostro de Macondo”, que recoge en fotos y crónica la cara y prehistoria del poblado que inspiró “Cien años de soledad”, Aracataca, donde nació y se crió hasta los nueve años García Márquez, para descifrar un tanto el encantado universo de Macondo. En términos periodísticos, escribo algunas cosas para las redes sociales y revistas cibernéticas internacionales, pues el periodismo en Puerto Rico se acabó.

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