Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura
La hermandad que debe existir entre los países latinoamericanos y, por ende, entre sus manifestaciones culturales – la música, por ejemplo- quedó evidenciada el sábado seis de septiembre a través del concierto de samba y bossa nova que ofreció el grupo O Brasil, fundado en la década de 1980 por el cantautor puertorriqueño Roberto Figueroa. Ante una sala repleta de espectadores, estos dos géneros musicales emblemáticos de la cultura popular brasileña, sirvieron para enlazar Brasil con Puerto Rico en dos idiomas: español y portugués.
El salón de actividades de la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en el viejo San Juan, fue el escenario para que los sonidos del rebolo, el tamborím, el pandero, el shaker, el agogộ, el reco-reco, el repique, entre otros instrumentos, desfilaran juntos y transportaran al público a cualquier ciudad de Brasil.
El concierto inició con el tema “Alguien me avisó” de la cantante y compositora brasileña Yvonne Lara da Costa. Luego interpretaron “Pelo telefone”, considerada la primera canción de samba que se grabó en la historia. La tercera canción del repertorio, “Chega de Saudade”, trata sobre los deseos de un hombre enamorado de que regrese su amada y fue escrita por Antonio Carlos Jobim, compositor más representativo de la bossa nova. Hizo su aparición, después, “Chove, chuva” del compositor brasileño Jorge Ben Jor. Le siguió el tema “Berimbau”, el cual está constituido por los versos del poeta Vinícius de Moraes, oriundo de la ciudad Río de Janeiro. Al traducir la letra de esta canción, es evidente la filosofía de vida que el autor quiso transmitir: “si no tuviese amor, si no tuviese ese dolor, y si no tuviese el sufrir, y si no tuviese el llorar, mejor sería que todo se acabara”. De este poeta también es “Canto de Ossanha”, otra de las bossa novas que O Brasil interpretó y que ponen de manifiesto una de las diferencias entre este género musical y el samba.
“Se puede sambiar una bossa nova y bossanoviar un samba”, comentó Roberto Figueroa acerca de la convergencia que
El fin de “Promesa de pescador” marcó el inicio del intermedio del espectáculo. Tan concurrida estuvo la actividad que desde el patio interior de la Fundación algunas personas escuchaban el concierto. El repertorio prosiguió con “Da Melhor Quialidade”, “Todo que voce quiser”, “País tropical”, “Mais que nada”, “Canta, canta”; entre otros clásicos de autores y cantantes brasileros.
Los integrantes actuales de O’ Brasil, de los cuales cuatro están desde los inicios del grupo, son la “suizorriqueña” Ana Baiana (voz y percusión), Giselle Ríos (voz y guitarra), Gilberto Alomar (guitarra), David Ruiz (percusión), Roberto Figueroa (voz y guitarra) y el último que se incorporó, Billy Lebrón (percusión).
Roberto Figueroa, conocido además por haber compuesto la exitosa balada “Para decir adiós”, ha presenciado, a través de su trayectoria musical, cómo han mermado las oportunidades para los artistas independientes. A manera de reflexión, lanzó una pregunta reflexiva durante una entrevista: “¿Cómo es que tú puedes estar en una carrera 40 años y ganarte hoy menos de la mitad de lo que te ganabas al principio, hace 20 años?” Aunque la concepción purista de la música establece que esta debe ser genuina y auténtica, la realidad de muchos músicos es que las contrataciones que les hacen no alcanzan para tener a una banda de 15 miembros, por ejemplo, que toquen todos los instrumentos necesarios para que lo que interpreten sea puro. Ante esta triste realidad, Figueroa explicó: “Recreo lo más creativo y profesionalmente que pueda el impacto o efecto que producía la banda cuando éramos más los integrantes”.
Actualmente, son seis los componentes de O Brasil; seis músicos que aportan al engrandecimiento de la cultura musical de los puertorriqueños. Si no atrajera su propuesta, la sala no se hubiese abarrotado, ni los espectadores se hubiesen movido en las sillas al ritmo del samba y la bossa nova, ni una mujer – entrada en años – con camisa roja hubiese sentido la necesidad de bailar en el patio de la Fundación “Cuidado com a minha viola”, uno de las últimas canciones de la noche.