Bohemia de despedida para David Ortiz

Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo…”Esta canción, compuesta por el cantautor argentino Alberto Cortez, sirvió para finalizar la bohemia organizada por Benito de Jesús, hijo, con el propósito de exaltar la vida y obra de su compañero en las artes, pero sobre todo, su gran amigo, David Ortiz Angleró.

A esta velada, celebrada el pasado viernes 29 de agosto en la Fundación Nacional Para la Cultura Popular, asistieron

Benito de Jesús hijo cantó y rememoró detalles sobre su compartir con David Ortiz Angleró. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Benito de Jesús hijo cantó y rememoró detalles sobre su compartir con David Ortiz Angleró. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
muchos miembros de la clase artística del País para quienes David Ortiz, además de colega, fue –y seguirá siendo- un amigo. La dinámica de la actividad fue sencilla: un vídeo que mostraba diferentes estampas de la vida de David, preparado por Lorenzo Ortiz Torres –uno de sus hijos- era interrumpido cada cierto tiempo para que aquellos que quisieran subir a la tarima compartiesen algún recuerdo que honrara la memoria del Caballero de la Raza Pura, epíteto con el que le reconocieron luego de que este compusiera el poema revolucionario “Soy de una raza pura”.

“Entre morir y no morir, me decidí por la guitarra…”, esa que siempre subyacía su voz; esa que de tanto seguirlo, se adhirió a él y fueron uno. Al igual que hizo suyo cada verso declamado, cada sonido por él pronunciado y cada palabra colocada en un poema. Ortiz Angleró supo proyectarse como buen declamador, actor, poeta y escritor puertorriqueño.

Los allí presentes también le obsequiaron a David declamaciones de poemas y canciones acompañadas de un acorde de

El cantautor Américo Boschetti dedicó dos temas a la memoria del Caballero de la Raza Pura.  (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
El cantautor Américo Boschetti dedicó dos temas a la memoria del Caballero de la Raza Pura. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
guitarra. Luego de que resonara la voz del destacado declamador al pronunciar “tiempo de amar”, frase con la cual promocionaba su programa radial, el primero en hablar fue el licenciado y activista político José Enrique “Quique” Ayoroa. En seguida, comentó que ellos compartían el gusto y la pasión por la poesía. Para hacerle honor a esa declaración, recitó el poema “Sultán”, compuesto por Francisco Hernández Vargas.

Tras la intervención de Ayoroa, el vídeo expuso una declamación de Ortiz Angleró durante una actividad celebrada en 2009 en la misma Fundación. Así, como un reflejo, David estaba en pantalla y, además, sin estar presente, su voz pululaba aquel íntimo recinto sanjuanero.

Luego, fue el cantante Benito de Jesús, hijo, quien desde el escenario interpretó los temas “Nuestro juramento”, compuesto por su padre (también Benito de Jesús); “El adiós”, de Atahualpa Yupanqui; “Simplemente una ilusión”, compuesto por Héctor Urdaneta y “Mi regalo”. Como un tierno gesto, antes de comenzar a cantar “El adiós”, miró fijamente a Miriam Torres, viuda del respetable locutor, y le dijo: “esto es lo que David te está cantando a través de mí”.

Entre poesía, acorde, sentimiento y amistad, desde el público, se vislumbraba una foto de David en el escenario. Con una tenue, pero clara luz sobre ella, la mirada fija que emanaba de la fotografía parecía agradecerles a todos por el tributo.

Subsiguientemente, se escuchó “Yo misma fui mi ruta” como solo lo sabía declamar este hombre con perfecta dicción; después fue la anécdota de Andrea Margarita –su única hija-, la cual recordó las hermosas manos de su papá; más adelante, Lorenzo rememoró la participación de su padre en la película “Bananas” (1971), dirigida por Woody Allen y filmada en Puerto Rico; más adelante, el cantautor puertorriqueño Américo Boschetti le dedicó a su amigo los temas “Juan Pitirre” y “Juegos”.

En la intimidad de la velada, irrumpió una declamación distinta. Estos versos estuvieron cargados de toda la emoción

Carlos Lazarte interpretó varios temas llenos de sentimiento. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Carlos Lazarte interpretó varios temas llenos de sentimiento. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
que provoca escuchar la voz del David padre recitar un poema sobre él escrito por uno de sus hijos mayores. Presenciar eso fue como sentir el rumbo de una hoja que ha arrancado el viento de la rama y que va moviendo lento hasta desaparecerla en el firmamento; fue escuchar el eco de una voz que no ha querido esconderse y que continúa latente en el más respetable y admirable recuerdo que, sobre su progenitor, puede guardar un hijo.

Luego de eso, lo recordaron el doctor Jaime Claudio, unos poemas de Neruda hicieron su aparición, hasta que “Castillos en el aire” y “Cuando un amigo se va”, ambas de Alberto Cortez e interpretadas por Carlos Lazarte, indicaron conjuntamente el fin de la actividad y, con copas en alto, el hasta siempre para David.

Sucedieron, también, en aquel espacio, la noche, la risa, algunas lágrimas, la hermandad, los parentescos, la música, el arte, la puertorriqueñidad, en fin, sucedió David y como dicen los versos de Pablo Neruda: “porque pido silencio no crean que voy a morirme; me pasa todo lo contrario; sucede que voy a vivirme. Sucede que soy y que sigo”.

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