Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
La crítica social del Puerto Rico de hoy – y del mundo entero – se ve reflejada entre pincelazos y colores. Con madera, cerámica, metal, óleo sobre madera o acrílico sobre papel, la exhibición “Paradigmas en un paisaje utópico I” pretende “suavizar, maquillar un poco la historia. Esto es un relato de lo que es la utopía del paisaje. Alude a lo que somos: la gente, el caos y las distintas estampas y personajes dentro de esas historias”, explicó el artista Edward Pérez Pérez, creador de la colección.
En este conjunto de obras, expuesto hasta el 31 de agosto en el Corralón de San José en San Juan, el pintor utiliza el realismo mágico para exponer y criticar la actual situación social vista desde un panorama mundial. La propuesta de la colección es exhortar a los espectadores a transformar lo imposible en posible. Pérez Pérez logra sintetizar en sus cuadros la realidad del caos que nos circunda y la posibilidad de su transformación. Por eso, una característica que evidencia el realismo mágico y que distingue su obra es la coincidencia, en una misma pintura, de un porcino alado y de un cuerpo que bien puede simular un ave o una figura humana. El artista interpreta la inserción del cerdo con alas en sus piezas como la representación de la conciencia mientras que, las figuras de doble forma significan lo corpóreo. En la colección se presencian, entonces, varios contrastes: la realidad antepuesta a cómo los seres humanos nos vemos dentro de ella; y lo etéreo frente a lo físico.
El trabajo artístico de Edward es una aportación social ya que incita a los espectadores a reflexionar y a repensar diversos temas actuales: la posición de la mujer dentro de la sociedad, la visión del matrimonio y del amor verdadero, las guerras, la criminalidad, el desorden, entre muchas otras interpretaciones que suscitan las piezas. Pérez Pérez hace un llamado a que nos reflejemos en sus pinturas y pensemos en cómo transformar esas situaciones: “hay un mensaje (en la colección), pero mi intención no es ponerlo todo a la vista. Yo quiero que la gente tenga una preocupación, que escudriñen la obra, encuentren y hasta se vean en alguna de las pinturas”.
El inventario de piezas incluye: “Por amor al arte”, “Transformación I”, “Sueños”, “Aventura”, “Metamorfosis”,
Alrededor del “cataclismo”, real o utópico, se desprende un trabajo artístico constructivo, hecho con pasión y para despertar interrogantes en los espectadores. Realmente, Edward ejemplifica con sus pinturas la noción que tiene sobre “arte”: “[…] es una forma tan bella de poder hablar y expresar lo que he vivido con un pincel”.