Por Gabriela Ortiz Díaz
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
De la misma manera que la Madre Tierra genera el fuego, el viento, el agua y la tierra, todos estos, a su vez, elementos indispensables para la existencia de ella misma, de la nación puertorriqueña brotan hijos revolucionarios, imprescindibles para la libertad y esencia de nuestra Patria.
Esta obra traza un paralelismo entre el sufrimiento de una madre que pierde a sus cuatro hijos en intentos por lograr la expulsión de la Marina estadounidense de Vieques y el desconsuelo, metaforizado, de nuestro País al presenciar las muertes e injusticias cometidas contra aquellos que lo defienden de la opresión.
Cargada de significación y simbología, “La Madre Tierra” representa la última obra de teatro nacionalista del escritor puertorriqueño, fallecido en 2013, Abniel Marat. Esta obra parte de la sospechosa muerte del joven cialeño Ángel Rodríguez Cristobal, quien fue arrestado junto a otros 20 puertorriqueños por tropas de la Marina norteamericana cuando participaba en un acto de desobediencia civil en solidaridad con la Isla Nena en 1979. Tras una condena de seis meses de prisión, este joven luchador fue trasladado secretamente a la cárcel federal de Tallahassee, Florida. Casi después de dos meses en el extranjero, encontaron muerto a Rodríguez Cristobal en su celda, acto de suicidio para las autoridades norteamericanas y de asesinato y encubrimiento para los organizaciones independentistas de Puerto Rico. Este caso se sumaría a las historias del Cerro Maravilla y de Filiberto Ojeda Ríos.
La obra, principalmente, trata el tema de la lucha del pueblo viequense por sacar las tropas de guerra estadounidense de sus playas. En la pieza, la actriz Frances Cardona, quien hace de Patria Libertad, desempeña el papel de la esposa de Ángel Rodríguez Cristobal y es la madre de cuatro varones que representan los cuatro elementos clásicos griegos: tierra, agua, fuego y aire. Narciso, representa el agua; Sebastián es arqueólogo, por tanto, simboliza la tierra; Alsino es aviador y personifica el aire; Amall encarna el fuego pues construye esculturas fundiendo distintos metales. Estos hombres, bajo la oscuridad de alguna noche de Vieques, salen a escondidas y por separado a realizar una azaña revolucionaria, pero no pueden ejecutarla porque la presencia estadounidense se les interpone y provoca sus muertes. Estas eventualidades ficticias, constituyen la historia de Rodríguez Cristobal, de otros revolucionarios y de muchos que persiguen la libertad de Puerto Rico, sueño que aún no se alcanza.
En “La Madre Tierra” también se critica el hecho de que la iglesia Católica, con su política de no violencia, condene a los que luchan a mano armada por lograr la libertad de su patria. Además, se menciona el tema de la homosexualidad y los encontronazos que tienen los homosexuales con la Iglesia. Estas palabras, dichas por el padre Francisco, interpretado por Josean Ortiz, evidencian la ideología católica respecto a este fenómeno social: “Yo te amo Narciso, pero no con la clase de amor que tu exiges de mí. Mi cordero perdido y travieso. Mi ángel rubio que escondió sus alas en una playa de Puerto Rico. Mi hermoso y travieso Narciso”.
Tanto el vestuario de los personajes como la escenografía eran blancos, símbolo de libertad y de la pureza del ideal de independencia. Es preciso mencionar que toda la acción de la obra transcurrió frente a un árbol fuerte e imponente, blanco también, el cual representaba la figura del libertador Simón Bolívar, una de las personas más importantes en los actos de independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Es destacable el trabajo escénico de Lluvia, Libertad Lugo- Crespo en la vida real, una niña ciega de siete años

de edad capaz de hablar con el viento y profetizar el desenlace de la trama. Los actores, quienes interpretan muy bien a sus personajes, fueron: Frances Cardona, Marcos Carlos Cintrón, Johan Figueroa González, Kevyn Goitia, Osvaldo Lassalle, Josean Ortiz, Jorge Ramos, Carlos Jomar Rodríguez, Victor Geraldo Rodríguez, Carmen Sánchez y Eric Yamil. La dirección estuvo a cargo de Josean Ortiz, desarrollador de la iniciativa “Amigos del Corralón, Inc.” Desde el 2013, con esta propuesta, han convertido al Corralón de San José, en San Juan, en un centro para la difusión cultural. La obra se estuvo presentando en este lugar durante los pasados dos fines de semanas y estuvo muy concurrida.
Desde el comienzo de la obra, marcado con la proyección del funeral de Rodríguez Cristobal y el reflejo del personaje de Patria Libertad entre las nubes, hasta el final, lleno de mariposas amarillas que simbolizaban las almas de los cuatro hombres muertos, sin duda, predominó un mensaje. Abniel Marat quiso comunicar con esta obra que la presencia norteamericana ha impedido la libertad del pueblo puertorriqueño. La estadía de los militares en Vieques y la situación política que significó esta fue una replica a menor escala de lo que ocurre en todo el País desde la invasión y dominación de Estados Unidos. Por ende, la opresión de este imperio ha transformado nuestra Madre Tierra, la naturaleza, los ecosistemas e incluso, las mentes de los puertorriqueños.