Por George Landini
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Ricardo Cobián se hizo cargo de la dirección del Centro de Bellas Artes de Santurce (CBA) en octubre de 2013. En una extensa conversación que tuvo lugar en su despacho, nos dejó conocer su visión e intenciones respecto al desarrollo que él entiende debe tener ese centro. También fue honesto al confesar que debido a
la crisis económica muchas veces acepta espectáculos que entiende que no son acordes con el prestigio del CBA, prestigio que entiende se debe recuperar, y en eso abocará su esfuerzo.
George Landini: El Centro de Bellas Artes es considerado el principal centro artístico en Puerto Rico. ¿Qué usted entiende que le falta para ser aun mejor?
Ricardo Cobián: Bueno, son varias las cosas y a diferentes niveles, que yo entiendo que hay que mejorar.
En términos de infraestructura tenemos visualizadas tres etapas de mejoras que forman parte de mi proyecto de trabajo.
La primera es la construcción del ‘Pórtico de las Artes’, que constituirá una nueva entrada al Centro. Quizás algunos piensen que puede ser algo baladí, pero si te fijas, actualmente la entrada del CBA es virtualmente una rampa de impedidos. Llevamos 33 años así, con una entrada que es básicamente una rampa para impedidos, y creo que ya es tiempo de ‘abrir’ el centro y su plazoleta a la calle, a la avenida, vincularlo de manera más directa y frontal con la vida urbana. Dotarlo de un nuevo rostro que conecte mejor al CBA con la ciudad y viceversa. Ese es un proyecto ya aprobado y ahora estamos en la etapa de buscar el dinero. No es fácil, porque este es un país que está en bancarrota, y sé que muchos pensaran que no es lo más importante, y me van a decir: ¿para que gastar dinero en una fachada?
Pero que se sepa que en mi defensa del presupuesto, yo no solicite dinero para esto, sin embargo creo firmemente que es fundamental, porque estamos mejorando el rostro del lugar. Insisto, debemos orientarnos de manera frontal y directa a la gente, a la ciudad. Por alguna razón la entrada del CBA se diseñó de lado, y creo que es el momento de abrirnos, de girarnos hacia la ciudad.
La segunda etapa es la construcción de una quinta sala al aire libre, para unas 700 personas. La idea es realizar ahí festivales de teatro de verano y otro tipo de eventos. Se ubicará al norte de la plazoleta. Será una sala abierta equipada con todo, un escenario donde quepa y se pueda presentar un ballet clásico o una orquesta sinfónica. Tendrá camerinos y contará con todo lo necesario, aunque se planea de manera funcional, espartana, nada de mármol, ni otros lujos.
Queremos ser de verdad una plaza pública, con actividad artística, con participación ciudadana. A mi me da mucha pena cuando a veces encuentro la plazoleta vacía, desolada. Me gustaría que el espacio exterior del centro albergue una presencia y participación continua por parte de la gente (en definitiva, para ellos fue construido este espacio).
La tercera fase tiene que ver con el Pabellón de las Artes. Proyectamos una galería abierta y le añadiremos un techo, para que la gente tenga un espacio donde se puedan reunir para conversar y beber o comer algo. Quiero que sea un espacio con un espíritu más europeo, un lugar de encuentro, de una gran sinergia. Hay que asumir de una buena vez por todas como parte de la vida cultural el ámbito urbano. Estamos en el corazón de Santurce, un barrio que ha ido adquiriendo una conciencia urbana extraordinaria, y hay una generación que está empujando para mejorar la calidad de la vida urbana, apropiándose del espacio público, y nosotros queremos ser una parte activa de ese proceso.
GL: ¿Cuándo se hizo cargo de la dirección del CBA qué fue lo primero que se dijo que debía cambiar? ¿Había algo en particular que le molestara?
RC: Bueno… (se sonríe), varias cosas, desde cositas pequeñas como la cafetería que había, que era algo infame, a cosas más importantes como la oferta cultural que se ofrecía, que yo considero que no era la adecuada. Aún no es lo que yo pretendo, pero siento que vamos avanzando. Estamos procurando ser más selectivos pero confrontamos problemas económicos que nos obligan a aceptar espectáculos que realmente no quisiera presentar, pero la realidad me obliga a hacer concesiones…
GL: ¿En que situación está hoy el CBA y hacia donde usted lo quiere conducir? O sea, ¿cuál es el objetivo
RC: Queremos coproducir porque eso nos permite trabajar hombro con hombro con el productor y dividir gastos e ingresos. De esta forma me siento con más libertad de traer eventos que son los que yo quiero para este Centro. La situación de crisis actual no me permite que corra el riesgo de arriesgar un capital económico. Ya hemos cerrado coproducción con el Festival Interamericano de las Artes, con el Festival Juvenil de las Artes, donde vendrán invitadas seis compañías de ballet y también la ópera Los Tres Centavos, un clásico de Bertolt Brecht que es estreno en Puerto Rico.
Por otro lado estamos trabajando para organizar y presentar el Festival de Música del Mundo (World Music Fest).
GL: Victoria Espinosa dijo hace unos años que no bastaba con tener los espacio de teatros (que estos existían en Puerto Rico), que en lo que se fallaba era en la falta de talleres y en la presentación de más funciones de teatro de manera permanente, y Myrna Casas reconoció eso como un problema y era conciente de la insuficiente actividad teatral en el CBA. ¿Coincide con esas opiniones?
RC: Respeto pero no comparto esa visión. El problema como yo lo veo no es falta de actividad teatral, sino de la calidad de lo que se presenta.
Yo estoy comprometido con el desarrollo de teatro alternativo, algo que normalmente queda rezagado porque esta fuera de la lógica económica.
Por eso ya hemos implementado el desarrollo de residencias artísticas, donde le quitamos a los artistas todos los problemas de permisos, licencias. Nosotros fungimos como productores de los proyectos, les damos el 90% de la taquilla y nos quedamos con el 10% para cubrir gastos. Y tengo que decir que ya estamos cubiertos, con solicitudes que han pasado la aprobación, hasta el año 2015.
GL: Ha sido profesor de literatura de la Universidad de Puerto Rico y es investigador y escritor. ¿A cuál de estas disciplinas se considera más próximo?
RC: Me gusta particularmente mi fase de investigador y escritor, aunque también disfruto mucho del trabajo pedagógico y lo que implica compartir con los estudiantes. En esta tarea actual al frente del CBA estoy completamente absorbido por la dinámica de resolver problemas cada día y el desarrollo constante de nuevos proyectos artísticos.
GL: ¿Cómo se diseña la política cultural del CBA y cuáles son sus objetivos?
RC: Mejorar la oferta cultural es el objetivo principal, pero tengo que tener los pies sobre la tierra y saber que
GL: ¿Si tuviera que decidir, en términos de géneros (y en igualdad de calidad artística), entre ir a un concierto, ir a ver una película, un ballet o una obra de teatro, ¿a cuál iría?
RC: Es difícil, pero… (hace una pausa), iría a una obra de teatro.
GL: ¿Qué reflexión o balance puede hacer ya, teniendo en cuenta el corto tiempo que lleva al frente del CBA?
RC: Reflexión, balance… te diría que estamos tratando de realizar un trabajo orgánico, desde la base hacia arriba y eso nos ha permitido revisar todas las normas, reglamentos, procedimientos administrativos que entiendo necesitaban ajuste, y de esta forma estamos logrando eliminar burocracia. De lo contrario seguiríamos como antes girando en una noria, y a mi me parece que al final el empleado termina perdiendo de vista en que parte del organigrama está y que es lo que tiene que hacer. Y creo que esta simplificación en el funcionamiento, ayuda a que toda fluya mejor.
GL: En su experiencia, ¿qué tipo de actividades captan mayor atención del público y
lo lleva a asistir al CBA?
RC: En estos momentos en el área del teatro, las comedias livianas. Y digo esto con pena, porque lamentablemente es un público que se ha formado… perdona, déjame corregirme, se ha ‘deformado’ con ellas.
Un público que se ha acostumbrado al chiste vulgar que provoca la risotada inmediata, que se basa en la mala palabra, en la broma escatológica. A mi me parecen de una frivolidad y banalidad insoportable.
La tarea es llevar poco a poco al público a una mayor sofisticación. Hay que aprender a disfrutar del teatro del absurdo por ejemplo, de la gracia o el chiste inteligente que no necesita de la grosería, un teatro basado en la inteligencia, el análisis o la reflexión.
Y claro, obviamente también el público local se siente atraído por la música popular.
P.: ¿Sufre el CBA de falta de fondos?
R.: Gravemente, nos han cortado del presupuesto general algo más de medio millón de dólares, y créeme que con esa cantidad podría hacer cosas muy interesantes.
La crisis económica nos ha golpeado mucho, pero, afortunadamente logramos enmendar la Ley 108, lo que es un alivio para los productores. Esa era una lucha que ellos tenían, y yo me sentía solidario con esa causa. Estoy seguro que ese cambio que se logró, va a redundar en mejores producciones y en un aumento de público; y espero también que los productores ahora se arriesguen realizando trabajos de más calidad y menos banalidad, porque ya sabemos que por lo menos las salas no se van a llenar de gente que no paga la entrada. En mi opinión, ya sin el fantasma de esa ley encima, hay que procurar ir eliminando la mentalidad de hacer comedia liviana, ligera, con el pretexto de que eso es lo que quiere la gente. Debemos apostar por entretener pero al mismo tiempo que exista un espacio de una gran calidad artística, de formación, de educación.
GL: Si dispusiera del dinero suficiente, ¿qué espectáculo o compañía traería para presentar aquí?
RC: ¡Qué pregunta difícil! Serían tantas cosas que me gustaría traer, pero como me obligas a elegir…
En teatro, La Fura dels Baus, en música, el jazz de Wynton Marsalis, pero el menú es tan amplio que se me hace complicado decidirme. Realmente si dispusiera del dinero necesario organizaría grandes eventos, festivales de danza y teatro, llenaría la ciudad durantes al menos dos semanas para que la gente se pudiera volcar a estos y conociese a los grandes artistas de Ibero América, Europa y del mundo entero. Yo creo que el CBA debe proyectarse de una manera constante más allá de las dos o tres horas que dura el espectáculo de turno, porque pienso que de lo que adolece históricamente Puerto Rico es de la realización de grandes eventos internacionales.
Y entiendo que el CBA es la entidad llamada a desarrollar este tipo de eventos, porque eso nos pondría y proyectaría en el mapa internacional. Además rompería la endogamia existente aquí, porque seamos sinceros, a veces pensamos que estamos o hemos descubierto el mediterráneo… pero hay un mundo allí afuera donde se están haciendo cosas extraordinariamente valiosas.
GL: ¿Debería el CBA además de ofrecer espectáculos, organizar de manera sistemática, mesas redondas de literatura, artes plásticas, etc…?
RC: Sí, absolutamente. Lo debemos hacer y lo tengo en mi plan de trabajo, aunque debo ser franco y decir que aún no he tenido el tiempo de empezar a implantarlo, pero la idea está ahí.
GL: ¿Usted residía en Puerto Rico cuando se inauguró este centro?
RC: Sí.
GL: ¿Cree que en términos de lo que ofrece y presenta el CBA, se ha cumplido con las expectativas y exigencias
RC: Me parece que definitivamente se ha ido desdibujando. Inicialmente el concepto del centro era que su conjunto de salas sirvieran para el desarrollo y la formación teatral, no meramente para ser un lugar de presentaciones de eventos.
Pero lamentablemente con el pasar de los años se ha ido convirtiendo en un catalogo de eventos sin ilación ni coherencia.
GL: ¿Al escenario del CBA se puede (o debería) subir solo presentando espectáculos de calidad, o como vemos que está pasando de manera triste, vergonzosa y patética en el Teatro Tapia, basta con tener el dinero para alquilar la sala?
RC: Desgraciadamente la situación económica nos está obligando a aceptar cosas que no se ajustan a los parámetros, a los niveles de calidad que entendemos debe tener el CBA, y son espectáculos que de ser otra la situación (económica del país y de este centro), jamás yo les permitiría presentarse aquí.
Pero me he propuesto ir reduciendo ese tipo de espectáculos y que el CBA sea lo que le corresponde ser, o sea un centro artístico que ofrece espectáculos de verdadera calidad artística.
GL: ¿De qué en particular se siente más orgulloso de lo que ha hecho, en este tiempo que lleva al frente del CBA?
RC: Me siento muy orgulloso de trabajar con el recurso humano que tengo aquí. Una de las primeras cosas que me propuse, y entiendo que hemos logrado, fue desarrollar un ambiente de trabajo basado en la armonía, el respeto y la motivación. Tenemos seminarios, y buscamos que los empleados del CBA vengan a trabajar motivados y con la energía que da el compromiso. Entiendo que el bienestar del empleado es fundamental.
Sí, me siento muy orgulloso de haber puesto energía y dedicación, en esa particular dirección.
GL: Digamos por ejemplo que una compañía teatral, o de danza cuenta con un excelente espectáculo pero no con el dinero que implica el alquiler y costos de una sala. ¿El CBA puede hacer algo, o si no hay dinero no hay ninguna posibilidad de escenario disponible?
RC: Para eso estamos trabajando en el concepto de la coproducción que te comenté antes. Queremos que quien entienda que tiene de verdad un espectáculo de calidad artística venga a hablar con nosotros, que nos presente su obra, su proyecto.
GL: ¿Cuál es el legado que le gustaría dejar al abandonar esta posición?

RC: A nivel de infraestructura, completar el ‘Pórtico de las Artes’, construir la quinta sala, también la galería abierta y el puente peatonal con el Centro Minillas. Quisiera al mismo tiempo dejar un gran festival de danza y teatro a nivel internacional; y finalmente y regresando a lo que ya mencioné, dejar el centro funcionando con empleados que se sienten bien y con el orgullo y compromiso que se debe tener al trabajar en esta institución.
GL: ¿Puedo hacerle algunas preguntas más sencillas?
RC: Sí, claro.
GL: ¿Su música favorita?
RC: Soy muy ecléctico musicalmente, pero si tengo que elegir solo una, definitivamente me inclino por la música clásica y específicamente por Bach.
GL: ¿Nos puede recomendar un libro?
RC: “La memoria, la inventora“, de Néstor Braunstein. Es un libro de un psicoanalista argentino, y es un análisis sobre los mecanismos de la memoria y su relación con la cultura, la historia, la política, con la vida misma. Un libro fascinante y que se disfruta como si fuera una novela.
GL: ¿Una película para usted inolvidable?
RC: ‘Cinema Paradiso’. Porque recoge un destilado de lo que es la pasión por ver cine.
GL: ¿Su pintor o escultor favorito?
RC: Son varios los artistas plásticos que me apasionan, pero de nuevo si tengo que elegir solo uno, mi opción es lo clásico, y la respuesta es Leonardo da Vinci.
GL: Gracias por tu tiempo.
RC: De nada. Solo quiero agregar una vez más que el CBA está abierto a escuchar, a recibir a todos los artistas o grupos que entiendan que tienen un proyecto de calidad que ofrecer, y que aquí estamos para ayudar a que esos proyectos se concreten.
(George Landini es un periodista independiente cuyos trabajos han sido publicados y reconocidos en la prensa internacional)