Por Tatiana Álvarez Pérez
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
Nadie lo hubiese imaginado… La historia de “Ceci”, interpretada con precisión por el actor Josean Ortiz, y originalmente pautada para presentarse por dos semanas en cartelera, ha sido el éxito de este verano en el escenario de El Corralón San José en el Viejo San Juan. Y en este acierto mucho tiene que ver la representación de asuntos complejos sobre la dignidad humana que trae en sus parlamentos el controvertible personaje ideado por el dramaturgo cubano Raúl de Cárdenas.
“La Ceci” pinta la historia de un travesti habanero exiliado de una Cuba castrista. El ambiente sonoro, repleto de clásicos del repertorio musical latino, brinda el escenario para un personaje que narra las consabidas quejas melancólicas al verse obligado a salir de su país por la opresión y discrimen que experimenta. Y en su búsqueda de la dignidad se lanza tras el “sueño americano”.
Desde este punto de vista se interpreta el monólogo del alma que hay detrás de “La Ceci”, Cecilio Agustín Quintero. En el escenario de un club gay de Miami Beach, el travesti va a su punto de partida, narrando su trayecto desde La Habana, las razones y experiencias que impulsaron su salida hacia los Estados Unidos, iniciando su experiencia “americana” en Nueva York y completando la misma en la Florida. En el interín se le revuelve el alma al recordar el suicidio de su gran amigo Eddie, quien veía la muerte como la única opción de salir de su patria.
En esta trayectoria mar adentro, el experimentado actor boricua Josean Ortiz nos lleva de la mano con dominio por las turbulentas aguas de “La Ceci”. Ciertamente en el proceso Ortiz cuenta con un ayudante que lo va asistiendo en sus cambios de ajuares repletos de marabús (boas de plumas) y trajes con lentejuelas. El vestuario enmarca entonces el mundo complejo de “La Ceci” quien, demuestra su talento en el travestismo asumiendo la presencia escénica de íconos como Edith Piaf, Josephine Baker, La Lupe, Celia Cruz y Olga Guillot.
Los aplausos para él, la dirección de Antonio Bones y la producción en general no se hacen esperar como bien demuestra la asistencia que desde el pasado mayo ha colmado el espacio histriónico experimental de El Corralón San José. Éxito merecido con un tema arriesgado fuera de lo que acontece en el también exitoso Festival del Tercer Amor en el Teatro Coribantes. Acierto que al igual que su “Bola de Nieve” hace unos meses, afirma que Josean y sus propuestas en la escena nacional llegaron para quedarse.