El ‘hasta luego’ de su pueblo a Cheo Feliciano

Llanto por la trágica muerte, pero alegría por su legado musical dominaron la atmósfera durante el velatorio de dos días del cantante puertorriqueño José “Cheo Feliciano” en el Coliseo Roberto Clemente, en Hato Rey.

El afamado salsero y bolerista, de 78 años, perdió la vida el pasado Jueves Santo al chocar su automóvil l Jaguar con un poste de concreto del tendido eléctrico cerca de su casa en el sector capitalino de Cupey.

Amigos y miembros de la clase artística local e internacional brindaron sus respetos a la voz de “Anacaona” durante los actos fúnebres, organizados por al alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, el productor Rafo Muñiz y familiares inmediatos.

El cantautor José Nogueras fue de los primeros artistas en arribar al complejo y exhortó al pueblo, durante las honras fúnebres, a que recuerde a su entrañable amigo como “el maestro de la humildad”. “Quiero que el pueblo lo recuerde por la humildad, por la sencillez. A Cheo le dolía mucho no trabajar aquí, pero lo decía de una forma que no hería a nadie. Cheo era muy humilde”, manifestó Nogueras.

El creador del éxito “Amada mía” -que marcó la trayectoria de Feliciano- subrayó que “lo voy a recordar con esa alegría, pero por encima de todo, te digo que Cheo Feliciano es el maestro de humildad. No he visto a otro igual, a otro cantante así. Va a hacer falta…”

El vocalista, que entonó el clásico “Amada mía” durante el acto protocolar, puntualizó que se considera un miembro más de la familia de Cheo, lo que fue revalidado por Michelle Feliciano, hija del fenecido intérprete.

Tras exteriorizar su preocupación porque su madre, Socorro “Cocó” Prieto León, se quedará sola –algunos hijos viven fuera del País– la portavoz de la familia comentó que “José Nogueras dijo que él va a pasar a hacer la compra, que la va a recoger, a llevar a la iglesia y donde sea. Sola no va estar, pero la ausencia sí va a ser grande, porque mi mamá se casó con mi papá a los 17 años”.

Michelle Feliciano hizo un llamamiento, también, a la fanaticada internacional de su padre para que “lo sigan amando, que mantengan su legado, porque las generaciones que vengan tienen que saber de su música”.

“Estamos sobreponiéndonos a este momento. Verdaderamente, tengo que dar gracias al pueblo de Puerto Rico y al mundo por todo en este momento tan difícil”, puntualizó la heredera del salsero.

Destacó que “me queda la satisfacción de que mi papá se fue sabiendo que lo amaban. Cuando se enfermó (de cáncer, diagnosticado el año pasado) se desbordaron en cariño… Ese es mi consuelo”.

Los artistas hicieron guardia de honor frente al féretro que contenía los restos mortales del cantante Cheo Feliciano. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular) En un breve encuentro con los periodistas en medio del velatorio, sin poder contener el llanto Michelle exclamó que “mi papá era el hombre más humilde, más sencillo”, y al que “nunca vieron molesto ni de malhumor. El siempre tenía una sonrisa que es el regalo más grande”.

Otras personalidades como Raphy Leavitt y Sammy Marrero (de la orquesta La Selecta), Maelo Ruiz, Jackeline Capó, Ángel “Cucco” Peña, Alex D’ Castro, Willie Rosario, Roselín Pabón, Roberto Roena, Moncho Rivera, Paquita Olivencia (viuda de Tommy Olivencia), Hilda Curet (hija del fenecido compositor Tite Curet Alonso), Luis “Perico” Ortiz, Elías Lopés y Louis García formaron parte de las guardias de honor.

Durante las ocho horas de duró el primer día del velatorio, desfilaron frente al féretro de “El Niño Mimado de Puerto Rico”, el presidente de la Cámara de Representantes, Jaime Perelló Borrás; el exalcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera; el exboxeador Wilfredo Gómez, el animador Eddie Miró y su esposa, la coreógrafa Ita Medina, José Vega (Remi), Antonio Cabán Vale “El Topo”, quien también cantó el himno “Verde Luz”, y José Nieves, presidente del Salón de la Fama de la Música, que lo exaltó recientemente.

Gilberto Santa Rosa, fue una figura que estuvo muy presente durante los actos fúnebres. “Yo fui fanático de Cheo gracias a Jerry Rivas, de El Gran Combo, quien me enseñó a apreciar su arte. Empecé a escucharlo y me hice fanático de él. Una vez yo empecé a dar pasos en la música tuve la dicha de conocerlo rápido. El siempre me trató como un igual”, dijo a los medios.

Santa Rosa precisó que “Cheo es una estrella que nunca pensó era tal”, recordando la condecoración que le entregaron en Panamá, y agregando que “su única pena siempre fue no trabajar en su país. Me lo expresó y hablamos de eso; yo siempre le daba ánimo. En realidad fue su única pena en términos artísticos… Nosotros supimos que disfrutó cada momento, cada canción”.

“El Caballero de la Salsa” definió que el legado “para nosotros, los cantantes, ese fue el más completo… Cheo Feliciano era impredecible, podía cantar 10 veces corridas ‘Anacaona’ y la cantaba diferente. Su musicalidad, su don de gente, su maestría a la hora de cantar…”

La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, quien supervisó cada detalle por su administración municipal organizar el velatorio, indicó que los sanjuaneros despidieron al cantante “con la alegría de saber que un hijo adoptivo, porque él es ponceño, trajo alegría, honra, dignidad para todos los puertorriqueños. San Juan se (convirtió) en la sala de la familia Feliciano”.

El locutor Néstor Galán “El Búho” fungió como maestro de ceremonia durante las honras fúnebres.

Un pueblo compungido –

La “familia” que acogió el talento de Cheo Feliciano durante su vasta trayectoria acudió a brindarle el último aplauso.

Aunque no podían acercarse al féretro, los seguidores de Cheo portaban la monoestrellada, afiches de su ídolo y captaron la escena con sus celulares, en fotos y vídeo.

David de León, de Villa Palmeras, señaló que “he sido fanático siempre de la música de Cheo. Es lamentable su muerte, eso toca a todo el mundo”.

Bajo una gigantesca bandera monoestrellada fueron expuestos los restos de Cheo Feliciano en el Coliseo Roberto Clemente de Hato Rey. (Foto Edgar Torres para Fundación Nacional para la Cultura Popular) La ponceña Carmen Santiago, residente de Bayamón, expresó que “Cheo es del tiempo de nosotros. Escucho su música desde jovencita que estaba en Nueva York y luego acá en Puerto Rico”.

El público que asistió pudo apreciar un mural en aerosol del rostro del intérprete de “Anacaona”, del artista Diego Romero, ubicado dentro de las instalaciones del Coliseo.

Una gigantesca bandera de Puerto Rico que colgada del techo sobre el área del féretro impactó, también, a los asistentes. El domingo hubo un homenaje musical a Cheo por parte de figuras como Lucecita Benítez, Danny Rivera, Los Hispanos, Domingo Quiñones, Juan José Hernández, Victoria Sanabria, NG2 y parte de los Salsa Giants (Luis Enrique, José Alberto “El Canario”, Tito Nieves, Oscar D’León, Ismael Miranda y Andy Montañez).

En las guardias de honor, del segundo día en San Juan, participaron Gilberto Santa Rosa, El Gran Combo de Puerto Rico, los Salsa Giants, Fania All Stars y el boxeador Félix “Tito” Trinidad.

Los ponceños rendirían otro tributo a Cheo Feliciano al día siguiente en el Complejo Ferial de Puerto Rico Juan H. Cintrón, en la Ciudad Señorial, y luego sería sepultado en el cementerio La Piedad, hasta su posterior trasladado al Panteón Nacional Román Baldorioty De Castro, como era su sueño.

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