Luis Omar celebra con ‘Broche de Oro’

Por Edgar Torres
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular

Luis Omar O’farrill, considerado una de las nuevas promesas de la clase actoral puertorriqueña, acepta que la película “Broche de Oro” alteró el ritmo de su vida tanto en lo profesional como en lo personal. Pero en momentos en que todos en la industria celebran siete meses en cartelera continua de la aplaudida cinta, el joven artista reflexiona sobre lo que para él ha representado el éxito de esta propuesta fílmica hecha totalmente en Puerto Rico.

“El cine es sumamente difícil”, comenta de inmediato. “Yo vengo del mundo del teatro. Adaptarme al ambiente fílmico no fue un proceso fácil porque éste es un medio que requiere otra disciplina. Y si bien tuve que ajustar ciertas cosas en mi desempeño, tengo que admitir que me aprendí muchas cosas en el trayecto”, subraya evidenciando satisfacción en su rostro por esta gran oportunidad histriónica.

Mientras espera por el ensayo de la obra teatral “Voces de alerta” en el Centro de Bellas Artes de Guaynabo, el joven de 26 años admite que se sintió un poco intimidado a la hora de actuar con los protagonistas de “Broche de Oro”. Después de todo se trataba de personas sumamente experimentadas en el campo en el arte como bien son Adrián García, Diego de la Texera y el boricua nominado a un Oscar, el cineasta Jacobo Morales. Pero ante el reto, el joven asumió su responsabilidad y hoy celebra en grande el resultado.

“Ciertamente me dio un poco de miedo, sobre todo, por mis escenas con Jacobo. Pero debo admitir que este reto me enriqueció como actor”, expresa jubiloso.

Luis Omar recuerda que en un momento del proceso previo a la filmación, se acercó al director Raúl Marchand, para confesarle que él no era el actor indicado para ser el nieto de Jacobo en la historia. “Yo nunca tuve un abuelo presente en mi vida. Como no lo experimenté propiamente, no sabía cómo traducir esa relación a la pantalla”, señala.

Consciente de que podía cometer un grave error profesional si se retiraba, el talentoso actor enfatiza que, luego en los ensayos, surgió una gran química con Jacobo.

“Yo soy de los actores que si voy a hacer algo, quiero hacerlo bien. Por eso me daba miedo poner en juego un proyecto así…”, manifiesta en evidente respeto por su profesión.

-¿Cómo lograste esa conexión con tu abuelo “Rafael Medina” en “Broche de Oro”?, preguntamos.

-“Imaginé que Jacobo era el abuelo que yo siempre hubiese querido tener”, resalta.

Al parecer, la técnica le dio muy buen resultado. De hecho, la mayor prueba de fuego de O’farrill durante la filmación fue la escena en que el abuelo le revela al nieto sobre su enfermedad. Las secuencias fueron repetidas en tres ocasiones, porque el joven actor no lloraba. Hasta que dio con la fórmula mágica.

“Se suponía que me desgarrara en llanto, según sugería el director. Entonces, recurrí a la memoria emotiva… La escena se acabó y todos aplaudieron. Todavía veo la escena y se me ponen los pelos de punta”, cuenta el intérprete de “Carlos Medina”.

-¿Cuál fue la mejor lección que te aprendiste en “Broche de Oro’?

-“Aprendí de ellos (los protagonistas) que lo que envejece es el cuerpo; no el alma… Sentí que yo estaba con ‘panas’ de la universidad. A veces, Jacobo, Adrián y Diego parecían más jóvenes que yo por sus actitudes. Cuando me contaban sus experiencias, lo que habían hecho en su juventud, entendí que hay que vivir, gozarse cada momento, cada día…”.

De ‘Broche de Oro’ a ‘Equs’ –

Si bien Luis Omar atesora lo que ha representado “Broche de Oro” para su evolución como artista, el joven considera que en el campo teatral su participación en la puesta en escena de “Equs”, en septiembre de 2010, ha sido otro proyecto que ha marcado su vida.

“Caracterizar el personaje de ‘Alan Strang’ en esa difícil obra fue un salto que me cambió la vida. Este fue un personaje súper rico. Es el rol que cualquier actor quisiera caracterizar para tenerlo en su resumé. El éxito se lo adjudico a la entrega al proyecto y las ganas de querer hacerlo… Y, en mi caso particular, lo hice y verdaderamente me marcó como actor. Tabnto que quisiera seguir interpretando personajes como éste”, explica O’farrill.

Luis Omar aclara que quitarse la ropa en escena en “Equus” no fue traumático, porque “no era yo, sino el personaje el que lo hacía… De hecho, para encarnar a ‘Alan Strang’ me sumergí en un estudio que yo nunca había hecho ni en la universidad. El personaje tenía mucha carga emocional y me llevó como actor a lugares que nunca había llegado. Estuve dos o tres meses elaborándolo. Y hasta tuve que llegar a lugares oscuros de mi propia mente”, rememora O’farrill.

Ante la carga emocional que representó este controvertible personaje que, por primera vez, fuera interpretado en Puerto Rico en 19xx por el actor Pedro Orlando Torres, el más reciente de los “Alan Strang” boricuas deja entrever su amplitud ante su futuro histriónico.

“Uno de mis sueños es poder hacer voces de muñequitos”, revela el actor que es miembro del Taller Dramático de Radio 940 AM, y a quien le encantaría trabajar para público infantil “por el resto de mis días”.

Luis Omar, quien actualmente labora junto a actores de la vieja guardia en la estación radial del Gobierno valora la experiencia de compartir micrófono con ellos. “Cuando comencé a laborar allí, busqué información sobre sus respectivas trayectorias artísticas. Me empapé de lo que han hecho como actores. Y tengo que admitir que me sentí intimidado por las grandes estrellas que son. Pero he aprendido muchísimo de ellos. Además, deben saber que tener esa experiencia en radio es un honor que me enriquece como en lo personal, así como en lo profesional”.

El artista hace un llamamiento para que los estudiantes tengan mayor acceso a la literatura, como también conozcan la trayectoria de sus figuras en el arte. “Nosotros tenemos una cultura brutal y es necesario que se sepa de dónde venimos y, también, quiénes son nuestros artistas”.

Al quedar al descubierto sus inquietudes sobre su entorno, auscultamos un poco sobre el yo interno de este joven sanjuanero. Ante ello, el hijo de Luis Ernesto Pérez Delpin y Zoraida O’farrill Cartagena ríe a carcajadas al exponer que en ocasiones se pregunta si sufre de un síndrome de personalidades múltiples.

“Soy tímido, sensible, bien soñador. Voy detrás de lo que quiero no importa lo que tenga que hacer, siempre que esté dentro de mis valores. Creo mucho en mí”, precisa el admirador confeso del actor Amaury Nolasco, a quien conoció en una reciente fiesta del Día de Reyes.

Y aunque actualmente Luis Omar O’farril actúa en los escenarios más prestigiosos del País, el joven recuerda que ya en primer grado participaba en las obras “Pinocho” y “El burrito sabanero”, porque “me gustaba que la gente estuviera frente a mí”.

Ya en su entrada al mundo profesional el actor capitalino reconoce en las actrices Aidza Santiago e Idalia Pérez Garay, a dos de sus grandes maestras. Al igual que, en su formación, destaca las enseñanzas y consejos recibidos por el director Dean Zayas. De hecho, el artista fue aceptado en la matrícula de la Escuela Especializada José Julián Acosta, en el Viejo San Juan, tras salir airoso en una audición.

A tono con la disciplina, el reloj marcó la hora del inicio del ensayo de la obra “Voces de alerta” en Bellas Artes. Luis Omar, gentilmente, procedió a excusarse… “porque el deber” lo llamaba. Pero antes de despedirse, tuvo a bien sentar las pautas para una próxima incursión en la cinematografía: “Si voy a hacer cine en Puerto Rico tiene que ser un proyecto como ‘Broche de Oro’. Porque lo que yo quiero hacer son producciones que enriquezcan a la sociedad puertorriqueña y mantengan el orgullo por el arte”.

Sabido es. Ojalá que así sea…

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