Por Ileana Cidoncha
Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
“Under my Nails” es una de las más recientes producciones del cine puertorriqueño; una industria que aun no se ha desarrollado en nuestro País con todo el ahínco que nos gustaría. Pero poco a poco – y con el empeño que caracteriza a nuestra gente – se está logrando un incremento no tal vez todavía en la cantidad de filmes que se producen, pero sí con la calidad de las producciones que cada vez ponen de manifiesto el empeño de los jóvenes cineastas de nuestro País.
Estos jóvenes han estudiado, han laborado, han buscado fondos del gobierno, a través de la Corporación de Cine y otras entidades oficiales y de la empresa privada –ambos podrían colaborar más- y se han empeñado en hacerse sentir, en que se sepa que el talento no sólo lo hay, y mucho, sino que están dispuestos a fajarse, para lograr que ese sueño deje de ser una añoranza para convertirse en una realidad.
Sobre la historia
“En la búsqueda de lograr sus más oscuros deseos. Solimar encontrará el amor en las manos de un asesino”
Los productores de “Under My Nails” han declarado que este filme es un trabajo de amor. Han dicho: “Los personajes nacieron en Puerto Rico y migraron con sus creadores a Nueva York, se transformaron en otra cosa, la ciudad los moldeó, se adaptaron a la distancia y al frío. El resultado es una película que cuenta la historia de los que llegaron de otra parte. Pero no es de cualquier inmigrante que habla. Son personajes perturbados”.

La película que estrenó en el Festival de Cine Internacional de San Juan fue grabada con cámaras SLR entre Washington Heights, el barrio dominicano de Manhattan donde vive la pareja, y el Bronx, escenario de las vidas de Solimar y su vecino dominicano, Roberto (Iván Camilo).
Se ha escrito mucho sobre este filme, pero lo importante es verla. No se debe perder de vista las presentaciones de “Under My Nails” pues tiene mucho más que los con frecuencia se esconde bajo las uñas, es un trabajo importante en el desarrollo de nuestro cine. No la podemos perder de vista. Y esperar la próxima con ganas y con optimismo.