El paso de David Bisbal

En días recientes, el carismático cantante almeriense David Bisbal visitó a Puerto Rico para ofrecer tres conciertos en la Sala de Festivales Antonio Paoli, del Centro de Bellas Artes de Santurce. Su espectáculo, considerado como uno acústico, responde al lanzamiento de su más reciente trabajo discográfico “Acústico: una noche en el Teatro Real” (2011), el cual grabó en uno de los escenarios más clásicos de España, considerado igualmente como el templo musical y de ópera más importante de Madrid, el Teatro Real. Este disco marca consigo, además, el décimo aniversario de Bisbal dentro del campo de la música.

El concierto # 93 de la gira del cantante español comenzó en Puerto Rico con una introducción solista de “Almería tierra noble”, interpretada por el guitarrista Juan Sánchez. Luego, acompañado de gran algarabía, entró David Bisbal al escenario para continuar esta interpretación. Curiosamente, a pesar del recibimiento inicial, una vez que Bisbal comenzó a cantar, el público quedó en silencio… y así permaneció en la mayoría de sus interpretaciones. Y no es para menos: la voz del cantante está en óptimas condiciones y da gusto escucharlo.

Luego de esta primera intervención musical, el cantante habló con el público de manera tranquila, relajada, muy seguro de sí y de su arte. Vestido con un sencillo y clásico traje negro y exhibiendo el cabello en sus ya muy famosos rizos, Bisbal interpretó un total de 24 temas. Y cantó estupendamente, de principio a fin, con aplomo y fuerza… y con la picardía de niño travieso que siempre le ha caracterizado.

Para Bisbal, presentarse en Bellas Artes es “un sueño alcanzado, un sueño hecho realidad”. Y, verdaderamente, se notaba su alegría de hacer lo que le gusta: cantar, bailar, interpretar, transmitir sentimientos a través de la música… y coquetearle e interactuar con el público como todo un “showman”. Hablando sobre el romanticismo, sobre cómo se componía antes y cómo deberían ser actualmente las letras de las canciones, el intérprete español prometió a todos “un Bisbal más cerca del público” y les invitó a subirse a “este tren musical” atemporal, con el cual logró echarse a toda su fanaticada derechita al bolsillo.

El orden del espectáculo respetó fielmente el del disco grabado en el Teatro Real, ofreciendo un concierto intenso de, aproximadamente, dos horas y media de duración. Bisbal incluyó, además, el tema “Qué voy a hacer sin ti”, del cantante puertorriqueño José Feliciano, como parte de su viaje a través del tiempo, del romanticismo y de su oda al amor. Casi todos los temas incluyeron entre su diseño versiones en estilos diferentes, fusionando efectivamente varios ritmos: jazz, bossa nova, bolero, reggae, tropical, rock. Y, como bien reza el título de su disco, “Acústico…”, las nuevas versiones de dichos temas no requerían de una gran orquesta para su interpretación. Musicalmente, lo básico y esencial fue cubierto por apenas seis músicos, quienes fueron integrándose, poco a poco, a lo largo del concierto: el director musical Pedro Hoyuelos en el piano, los sintetizadores y el acordeón; Juan Sánchez en la guitarra flamenca (músico que acompaña a Bisbal desde su primer concierto); Juan Carlos Jiménez en la guitarra de metal; Jordi Portáz, en el bajo, tanto acústico como eléctrico; Julio Montalvo en la percusión y el trombón; y David Simó en la batería y el cajón. El mismo Bisbal acompañó a sus músicos tocando el cajón en ocasiones. Además, en varios momentos del espectáculo, les reiteró su agradecimiento por la colaboración, la solidaridad y la hermandad.

Cabe destacar que, para la interpretación de “En un rincón del alma”, del compositor argentino Alberto Cortez, se unió a los músicos de Bisbal un sexteto de cuerdas puertorriqueño. Dos violoncelos, una viola y tres violines acompañaron la interpretación de ésta y otras esporádicas piezas durante la noche.

Un momento importante del concierto fue la interpretación de “Esta ausencia”, una composición difícil y vocalmente demandante, la cual Bisbal cantó con sumo cuidado y sutileza, dominándola finalmente de manera magistral. Y, para su fanaticada, un momento emocionante fue cuando Bisbal “rapeó” y bailó acorde en una de sus canciones, de manera inesperada. Y es que el artista hizo vibrar al público con una energía sin límites durante toda la noche, mezclando picardía, sensualidad, elegancia, emotividad, ternura y una alegría desbordante, especialmente, cuando gritaba a todo pulmón su pegajosa frase “¡Vámonos!” justo antes de comenzar alguna interpretación.

En términos escenográficos, se trató de rememorar un poco el teatro en el cual Bisbal generó su último disco “Acústico”: luces colgantes, faroles por todo el espacio escénico, un telón de fondo multiforme y tornadizo -el cual cambiaba de colores y forma según la luz se proyectaba-. El juego de luces estuvo muy dinámico y sumamente efectivo, con efectos de candilejas, colores vivos y uso de luces inteligentes. En fin, una ambientación romántica y de bohemia a la vez. Ambos elementos sirvieron de adorno y acompañamiento a lo más importante de la noche: la voz fuerte, cristalina, potente y llena de sentimiento de David Bisbal.

En 2002, luego de participar -y ganar el segundo lugar- en la primera edición del concurso de realidad televisiva (reality show) “Operación Triunfo”, transmitida por Televisión Española, Bisbal comenzó una carrera vertiginosamente exitosa. En ese mismo año, lanzó su primer disco, “Corazón latino”, el cual fue un triunfo rotundo. A este trabajo musical le continuaron “Bulería” (2004); “Premonición” (2006); y “Sin mirar atrás” (2009), todos bien recibidos por el público y la crítica. Su más reciente producción, ‘Acústico…’, es tanto un DVD como un disco compacto; y, en noviembre de 2011, a solo una semana de haberse lanzado al mercado, estableció un respetable récord de ventas, marcando una vez más otro asegurado éxito.

“Recibo este aplauso como si estuviera en mi casa, ¡claro que sí!”, con estas palabras comenzó a despedirse el cantante almeriense de su fanaticada, al terminar su primer concierto de 2012 en el País. Definitivamente, David Bisbal ha dejado de ser aquel jovencito tímido y un tanto retraído de ‘Operación Triunfo’ para convertirse en un experto de la escena musical; no obstante, sigue siendo sencillo, honesto, coqueto, vivaracho… y con una clara noción de saber lo que tiene y lo que quiere lograr, de lo que vive y lo que le hace vivir. Sigue entregando su alma y su sentimiento en cada canción, en cada concierto, en cada producción discográfica. No cabe duda: David Bisbal nació para cantar, para vivir el arte y para crecerse en el escenario.

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